ABC (1ª Edición)

Bruselas no es la solución

- IGNACIO MARCO-GARDOQUI

Mientras los precios de la electricid­ad suben en el mercado mayorista –con una repercusió­n variada en familias y empresas–, el Gobierno se muestra incapaz de arreglar el meollo de la cuestión. Una parte de la culpa reside en problemas externos que caen muy lejos de su capacidad de obrar, como es el precio del gas; otra se encuentra a medias, como en la determinac­ión de las emisiones de CO2 y otras más caen de pleno dentro de su ámbito de actuación, como es el caso de los impuestos que gravan la tarifa. De lo que sí ha sido capaz Sánchez es de formular una promesa –los precios a finales de año serán similares a los de 2018–, que no va a alcanzar, lo que engrosará su abigarrado capítulo de incumplimi­entos.

Así que ha ido a Bruselas en busca de una solución global, que allí tampoco va a encontrar. La situación afecta a todos los países miembros, pero el impacto es desigual. La UE podría repensar la cuantía de las emisiones de CO2 permitidas a la industria, y si se amplían las cantidades o se alargan los plazos, su precio bajará. Pero eso es muy complicado, sería extraordin­ariamente controvert­ido y, desde luego, no sería rápido. Como la otra de centraliza­r las compras de gas. ¿Quién compraría, con qué criterios de adjudicaci­ón, quién fijaría el precio y determinar­ía los orígenes? ¿De verdad piensa que se va a negociar con Rusia o con Argelia algo tan sensible como el suministro del gas? Si es así, ya puestos podrían pensar en centraliza­r las compras de petróleo o de sistemas de informátic­a, que también son bienes capitales y sensibles.

Sánchez no sabe cómo arreglar el desaguisad­o, pero es muy difícil que la solución aparezca en Bruselas e imposible que lo haga con urgencia. Así que a pensar. Por ejemplo, a pensar en la oferta de Iberdrola que le ha cogido por la mano. Su oferta de mantener precios si se retira el decreto es magnífica. Si lo hace, habrá derrotado al Gobierno y si no lo hace, la culpa del alza de los precios no será suya. Seguro que Iberdrola ha hecho sus números y la oferta le sale a cuenta. Más dudoso es que Teresa Ribera haya hecho los suyos. Además, ahora los tendrá que rehacer y dar una respuesta que tiene muchas aristas y grandes riesgos. Le han adelantado, y ya sabemos que a los gobiernos no les gusta nada ir a pie forzado. Máxime, cuando tampoco contará con la ayuda de sus socios que, como siempre, irán al bulto.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain