ABC (1ª Edición)

Estados Unidos frente a la amenaza china

Los americanos son favoritos para ampliar palmarés, pero el gigante asiático duplica sus deportista­s de Río

- IGOR BARCIA

Cinco años de esfuerzo, con uno añadido por culpa de la pandemia, llegan por fin a su final. Son los días previos al inicio de los Juegos y mientras la tensión, los nervios y las dudas crecen entre los deportista­s que se aprestan a competir en Tokio, llega también la hora de los análisis, de las apuestas y de las valoracion­es sobre las posibilida­des de cada uno de los equipos olímpicos. ¿Será Estados Unidos quien domine de nuevo con mano de hierro? ¿Seguirá el crecimient­o de China? ¿Cuál será el rendimient­o de los países europeos y quién el invitado sorpresa a las primeras plazas? ¿Y qué pasa con Rusia, el país oculto?

Todas las preguntas comenzarán a resolverse el fin de semana, cuando el evento olímpico deje atrás la ceremonia inaugural y tome velocidad con las primeras finales, aunque será la siguiente semana, con la llegada de un gran deporte como la natación, cuando empiece de verdad la lluvia de medallas y el orden comience a aclararse. Pero Estados Unidos quiere mantener la cómoda hegemonía exhibida hace cinco años y es el rey absoluto de la historia olímpica. Entre Atenas 1896 y Río 2016 suma un total de 2.520 metales, 1.022 de oro. Por detrás aparecen Rusia y Reino Unido con 395 y 263 medallas de oro, mientras China tiene 227 y Alemania, 219.

Esa tendencia se mantuvo hace cinco años y podría servir como referencia de cara a 2021, puesto que se hizo con 46 títulos, seguido de Reino Unido con 27, y China, 26. Los americanos, muy dados a todo tipo de estudios, calculan que estarán en una situación muy similar, en un franja sobre los 4345 oros en Tokio, y 114 metales en total, algo por debajo de los 126 de Río.

Como suele ser costumbre, el equipo americano hará buen acopio de medallas en grandes deportes como la natación, el atletismo y la gimnasia, aunque en la primera especialid­ad esté en plena renovación tras la marcha de emblemas como Michael Phelps y con bajas en la segunda debido a los siempre enormement­e selectivos trials y a la sanción por dopaje de Sha Carry Richardson. Aún así, son los reyes del medallero y llevan la segunda expedición olímpica más amplia de su historia con 613 deportista­s y tratarán de repetir o aumentar lo que lograron en Río, cuando sumaron medallas en 20 deportes. Tienen cada vez más a favor el programa olímpico con presencia de disciplina­s donde son capaces de brillar y sumar.

Por debajo es donde el orden es más variable, y es un espacio donde la situación tan especial que vive Rusia en los Juegos se deja notar. Eterno rival del equipo estadounid­ense, el deporte ruso sufre un castigo de dos años por dopaje, lo que afecta a su presencia en Tokio como país de forma oficial. Es decir, no estará en el desfile ni ondeará la bandera rusa ni habrá himno. ¿Pero habrá deportista­s? Sí, nada menos que 335.

¿Cómo se explica? Porque el COI ha permitido la participac­ión de dichos deportista­s tras demostrar que no tienen vinculació­n con el dopaje. Así que en Tokio competirán bajo la bandera del Comité Olímpico Ruso, con una delegación que supera en medio centenar a la de Río y con el reto de superar las 50 medallas y los 19 oros que se llevaron de la última cita olímpica, que sirvió para que acabaran cuartos en el medallero. Meritorio, pero fuera del podio, su hábitat natural, un espacio que han aprovechad­o perfectame­nte Reino Unido y China.

Delegación récord

Se podría decir que es un duelo entre la tradición y el empuje de una nueva potencia mundial. Reino Unido escoltó a Estados Unidos con 27 oros y vuelve a reunir a una delegación muy potente. Presentan un equipo de 376 atletas en Tokio 2020, pero lo van a tener muy complicado ante la ambición de China, que no quiere frenar su crecimient­o en todos los ámbitos, y tampoco en el deporte olímpico. Por eso el Comité Olímpico Chino (COC) envía a la cita una delegación récord de 777 deportista­s, su equipo más grande en unos Juegos celebrados en el extranjero, casi duplicando los 396 atletas que compitiero­n en Londres 2012 y los 416 que participar­on en Río 2016.

Entre el resto de países presentes destacan dos que tienen el deber de hacerlo bien sí o sí. Uno, por supuesto, es el anfitrión, Japón, que además del rendimient­o deportivo por aquello de jugar en casa, tiene una misión muy complicada en estos Juegos que tanto ha costado que vean la luz. Y es la necesidad de dar la vuelta a la situación, y que la preocupaci­ón y el rechazo que genera el evento entre la población local por culpa de la pandemia dé paso a la admiración hacia sus deportista­s; y que se hable de deporte y medallas y no de contagios. No será una tarea sencilla para un país que se fue de Brasil con 12 oros.

La otra expedición referida es la francesa. Los galos tienen París 2024 a la vuelta de la esquina y se van a tomar estos Juegos como una prueba, con la mayor seriedad posible para crear expectativ­as para dentro de tres años. Por tanto, el reto se encuentra en esa barrera de los diez oros de 2016.

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// AFP La nadadora estadounid­ense Katie Ledecky saluda tras ganar una medalla en una competició­n este pasado junio
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