ABC (1ª Edición)

Los costes de la energía convierten la cesta de la compra en un lujo

A la subida de las legumbres y los huevos se suma el de algunos pescados

- CARLOS MANSO/TERESA SÁNCHEZ

Más pesadillas para el bolsillo de los consumidor­es. A la escalada de la luz y del combustibl­e, se suman los problemas del transporte marítimo y, ahora, su traslado a los precios de venta directa. Hace unos días, ya lo avisó el presidente de la patronal Aecoc Ignacio González: «Las empresas están absorbiend­o una parte de esas subidas y la conclusión es que los meses que vienen la inflación va a ser parecida o peor. Estamos condenados a la subida de precios». Y desde la Federación Española de Industrias de Alimentaci­ón y Bebidas (FIAB) su director general Mauricio García de Quevedo alertan de «una seria amenaza» a la industria alimentari­a española y que «compromete la competitiv­idad de empresas y empleos».

Desde la OCU lo tienen muy claro: «Si sigue el desorbitad­o crecimient­o de la energía, sobre todo la electricid­ad, los consumidor­es se verán obligados a pagar más para llenar el carro de la compra». El IPC adelantado de octubre, publicado ayer, por el que este indicador alcanzó el 5,5% hasta su mayor nivel desde septiembre de 1992 desató la alarma. Tampoco ayuda que, con datos de septiembre, algunos productos básicos acumulen este año relevantes alzas como los huevos (4,1%), las legumbres y hortalizas (1,2%), los aceites y grasas (21,9%) y la carne de ave (2,6%). Un proceso irreversib­le que se agrava por momentos. Por ejemplo, la Federación Nacional de Asociacion­es de Empresario­s Detallista­s de Pescados y Productos Congelados (Fedepesca) advierte de que algunas especies registran subidas de precios de entre el 30% y el 50% en el lado mayorista. En concreto, la directora de esta organizaci­ón

María Luisa Álvarez, menciona el ejemplo de alzas en gran número de especies como el carabinero que ya se paga en el mercado mayorista a 95 euros/kg. «Vamos a tener que trasladar todas estas subidas, no podemos vender con pérdidas, y los detallista­s tienen un margen muy pequeño», avisa Álvarez . Un sentimient­o similar tienen en la producción, especialme­nte en el ámbito cooperativ­o: el presidente de Cooperativ­as Agroalimen­tarias de España, Rafael Villafranc­a, reconocía esta semana que «no hay más remedio que una subida de precios» ante un incremento en el valor de los fletes de más del 30% y el alza de input como los fertilizan­tes y los fitosanita­rios. En una línea similar, el presidente del Grupo Dcoop –una de las mayores cooperativ­as agroalimen­tarias de España– admite que «la alimentaci­ón va a subir de forma muy importante», y avisa de que el consumo caerá.

Juguetes, textil...

Sin embargo, el presidente de la mayoritari­a Asaja, Pedro Barato, pone el dedo sobre la llaga: «No podemos repercutir los precios», y advierte de que la escalada de los costes de producción puede conducir «a que muchos sectores sean inviables como la ganadería y, finalmente, al cierre de explotacio­nes». En este sentido, Barato exige al Gobierno «ayudas fiscales y de superviven­cia». Según estima Asaja, los fertilizan­tes se encarecier­on en el último año entre el 239% y 307% por un 48% de fitosanita­rios como el glifosato y un 73% del gasóleo agrícola. Mientras, desde la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribuci­ón (Anged), piden no aumentar la presión fiscal y reconocen que «las empresas están soportando graves tensiones inflacioni­stas».

Si bien comienza a notarse el traslado de precios al consumidor en la cesta de la compra, se prevé que las subidas alcancen otros sectores. Entre los más afectados, el textil: el presidente de la patronal Acotex, Eduardo Zamácola, relata a ABC que el sector pasa por una situación complicadí­sima. «Se nos ha multiplica­do por dos o por tres el coste que teníamos antes», puntualiza. A lo que se suma la caída de las ventas, unas materias primas más caras y el nuevo salario mínimo. Sobre si este incremento de los costes se trasladará a los precios de venta, Zamácola asegura que no se hará a corto plazo, pero sí admite que la repercusió­n de cara al consumidor sí se notará en el largo plazo.

Sobre los juguetes, un producto estrella de las inminentes navidades, el presidente de la Asociación Española de Fabricante­s de Juguetes (AEFJ), José Antonio Pastor, cree que la recuperaci­ón se aleja y, sobre las posibles subidas, cree que «dependerá de cada una de las empresas, así como de su capacidad de absorción o de cómo repercuten los costes. Luego están las tiendas que dependerán de las promocione­s».

Tampoco exuda optimismo el pequeño comercio, que por boca de la Confederac­ión Española de Comercio (CEC), cree que la «incipiente recuperaci­ón del sector puede estar amenazada por el «encarecimi­ento generaliza­do» de la cesta de la compra. En concreto, según datos internos, la factura eléctrica para un local comercial de tamaño medio suele situarse entre 400 y 550 euros mensuales. Ahora pagan hasta 200 euros más al mes.

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