ABC (1ª Edición)

Alternativ­as al botellón: urge otra mentalidad para que triunfen

► Las familias tienen un papel clave en inculcar aficiones de todo tipo a los niños y que se sientan más realizados ► Los padres temen que sus hijos menores pierdan sus amistades si no les dejan salir de madrugada

- LAURA PERAITA

Durante las últimas semanas, más que nunca, se ha puesto el foco en los jóvenes que hacen botellones y acuden a macrofiest­as debido fundamenta­lmente a la propagació­n de contagios de Covid-19 que conlleva la ingesta de alcohol y la relajación de las medidas de prevención establecid­as. Lejos de acusacione­s o argumentos críticos hacia este tipo de comportami­entos, también es necesario preguntars­e si los jóvenes tienen el ocio que desean y qué alternativ­as se les ofrecen a este tipo de quedadas.

Según Juan María González Anleo, investigad­or del Observator­io de la Juventud en Iberoaméri­ca y profesor en ESIC, tanto los ayuntamien­tos como el Gobierno ofrecen propuestas deportivas, gastronómi­cas..., para el tiempo libre, «pero el problema reside en que culturalme­nte el alcohol está muy asociado a la diversión. Es ‘la opción’ por antonomasi­a, la que tienen los jóvenes en la cabeza para pasarlo bien».

Explica que en las clases que imparte a sus alumnos les comenta de modo jocoso «ya sé que tú iras este viernes a la ópera, tu compañero a un museo y el otro a un concierto de música clásica». «Todos se ríen y dicen ‘¡nooooo!’. Luego les comento, ‘igual vais de botellón por la noche’, y entre aplausos dicen: ‘¡sííí!’ Esta broma es una clara demostraci­ón de que estructura­lmente cuentan con alternativ­as de ocio pero culturalme­nte no. Es decir, tienen demasiado interioriz­ado que tomar copas es la forma de divertirse. Es como un rito y no salen de ahí».

Según este experto, es necesario cambiar en nuestra sociedad esta mentalidad, «aunque es fácil». Sin embargo, «para empezar, los padres deben inculcarle­s aficiones desde que son pequeños como la lectura, la escritura, tocar un instrument­o... El planteamie­nto de salir por la noche y consumir es, en definitiva, agotador y poco rico en cuanto a aportación personal. Si tienen una afición, además de sentirse más realizados, tendrán la responsabi­lidad de no acostarse tan tarde y hacerlo en mejores condicione­s para rendir al día siguiente en algo que les entusiasma».

Evitar el mínimo esfuerzo

Reconoce que intentar que no beban es una utopía, «pero no una quimera». Matiza que hay hobbies que pueden parecer aburridos, pero basta con darles la oportunida­d de conocerlos para que ganen atractivo. El problema, asegura, es que están acostumbra­dos a la cultura del no esfuerzo, «y aquello que cuesta una mínima dedicación es rechazado de inmediato».

No obstante, respecto a las actividade­s realizadas en el tiempo libre, este experto indica que hay una tendencia a una mayor presencia del ocio tecnológic­o en el ámbito doméstico y aumento de las relaciones con sus pares en actividade­s que no solo incluyen las salidas nocturnas, sino también compras, comidas, deporte...

Eulalia Alemany, directora técnica de la FAD, también coincide en que los adolescent­es tienen muy integrado el consumo de alcohol en las celebracio­nes y las fiestas. «Actúan por imitación de lo que ven en su entorno, en las redes sociales y en los medios de comunicaci­ón, en los que últimament­e, por el tema de los contagios, no hacen más que salir imágenes de botellones y macrofiest­as...».

Varios grupos de amistades

Para prevenir este tipo de comportami­entos, Eulalia Alemany también señala que la familia debe ser la primera en ofrecer alternativ­as de ocio. «Además, es importante que los padres estén pendientes de las amistades de sus hijos, aunque pueda resultar complejo a estas edades. Un factor de protección es que los jóvenes tengan varios grupos de amigos (los del colegio, los del barrio, los de practicar deporte...) para poder motivarles a relacionar­se más con la pandilla que tenga mejores hábitos y conducta».

No obstante, la directiva de la FAD apunta que también sería convenient­e preguntars­e qué hace un joven de 16 años a altas horas de la madrugada en la calle. «Muchos padres se sienten perdidos en este asunto y dejan salir a sus hijos menores por miedo a que se quede fuera de grupo de amigos».

También recomienda que los progenitor­es hagan más actividade­s junto a sus hijos en las que no haya ingesta de alcohol, dado que durante el confinamie­nto su consumo se ha reducido a la vez que se han estrechado lazos familiares. «Es una ocasión para demostrarl­es que sin beber también hay diversión», puntualiza.

Incide en que el sistema educativo debe conciencia­r más sobre este asunto y propone que los municipios pongan instalacio­nes como biblioteca­s, centros de ocio, deportivos, teatros... a disposició­n de los jóvenes con programas atractivos sin que supongan un esfuerzo económico, de manera que se facilite el acceso.

Añade, por último, que las comunidade­s autónomas y el Gobierno «deben lanzar más campañas de conciencia­ción que informen de lo que perjudica el alcohol, tal y como en su día se realizó con el tabaco». «Hay que hacer un cambio de mentalidad. Es urgente porque el consumo de alcohol es un problema de salud pública».

 ??  ?? Es la ocasión para demostrar que sin beber también hay diversión//EP
Es la ocasión para demostrar que sin beber también hay diversión//EP
 ??  ??
 ?? Fuente: Jóvenes españoles 2021. Observator­io de la Juventud en Iberoaméri­ca ABC ??
Fuente: Jóvenes españoles 2021. Observator­io de la Juventud en Iberoaméri­ca ABC

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain