Una terapia celular pionera en el mundo minimiza el rechazo de los órganos trasplantados
► El Hospital Gregorio Marañón prueba el tratamiento en Irene y otros dos bebés
Una terapia basada en células que se obtienen del timo –un órgano linfoide primario– ha permitido a Irene recibir el primer trasplante en el mundo con células thyTreg para prevenir el rechazo inmunológico y prolongar, de forma indefinida, la supervivencia del corazón trasplantado y, por tanto, la vida del paciente. Esta innovadora terapia y tecnología desarrolladas por el Laboratorio de Inmunorregulación del Hospital Gregorio Marañón, dirigido por el doctor Rafael Correa, podría establecer un nuevo paradigma en el tratamiento del trasplante.
El rechazo es uno de los principales problemas en los trasplantes. Para prevenirlo, se emplean fármacos inmunosupresores; sin embargo, reconoce Correa, no es una solución definitiva. «Sigue habiendo rechazo y tienen muchos efectos secundarios».
Desde hace tiempo los investigadores buscan una alternativa a este problema. «Se están desarrollando nuevas estrategias en las que lo que se persigue es conseguir la supervivencia indefinida del órgano trasplantado a través de inducir una tolerancia; es decir, que el sistema inmune aprenda a tolerar ese órgano extraño y así evitar la toxicidad de los inmunosupresores».
Y una de las líneas de investigación más prometedoras es un tipo específico de células que se llama células T reguladoras que lo que hacen es «regular, evitar las respuestas excesivas o inadecuadas del sistema inmune y que se ha visto que estas células T reguladoras (Treg) juegan un papel clave en prevenir las alergias, las enfermedades autoinmunes o incluso rechazo».
«Lograr que un trasplante sea para toda la vida tendría un gran impacto médico, económico y social»
Tres bebés del Marañón
El proyecto, en el que ya se ha incluido a tres bebés, utiliza las propias células del paciente, que tiene un efecto supresor para evitar precisamente el rechazo. Los investigadores, en vez de utilizar sangre periférica, han buscado una fuente distinta de estas células. «El timo es un órgano que es muy grande en los niños, y es precisamente donde se producen las células T reguladoras y está situado justo encima del corazón». Las células Treg obtenidas de tejido tímico poseen cualidades únicas y una altísima capacidad reguladora. Este ensayo, el primero a nivel mundial que realiza una terapia con Treg en niños trasplantados, es también el primero que emplea en humanos células thyTreg obtenidas de tejido tímico en vez de Treg de sangre.
De los tres niños en tratamiento, la primera en recibirlo fue la pequeña Irene, de seis meses, que nació con una cardiopatía congénita que requería un trasplante cardiaco. Además, debido a que se han obtenido una gran cantidad de células (100.000 millones), se pueden almacenar no solo para usar en este paciente en el futuro, sino que los investigadores está analizando su posible uso en otros pacientes.
En este ensayo se administra una dosis de células para evitar el rechazo. «Dado que tenemos muchas células congeladas del paciente, nos planteamos en futuros ensayos administrar más dosis si vemos signos de rechazo o cuando sea adulto», indica. Y, por último, «pensamos que las células de un paciente también podrían utilizarse en otros pacientes en los que el timo por ser adultos ya no es funcional o en los que no se puede hacer este tipo de intervenciones», apunta.
Correa destaca que conseguir inducir la tolerancia «reeducando» la respuesta inmune del receptor con la estrategia propuesta podría resolver el problema de la supervivencia del injerto en estos pacientes y prolongar de forma notable su esperanza de vida. «Conseguir que un trasplante de órganos sea para toda la vida tendría un grandísimo impacto médico, económico y social», concluye. «Esperemos que con este estudio se beneficie Irene, pero también muchos otros niños», dicen los padres de la niña.