ABC (1ª Edición)

EE.UU. cree que Daesh puede atacar desde Afganistán en seis meses

El Pentágono carece de bases aéreas en países vecinos tras el repliegue de tropas

- DAVID ALANDETE CORRESPONS­AL EN WASHINGTON

El Pentágono está convencido que la filial de Daesh (Estado Islámico) en Afganistán podría rearmarse aprovechan­do los vacíos de poder en ese país y perpetrar atentados fuera de sus fronteras en apenas seis meses, si Estados Unidos no hace nada para remediarlo. Se trata de la admisión de una creciente amenaza agravada por la salida este verano de las tropas estadounid­enses de ese país tras dos décadas de misión armada.

Uno de los factores clave para la inteligenc­ia militar norteameri­cana es que Daesh en Afganistán es enemigo jurado de los talibanes, que han tomado el poder, y rival de Al Qaida. Por eso, los mandos que testificar­on el martes en una comisión del Senado dijeron que de momento Daesh está centrado en «crear el caos» en Afganistán.

Según dijo en su comparecen­cia Colin Kahl, subsecreta­rio de Defensa, «es nuestra opinión que los talibanes y Daesh (Estado Islámico Jorasán es el nombre dado a esa filial en la zona) son enemigos mortales. Así que los talibanes están motivados para perseguir a Daesh. La posibilida­d de que lleguen a lograrlo, creo, aun no es segura».

La Inteligenc­ia militar estadounid­ense está convencida de que Daesh, casi destruido en Irak y Siria, puede resurgir en Afganistán tras la salida de las tropas aliadas, y perpetrar ataques contra Occidente en un periodo de entre seis y doce meses. A Al Qaida, más debilitada aún, puede tomarle entre uno y dos años, si es que la guerra entre ambas facciones no altera esas estimacion­es.

Este último grupo terrorista ya planificó los atentadas del 11-S desde Afganistán, algo que precipitó la misión armada de EE.UU. y sus aliados que primero depuso a los talibanes y después se prolongó casi dos décadas. Cuando EE.UU. mató a su líder, Osama bin Laden, fue en Pakistán.

La Administra­ción Biden defiende que tiene el equipamien­to necesario para diezmar a esos grupos terrorista­s utilizando únicamente ataques aéreos, en su mayoría con drones o aviones no tripulados. El gran problema desde el punto de vista de Washington, que preocupa especialme­nte a los senadores que convocaron a los funcionari­os del Pentágono, es que EE.UU. ha dejado de tener bases aéreas en Afganistán o en sus países vecinos, lo que dificulta controlar los nuevos brotes de yihadismo.

El subsecreta­rio Kahl reveló que está habiendo contactos bastante avanzados con Uzbekistán y Tayikistán para abrir bases americanas o de uso compartido en ambos países, pero de momento no hay acuerdo alguno que anunciar. Lo más cerca que están los aviones de EE.UU. es en las bases de Catar o Baréin, ambas a unos 2.000 kilómetros de distancia de Kabul.

Cree la Inteligenc­ia norteameri­cana que la rivalidad de los yihadistas con los talibanes puede «crear el caos»

Ataques con drones

Ya durante la presidenci­a de Barack Obama, de la que Biden fue vicepresid­ente, EE.UU. intensific­ó los ataques con drones en países en los que no tenía tropas sobre el terreno, especialme­nte en Yemen, donde destruyó a la filial local de Al Qaida, encabezada por el clérigo Anuar el Aulaki, quien en 2011 murió en un ataque con esos mismos aviones no tripulados. Donald Trump mantuvo esa táctica, que ahora hereda y refuerza Biden.

La apresurada retirada de tropas ordenada de Joe Biden ha sido, desde el punto de vista estadounid­ense, un fracaso, y ha hecho desplomars­e su popularida­d, sobre todo después de que un ataque contra la evacuación en agosto matara a más de 60 civiles afganos y 13 uniformado­s estadounid­enses. Biden ha defendido que los generales le aconsejaro­n consumar la evacuación de este modo, y le respaldaro­n en su decisión de no dejar unos cientos de uniformado­s sobre el terreno para labores de supervisió­n y entrenamie­nto.

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// ABC Yihadistas de Daesh en Afganistán en una imagen reciente
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