El increíble caso del ‘Doctor Portuondo’
► Filmin estrena su primera serie propia, una comedia con la que Carlo Padial adapta su propia novela autobiográfica
«Yo hice cinco años de terapia. Tuve la suerte de conocer al doctor en el que están inspirados la serie y el libro. Era un cubano exiliado y afincado en Barcelona que lo había vivido todo». Hasta aquí todo parece normal, pero Carlo Padial confirma que la primera serie original de Filmin, ‘Doctor Portuondo’, no exagera a la hora de retratar al psiquiatra que le da título. Cierto es que Jorge Perugorría y Nacho Sánchez ayudan a que el impacto de esta comedia sea mayor. Los espectadores podrán entrar en la consulta a partir de mañana.
«Era un privilegio estar cerca de él», prosigue el escritor y cineasta, ahora también creador de series. «Con el tiempo me di cuenta de que había conocido a un tipo sensacional, una especie de Jodorowsky. Me gustó mucho recopilar todas sus enseñanzas que, como se ve en la serie, transcribía en libretas. Él consideraba que era más interesante que tú y le gustaba tumbarse en el diván. Yo lo encajaba bien, porque estaba de acuerdo en que él era más interesante. Yo pagaba, pero tampoco pasa nada».
¿Es verdad que echaba a los pacientes que no le complacían? «Echó a muchísimos, incluido el que me lo recomendó. Lo mandó a la calle al grito de ‘¡Mendigo!’ porque solo hablaba de dinero. Yo llevé a mucha gente a la que expulsó y a otros que no aguantaron».
En esta historia, el único peculiar no es el doctor. Padial se inventaba patologías. «En mis primeras meses, todo lo que contaba era para intentar divertirlo. Poco a poco, me di cuenta de que por ahí no íbamos bien». ¿Sirvió la terapia? «¡Mucho! Me cambió la vida».
¿Ayudará al espectador? «Por un lado, terminará peor, porque se le sumarán problemas. Será más consciente de cosas en las que quizá no ha pensado. Me pasó a mí. Y cuanto más consciente eres, más sufres. En ese sentido, es lo contrario de un entretenimiento. Por otro lado, te da herramientas y fórmulas con las que poder pensar. Creo que la serie puede tener cierto efecto catártico y poner sobre la mesa el tema de la salud mental. Es importante hacerlo en este momento, después de un confinamiento que nos ha llevado muy al límite».