La lava del volcán alcanza el doble de altura que la Torre Eiffel
►Pese a la gran sismicidad en La Palma, los expertos rebajan la alerta porque los terremotos no son superficiales
El volcán de La Palma no cesa y sigue mostrando, día tras día, gran actividad efusiva. Tal y como explicó ayer el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), la altura de la fuente de lava alcanza aproximadamente 600 metros, el doble de altura que la Torre Eiffel. Mientras, con la continua emisión de lava, el cono principal vuelve a caerse constantemente debido a la acumulación y al peso que soporta el edificio volcánico.
Pero si hay algo que preocupa a la población es la gran actividad sísmica que se instaló en la isla días antes incluso de que se abriera la fisura en el parque de Cumbre Vieja y el volcán –aún sin nombre– comenzara a emitir material hasta la superficie. Así, la red de vigilancia volcánica de seguimiento 24 horas del Instituto Geográfico Nacional (IGN) registró ayer un nuevo terremoto de magnitud 4,8 (mbLg), sentido con intensidad IV –en la escala EMS, sobre XII– y es el segundo más grande registrado hasta la fecha por el mismo organismo.
El seísmo se produjo a las 15.21 horas al suroeste del municipio de Villa de Mazo, a 37 km de profundidad, y fue sentido en numerosos núcleos de toda la isla. Apenas diez minutos después se registraron una serie de terremotos en cadena, once de los cuales superaron la magnitud 3. Algunos llegaron a ser sentidos con intensidad IV.
Por el momento, la profundidad media a la que se registran estos temblores sigue estando en el tránsito entre la corteza y el manto terrestre, esto es, entre 10 y 14 kilómetros, según comenta el vulcanólogo del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos José Luis Barrera Morate. Pese a todo, el experto explica a este periódico que alguno «se ha escapado» y se ha registrado a menor profundidad. A pesar de que reconoce que los terremotos siempre son un «problema», pide mantenerse «pendientes» de ellos. En su opinión, la preocupación comenzaría en el momento en el que la profundidad a la que se registran los seísmos ascendiente hacia las capas más superficiales. «Habrá que vigilar esa zona en la que se eleva el hipocentro», asegura Barrera.
«Buenas noticias»
Además, Juan Rueda, jefe del servicio de Detección Sismográfica del IGN, recuerda que los terremotos son fruto de la ruptura de la corteza ante el empuje del magma. «Habría que alarmarse en el momento en el que aparezca sismicidad a una profundidad menor en otra zona de la isla. Para que se produzca no tiene que abrirse una nueva boca eruptiva», expone Rueda. De acuerdo con lo ocurrido históricamente con la actividad sísmica en La Palma, este experto no descarta que se pueda dar algún temblor de mayor intensidad.
Por otra parte, la lava continúa fluyendo en su camino hacia el mar sobre «zona destruida», lo que al fin supone una «buena noticia» para la isla que sigue perdiendo hectáreas ante su avance. Así lo expresó ayer en rueda de prensa el director del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende. Según indicó, la «ruptura del cono y su reconfiguración» generó un importante flujo de lava ante el que los equipos se mantuvieron en alerta, pero se ha mantenido en las últimas 48 horas «de forma favorable». Se trata de una colada al oeste, que discurre sobre «terreno ya destruido».
Las lenguas de lava, asimismo, siguen «enfocadas al mar al oeste» y el mayor aporte lo recibe la colada 1 primigenia, que alcanzó el océano creando una fajana en la zona de Los Guirres, y la colada 4, a apenas unos metros desde hace semanas de llegar al mar.
Como contrapunto a las buenas nuevas, Morcuende indicó que la emisión de dióxido de azufre (SO2) asociada al penacho continúa en valores altos, alcanzándose el martes las 37.350 toneladas diarias. En cuanto a la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) en el edificio de Cumbre Vieja, tras diez días de tendencia a la baja, alcanzó las 1.320 toneladas diarias.