Maldita estampa de tu infamia
Revienta ver que los albaceas de ETA se dan un homenaje a plena luz y a las víctimas se las acorrala
No tendría que escribir esta columna. ¿De qué sirve cuando sobran todas las palabras? Debería haber cruzado la Redacción hasta donde Manolo, Álvaro y Lillo. Pedir a los tres mosqueteros de Opinión que me dieran libre porque el adagio es más cierto que nunca y dos imágenes enfrentadas explican infinitamente mejor esta mácula que mis torpes palabras. Dos fotografías, cara a cara, la luz frente a las tinieblas, la bondad versus la miseria. La primera, el homenaje con el que se (des)honra a las víctimas. Fue el miércoles pasado, otro día más, maldita desgracia, para la infamia. Los rescoldos de ETA dándose un homenaje. Juntitos en manada, pavoneándose, exhibiéndose retadores, el pecho henchido, orgullosos de que en una soleada mañana en el Paseo Nuevo de San Sebastián sus vecinos fueran testigos de que los hechos confirman lo que se empecinan en negar, cobardes, sus aliados monclovitas.
¿No me creen? Sigan mirando. Sí, ahí, más a la derecha. Lo sé. Cuesta reconocerlos con la mascarilla, en un frío salón de actos, rodeados de corbatas, como un cordón sanitario imaginario. Recogiditos en una sala que se me antoja zulo, falto de luz pero pleno de palabras huecas, almibaradas, de grandilocuencia tasada, cínicamente guionizada porque hay que ir con tiento, que no es cosa de ofender a quienes imponen su ley en las plazas del Norte. Esas alimañas señorean en las calles donde ya no matan pero que nadie diga que no acorralan.
Qué entereza, qué coraje, qué admirable paciencia la de todas esas víctimas que tras el homenaje de lamentos sin perdones volvieron a casa esquivando pintadas que hieren en el alma. Quema pensar que los albaceas de la muerte se fueron de potes a brindar porque demostraron que sí, españolitos, nuestro aquelarre en Donosti vale mucho más que mil palabras entonadas por los apóstatas de vuestra Democracia, Zapatero y su aprendiz de hechicero. Ese que dijo que con Bildu, nada de nada.
Sánchez, con dos imágenes se te retrata.