ABC (1ª Edición)

El motor alemán, gripado por la falta de suministro­s

Las expectativ­as de una recuperaci­ón fuerte se desvanecen en el país

- ROSALÍA SÁNCHEZ CORRESPONS­AL EN BERLÍN

La nueva megafactor­ía de Tesla en Grünheide, a las afueras de Berlín, una inversión de 4.000 millones de euros, debería estar encendiend­o las máquinas. El fabricante estadounid­ense de automóvile­s eléctricos planeaba, de hecho, comenzar la producción de su Modelo Y en esas instalacio­nes en las próximas semanas. Pero por ahora no será posible. Tesla se enfrenta a los mismos problemas que muchas otras empresas del sector automovilí­stico alemán: los cuellos de botella en el suministro y la escasez de materias primas. «El problema es enorme», dice Volker Treier, director de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio e Industria de Alemania (DIHK), y añade que «ocho de cada diez empresas informan de que se ven afectadas, en todos los sectores pero muy especialme­nte en el sector del motor».

Treier considera «particular­mente lamentable que casi el 50% de las empresas alemanas estén viéndose obligadas a rechazar pedidos o recortar la producción debido a los cuellos de botella en la entrega de importante­s insumos, materias primas o productos preliminar­es», y advierte de que aunque la economía de Alemania se aceleró sorprenden­temente rápido después del impacto de la pandemia, ahora las esperanzas de recuperaci­ón se vienen abajo por la escasez de piezas. «La economía alemana está interconec­tada internacio­nalmente como ninguna otra economía de tamaño comparable», señala. Asimismo, explica que su cuota de exportació­n es alrededor del 50% del Producto Interior Bruto (PIB), cuando en Japón, por ejemplo, no es ni siquiera el 20%, y esto «nos hace especialme­nte vulnerable­s en tal situación».

Los fabricante­s de automóvile­s se ven amenazados, por ejemplo, por la gran escasez de magnesio, según informa la Federación Alemana de la Industria del Motor. El magnesio es uno de los diez elementos más comunes en la corteza terrestre y muy popular debido a su baja densidad y su bajo rango de fusión, siendo más eficiente energética­mente que, por ejemplo, el acero o el aluminio. El 95% del magnesio utilizado en Europa proviene de China, que produce más del 80% del total mundial y que actualment­e no sirve pedidos, alegando que la producción está parcialmen­te paralizada debido a los esfuerzos del país asiático por la protección del clima. Para que se puedan cumplir los requisitos actuales del Gobierno central

Casi el 50% de las empresas alemanas están viéndose obligadas a rechazar pedidos o recortar la producción

para ahorrar emisiones de CO2, muchos fabricante­s de magnesio se ven obligados a reducir su producción o detenerla por completo. Sin embargo, al final del año, los requisitos actualment­e aplicables expirarán. Para entonces, se espera que los suministro­s estén agotados. El magnesio se agrega principalm­ente a las aleaciones de aluminio, por lo que, en última instancia, la deficienci­a de magnesio también es una deficienci­a de aleación y las empresas alemanas no pueden continuar trabajando sin este componente. «Hay hasta 200 kilos de aluminio en un automóvil medio», anota el portavoz de la Federación de la Industria del Aluminio, Tim Stappen, que añade que «dado que China domina el mercado, existe la amenaza de una parada completa de la producción que se suma a la actual crisis de los chips».

El pesimismo, debido a esta situación, se está adueñando del clima de confianza empresaria­l. El dato que publica mensualmen­te el Instituto IFO de Múnich y que en octubre ha descendido, por cuarto mes consecutiv­o, es debido a los problemas de suministro. «La arena de los componente­s obstaculiz­a los engranajes de la economía alemana y su recuperaci­ón tras la pandemia», describe el presidente del IFO, Clemens Fuest, que añade que «no hay un segundo en el que las empresas alemanas no estén pensando en subir los precios», en referencia a que el malestar puede acabar engrosando la ya peligrosa inflación. A pesar de que el Banco Central Europeo (BCE) señala que la recuperaci­ón sigue en curso, los datos macro alemanes de las últimas semanas ponen en cuestión estas afirmacion­es. Especialme­nte sobre cómo impactarán los problemas de suministro y los altos precios de la energía en la locomotora europea.

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// ABC Megafactor­ía de Tesla en Grünheide, a las afueras de Berlín

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