‘España multinivel-Maribel’
Adrián Barbón Presidente del Principado de Asturias Que no le falte de nada al proyecto sanchista. Ahora el bable será oficial en Asturias, que a la izquierda nunca le viene mal un brote de nacionalismo con el que poder pactar
Anda la izquierda asturiana loca de contenta, tanto que casi le da para subirse al árbol del himno, después de que el PSOE y Foro Asturias anden intercambiando cromos para hacer oficial el asturiano (antes bable) y ya puestos el gallego-asturiano –y lo que haga falta, oiga– a cambio de que el socialista Barbón saque adelante los presupuestos del año que viene. Se trata esta de una vieja reivindicación de la izquierda local más extrema y del (hasta el momento) microscópico nacionalismo asturiano, una corriente política que lo tiene difícil en el lugar que corre con la fama de ser el primer germen de lo que es España. En principio, que prenda el nacionalismo asturiano es tan difícil como batir el récord del mundo de los 100 metros lisos calzando madreñas. Pero la sandez de la ‘España multinivel-Maribel’ alumbrada por Sánchez avanza imparable en su propósito de dar cobertura en el resto de España al afán rupturista de catalanes y vascos, repartiendo aquí y allá imposturas, en forma de migajas, con las que poco a poco se vaya desdibujando España en un batiburrillo federalista con castas de distinto nivel financiero y competencial. El asturiano es una variedad dialectal, como lo son el castúo extremeño o el panojo murciano, y su ascenso a la oficialidad en Asturias no tiene otro objeto que crear allí más embriones de fenotipo identitario, de los que siempre tira la izquierda para pactar. Bueno, el otro objetivo es gastar una montaña de dinero, de la altura de los Picos, en lo innecesario.