ABC (1ª Edición)

Dos formas de perseguir el futuro

▶ El primer clásico sin Messi ni Ramos se renueva con la esperada rivalidad entre Ansu Fati y Vinicius, las grandes promesas de Barcelona y Real Madrid

- HUGHES

Los clásicos representa­n una rivalidad completa, cósmica, el tópico cumplido de dos formas de entender la vida. Esa es, al menos, la poesía con la que se han ido adornando. En cierto modo, Barça y Madrid evoluciona­n como un hecho en sí mismo, aislado, y por ello hay en los dos contendien­tes simetrías, paralelism­os, y en ocasiones simples complement­ariedades. El uno imita al otro; el otro se adapta al uno.

El del domingo será el primer clásico sin Messi. Ya hubo, en cierto modo, muchos clásicos con incomparec­encia del astro, pero ahora queda de él la cicatriz, el hueco, la sensación motriz de lo amputado. Si el barcelonis­mo pestañea, aun puede sentir a Messi haciendo la diagonal. Pero no está, y en esa inmensa zona en carne viva, aparece ahora Laporta con la rosa mosqueta de la ilusión. Cada acto culé tiene un componente propagandí­stico innegable. En realidad, Laporta ha sido siempre un imitador de Florentino, el gran ilusionist­a. Sucedió en la primera etapa, con Ronaldinho, y no será distinto ahora, con Laporta escoltando a Florentino en la Superliga.

Si el Madrid está reestructu­rando el estadio, el Barcelona ha de afrontar antes la reestructu­ración económica y salarial. El Madrid ya anda por lo patrimonia­l, construyen­do un futuro tangible, pero el Barcelona afronta un retraso gerencial, empresaria­l, que se ocultó con el culto ciego a Messi. El 10 se llevaba las miradas quedando el resto a oscuras.

Solidez institucio­nal

El Madrid está mejor institucio­nalmente, y esto parece bastarle a cierto madridismo que no siente la urgencia de trasladar esta superiorid­ad al campo.

Hay algo en común: el futuro. Más sólido y cercano en el Madrid; más lejano en el Barcelona. Son dos formas actuales de perseguirl­o encarnadas en dos jugadores. Vinicius (21 años) ya ha sido importante en clásicos y derbis, algo que se olvida, pero ahora se espera que lo haga de un modo distinto, luciendo en la pechera galones nuevos. Enfrente, Ansu Fati (18 años) es a la vez argumento y esperanza del Barcelona, y el partido puede ser el inicio oficial de su rivalidad. A eso estamos acostumbra­dos, a interpreta­r el clásico como una cuestión personal, pero nótese la diferencia: antes se debatía quién era o había sido mejor, si Messi o Cristiano, ahora se debatirá quién podrá serlo. Solo se puede comparar la hipotética tasación del Transferma­rkt.

El Barcelona ha perdido a Messi y ha perdido también la primacía del estilo. Es una doble pérdida que unida a la económica sumen al culé en un estado depresivo nuevo. Así las cosas, y ante un presumible Casemiro-Modric-Kroos, medios que ya le quitaron la pelota, el Barcelona de Koeman deberá cambiar un poco, matizar aun más la fidelidad a la posesión con un fútbol más enérgico, más rápido, más físico, si vale la expresión. No tanto Sergi Roberto como Dest-Mingueza, más las maneras presionant­es que se adivinan en Gavi. Habría por tanto juventud y pressing en el centro, y velocidad en las alas. Es probable que el Barcelona se presente, en su primer clásico sin Messi, con una idea germinativ­a de bloque, de campo de minas, de equipo correoso. Es lo que puede oponerle al Madrid. El ‘soci’ se sorprender­á aplaudiend­o cosas que no imaginaba.

Las plantillas

La plantilla del Barcelona no está a la altura de su historia, pero tiene potenciali­dades larvadas. No da para orquesta sinfónica, pero sí para formar una rítmica orquesta de jazz o un convincent­e combo salsero. Si el partido se descompusi­era en duelos individual­es, el Madrid se impondría en casi todos, pero en su núcleo central, en la cabina del mediocampo, su fútbol es veterano y reumático, y su defensa sigue siendo

temblorosa. El Barcelona tiene la oportunida­d ahí, en la intersecci­ón entre la lentitud de Modric-Kroos y la falta de contundenc­ia de AlabaMilit­ao.

El Barça ya no es el del ‘Aquest Any sí’, ganarle al Madrid no salvará su temporada. En el Madrid tampoco nada se alterará demasiado. La estabilida­d institucio­nal le da una paciencia desconocid­a, una ataraxia forofa (el florentini­smo como estado levitativo). El Madrid ya no vive en el pasado de las Copas en blanco y negro, vive en el futuro perfecto de Mbappé. Es decir, que por tener, el clásico no tendrá ni ansiedad, solo la esperanza mutua en Ansu y ‘Vini’.

 ?? EP I. GIL ?? RELEVO GENERACION­AL Ya sin Messi ni Ramos (arriba), el Camp Nou acogerá un clásico en el que Ansu Fati y Vinicius abanderan ahora la ilusión de Barca y Real Madrid. Superada ya su lesión, el azulgrana presenta una media de 1,89 goles por partido en la Liga, en la que el brasileño del club blanco suma ya cinco tantos, dos más que los que celebró el pasado campeonato
EP I. GIL RELEVO GENERACION­AL Ya sin Messi ni Ramos (arriba), el Camp Nou acogerá un clásico en el que Ansu Fati y Vinicius abanderan ahora la ilusión de Barca y Real Madrid. Superada ya su lesión, el azulgrana presenta una media de 1,89 goles por partido en la Liga, en la que el brasileño del club blanco suma ya cinco tantos, dos más que los que celebró el pasado campeonato
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