La crisis de las materias primas y la luz tensan ya las exportaciones
Las ventas al exterior siguen su escalada, pero las empresas empeoran previsiones para los próximos meses La industria cree que la actual coyuntura retrasará la recuperación hasta bien avanzado 2022
Las empresas españoles exportan a niveles récord durante el 2021, según el Gobierno, pero las perspectivas de crecimiento se van diluyendo en la asfixiante coyuntura que están dejando los altos precios de las materias primas y de las energías. Las firmas exportadoras siguen celebrando la recuperación, pero con estrepitosa cautela. Porque en su órbita ya planea la losa a sus carteras de pedidos, con un aumento de costes que, en muchos casos, diluye uno de sus principales atractivos en la venta de sus productos: la competitividad de sus precios.
Las exportaciones españolas crecieron en agosto un 25% hasta los 22.000 millones de euros. Un espectacular alza que también se justifica por la pérdida de actividad en agosto de 2020 con el virus fraguando su segunda ola. Pero en los ocho primeros meses del año, las ventas al extranjero superaron los 200.000 millones de euros (201.626), lo que según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo supuso «un máximo en la serie histórica».
Unos números que, en cualquier caso, muestran la importancia del comercio al exterior en la recuperación del tejido empresarial español, pero que podrían acabar siendo un rayo de luz antes de la tempestad. De hecho, las compañías españolas ya visualizan el golpe de la escasez y alto precio de las materias primas y de los fletes marítimos, además del alza de las energías. En la Encuesta de Coyuntura de la Exportación publicada la semana pasada por el mismo Ministerio de Industria se refleja ya cierta preocupación en el comercio exterior. Así, el indicador de previsión de exportaciones para este cuarto trimestre se redujo en 0,7 puntos respecto al trimestre anterior hasta los 13,5. Una cifra que se dispara en las previsiones de las empresas hasta septiembre de 2022 en hasta nueve puntos menos desde el 36,1 hasta el 27,1. Aunque la sensación general es de que habrá estabilidad en la cartera de pedidos hasta el cierre de 2021, el 16% de las firmas espera vender menos hasta diciembre y apenas el 30% cree que aumentará su demanda exterior.
Entre otros factores, las firmas españolas que comercializan al extranjero muestran mayor inquietud por la subida de las materias primas. Según la encuesta de Industria, más de tres de cada cuatro (77,7%) señalan este alza como la circunstancia que más influye negativamente en su cartera de pedidos. Mientras, el 60% muestra su descontento por el alto precio del petróleo, mismo dato para los que miran de reojo la competencia de precios respecto a los países vecinos. En la parte positiva, la evolución de la demanda externa sigue siendo el factor más repetido (47%) seguido de la competencia en calidad (26%). El cuestionario no indaga, sin embargo, sobre la visión empresarial del alza del precio de la luz, elemento de costes fundamental en muchos sectores.
En algunos de ellos, como el siderúrgico, la energía eléctrica es el único factor diferenciador con su competencia en el extranjero. «Por circunstancias del mercado eléctrico español la exposición de la siderurgia española a la volatilidad del precio diario es mucho mayor que la alemana y, por supuesto, que la francesa, por lo que las exportaciones puntuales (la producción extra) se ven fuertemente penalizadas por lo precios eléctricos que se suman a otros aumentos de costes como el transporte, las materias primas o los consumibles que se están produciendo desde hace ya meses», explica el director general de Unesid, Andrés Barceló.
Empresas del sector como ArcelorMittal se han visto abocadas a hacer parones de producción por el alto coste de la electricidad, con el precio medio en octubre superando los 205 euros megavatio/hora. En este caso, el coste de la luz puede alcanzar hasta el 60% de los gastos de fabricación, por lo que la subida de precios podría conllevar una revisión al alza que podría mermar su competitividad respecto a otros países vecinos.
La patronal de las empresas de gran consumo eléctrico, AEGE, que representa a los sectores metalúrgico, químico, siderúrgico y de gases industriales, ha denunciado desde hace meses el daño que sufren sus sectores por el sistema tarifario. Ya en agosto estimaba que la desventaja competitiva con sus homólogas francesas y alemanas superaba los 700 millones de euros por el coste de la luz en España.
Cabe recordar que las medidas que aprobó el Gobierno el mes pasado para que el alza de los costes repercutiera menos en la facturas solo se aplicó a los hogares y no a los sectores industriales, como así pidió el conjunto del sector.
Transversal en la industria
Más allá de la subida de las energías, lo que sí es transversal a todos los sectores industriales es la escasez y subida de precios de las materias primas agravado por la crisis de los contenedores. Un lastre sin previsión de final. Lo recordó hace unos días la directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, al señalar que la crisis de suministros durará algunos meses más.
También lo piensan en la patronal de las Empresas Industriales Internacionalizadas, AMEC, que reúne a 350 firmas de todos los subsectores industriales. «El punto de inflexión ha llegado en septiembre. Vemos que hay una pendiente en la crisis de materias primas y tenemos cierta preocupación. Empezamos a poner en duda nuestra expectativa de volver a niveles prepandemia a finales de año. Los primeros trimestres del 2022 tendremos que seguir con lupa lo que está pasando», asegura a este pe
riódico el director general de AMEC, Joan Tristany.
El gerente de la comunidad de las Empresas Industriales explica que los buenos datos de exportaciones de los últimos meses se deben a la recuperación de la demanda que quedó apagada por la pandemia, a la que se han sumado los pedidos actuales y los generados por los billonarios planes de reconstrucción estatales para paliar la crisis del Covid-19. Unas cifras de comercio exterior que cree que hay que tomar «con cautela» por la subida de las materias primas. «Los crecimientos que traíamos se van a ralentizar. El difícil acceso a las materias primas retrasará muchos pedidos», abunda.
La inquietud en la industria es máxima, como quedó reflejado en la última publicación del Índice de Confianza Empresarial del INE que muestra un descenso de confianza del 0,7% para este trimestre en el sector. En algunos sectores, como el del automóvil, el año ya se considera irremontable por la falta de semiconductores. En este segmento, las previsiones no mejoran y se espera que la crisis continúe los próximos trimestres. De hecho, en la encuesta coyuntural realizada por Industria las compañías enfocadas en este mercado son las más pesimistas con la evolución de su cartera en los próximos meses.
En agosto, sus ventas al exterior descendieron un 13,8% respecto al mismo mes del año pasado, y eso teniendo en cuenta el parón económico del virus en 2020. En total, la industria automovilística española produjo 178.000 vehículos en septiembre, un 32,2% menos que en el mismo mes del año pasado.