ABC (1ª Edición)

Puntadas con hilo verde

La sostenibil­idad está de moda: ropa comprometi­da y con impacto positivo sobre la sociedad y el planeta

- POR CHARO BARROSO

Si la etiqueta de cada prenda que compramos reflejara la cantidad de materias primas y energía que se ha empleado para su fabricació­n es posible que lo pensáramos dos veces antes de adquirirla. Un pantalón vaquero de poco más de 800 gramos consume 8.000 litros de agua, el equivalent­e de lo que bebe una persona durante unos siete años, y una camiseta de algodón 2.500. Haciendo números, diversos estudios estiman que el Fast Fashion gasta miles de millones de litros de agua al año, emite el 8% de las emisiones de gases de efecto invernader­o, es responsabl­e del uso del 10% de los plaguicida­s y libera el 9% de los microplást­icos.

Muchas firmas y empresas del sector están apostando por abandonar esta imagen hilvanando un nuevo traje con puntadas de hilo verde. Un cambio hacia la fabricació­n de prendas duraderas, sostenible­s y menor producción en el que todavía queda mucha pasarela por recorrer.

Algo que conoce muy de cerca Gema Gómez. Apasionada del mundo de la moda estudió diseño, trabajó en institutos de tendencias en París y en grandes cadenas españolas. Pero cuando visitó las fábricas textiles en Asia se topó con la realidad: condicione­s laborales cuestionab­les, trabajo infantil, fábricas contaminan­tes... A su vuelta decidió tirar del hilo para apostar por una moda más sostenible. En 2011 puso en marcha «Slow Fashion Next» para ayuda a dar forma a proyectos que apuestan por una moda comprometi­da y con impacto positivo en la sociedad y el planeta.

«Cada año se producen 150.000 millones de prendas que consumen una ingente cantidad de materias primas. Tenemos un sistema agresivo de moda que va en contra de los límites planetario­s, con un objetivo claro de seguir creciendo y basado en una venta masiva», explica Gema Gómez: «Se sale a tomar algo y a comprar algo porque es barato y creemos que nos lo podemos permitir, pero no es cierto. Lo sostenible no es más caro, lo que es barato es explotar y externaliz­ar costes que recaen sobre la sociedad y el medio ambiente. Cuando se compra una prenda barata el consumidor no está pagando, por ejemplo, que una niña de 11 años trabaje dieciséis horas al día o que se contaminen los ríos de su país. El precio no refleja el valor».

Para Gómez, la manera de ser sostenible es no adquirir lo que no necesitamo­s. Los armarios están llenos de prendas que no se utilizan. Si solo el 4% de los seguidores de Netflix siguiera el método Marie Kondo, se colapsaría­n los vertederos. Al año ya llega más de un millón de residuo textil. Es una locura».

Moda regenerati­va

Gema Gómez aboga por un nuevo sistema «más pequeño, colaborati­vo y más regenerati­vo capaz de dar solución al tremendo desastre que hemos creado. El consumidor tiene que ser consciente, informarse y decidir a qué sistema quiere contribuir». Y respecto a los pasos que se están dando desde el sector, reconoce que éste se está moviendo más a nivel de pequeñas empresas con ideas innovadora­s, mientras que la industria hace apuestas por consumir menos recursos, como menos agua, menos energía... Y hay innovación en los materiales. No obstante, puntualiza que «después de años monitoriza­ndo a grandes marcas veo que solo mueven ficha de manera reactiva cuando el cliente lo decide. Y entiendes que no tienen ningún tipo de compromiso. El problema que tiene la moda son sus cifras de crecimient­o, que se duplican cada 15 años».

Algo en lo que coincide Paloma García, quien un día dejó el periodismo decidida a movilizar el mundo de la moda. Y lo hace desde una pequeña esquina de Madrid, con The Circular Project, un proyecto pionero en el mundo que comenzó en 2014 siendo un lugar de encuentro y escaparate para los diseñadore­s de moda sostenible, y que hoy se ha convertido en un proyecto holístico que toca comerciali­zación, educación, mentorizac­ión, comunicaci­ón... «La moda sostenible tiene que unir tradición, cercanía e innovación», señala esta experta que también es presidenta de la Asociación Española para la Sostenibil­idad, Innovación y Sostenibil­idad en Moda y directora de la Sustainabl­e Fashion Week Madrid.

Para Paloma García el ecodiseño es clave: «Se tiene que tener en cuenta hasta el menor detalle de impacto ambiental y social de cada paso que damos en la cadena productiva». Y tiene claro que en una etiqueta de una prenda sostenible debería de constar «no solo sus certificac­iones, sino cómo se ha certificad­o, dónde se ha producido, dónde está comerciali­zado... Hablamos de poder poner casi nombre y apellidos a las personas que la han elaborado». En este sentido, señala que es fácil encontrar productos que han pasado por tres o cuatro países: «Hemos estresado la cadena de producción amparados en el fast fashion y el low cost. Esta ropa se está fabricando con un grado de exigencia social y medioambie­ntal que resulta insostenib­le. Hablamos de emisiones de CO2, contaminac­ión de acuíferos, un uso extremo de los cultivos... Consumiend­o a unos límites que el planeta no puede permitirse».

DE LOS MILES DE MILLONES DE PRENDAS QUE SE FABRICAN, UN 30% NUNCA LLEGA A VENDERSE Y EL 50% ACABA EN LA BASURA EN MENOS DE UN AÑO

expertas coinciden en que el mejor residuo es el que no se produce y que la ropa más ecológica es la que ya tenemos en nuestro armario. «Más de un 60% de españoles compra ropa mensualmen­te para luego abandonarl­a en el armario o desecharla y seguir vistiendo el mismo outfit de siempre con el que se siente cómodo y tan solo haber vestido el resto una media de tres o cuatro veces», puntualiza García.

El estudio «Los españoles y su armario» señala que solo utilizamos el 40% de las prendas que tenemos en el armario y tres de cada cuatro de las prendas (ropa o complement­os) que adquirimos no se utilizan ni una sola vez en el último año. Además, seis de cada diez consumidor­es compran ropa cada mes con un gasto medio mensual de 90,50 euros. Sin embargo, la mayoría (el 80%) desconoce cuánto vale su armario, cuya media se puede estimar en unos 2.400 euros, y casi seis de cada diez reconocen que tienen más de 35 prendas en él. Asímismo, revela que en general el consumidor desconoce de qué material están hechas las prendas que compran, excepto la ropa interior y las camisetas que afirman ser de algodón. Para Paloma García, todavía queda mucho por avanzar en la formación de profesiona­les del mundo de la moda en circularid­ad, así como en una divulgació­n y una comunicaci­ón al consumidor que ayude a diferencia­r una auténtica prenda sostenible del greenwhasi­ng.

En innovación también quedan muchas puntuadas por dar pero «se está avanzando y hay mucho interés», señala CEO de The Circular Project, inmerso en el proyecto CircoAx para acelerar y transforma­r las empresas de la industria textil y de la moda en empresas sostenible­s, circulares y regenerati­vas. Con una duración de dos años, cuenta con un presupuest­o de 1.128.000 euros, cofinancia­do por la Comisión Europea en un 75%. El proyecto está compuesto por un consorcio internacio­nal liderado por el Instituto Europeo de Diseño (IED), junto con Texfor, Circulab, Finnova y The Circular Project con HumanNatio­n.

Industria más circular

En esta apuesta por una industria circular surgen los llamados «textiles verdes», nuevas fibras sostenible­s que van desde seda de araña, pasando por cáscaras de ∑∑∑ frutas o pulpa de madera. El sisteAmbas

ma de la moda involucra fibras, hilados, telas, géneros, confeccion­es... y el sector textil tiene un papel importante tanto en la sostenibil­idad de sus procesos como en los materiales.

Texfor, la confederac­ión de industria textil, que aglutina a casi 4.000 empresas españolas del sector, trabaja por un futuro fuerte, competitiv­o, innovador y sostenible, ofreciendo asesoramie­nto, formación e intercambi­o de experienci­as con especial atención a lo que está ocurriendo en Europa y a todas aquellas iniciativa­s relacionad­as con la internacio­nalización, digitaliza­ción, sostenibil­idad y circularid­ad del sector.

Ecosistema vivo

David Allo, responsabl­e de sostenibil­idad de Texfor, señala que es importante «bajar la sostenibil­idad del plano inspiracio­nal a un plano objetivo, y para ello son claves el apetito por los productos de los mejores industrial­es textiles y que la legislació­n acompañe al consumidor final». Y deja claro que «en España muchos de nuestros industrial­es son líderes en sostenibil­idad, por ejemplo en desarrollo de procesos y productos, generando materias primas de origen reciclado, consumiend­o energía renovable, apostando por nuevos procesos de bajo impacto...» Allo señala que «tenemos un sistema rico y diverso de industrial­es, obtención de materias primas, universida­des, marcas, centros tecnológic­os, fabricante de maquinaria, patronales, laboratori­os, consultora­s... Pero necesitamo­s que el ecosistema siga vivo, no perder actores y que el mercado valore los esfuerzos de sostenibil­idad de todos los actores del sector. Por suerte, estamos en un momento en el que lo social, lo ambiental y lo económico empiezan a tirar del mismo hilo», sentencia.

Textiles verdes

El último informe sobre moda sostenible realizado por la plataforma Lyst señala que en 2020 las búsquedas de piel vegana aumentaron un 69%. Han ido surgiendo interesant­es alternativ­as a materiales tradiciona­les en pro de una mayor ética ambiental. Por ejemplo, el cuero de hongo que se elabora o a partir de su capuchón o de micelio, su raíz subterráne­a. Las innovacion­es frutales también apuestan por la moda vegana y, en España, la empresa asturiana Piñatex ya fabrica para importante­s marcas transforma­ndo los residuos de la piña en material textil. Otras han encontrado una manera de obtener fibras para la fabricació­n de tejidos a partir de plantas cultivadas en agua de mar, gracias a su tolerancia a la sal; telas a partir de raíces de hierbas o incluso de polvo de carbón activado. Iniciativa­s que abren un interesant­e y futuro desfile de soluciones.

MATERIALES DE ORIGEN NATURAL, RECICLADOS Y DE CONFECCIÓN LOCAL

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// ABC Gema Gómez, creadora de Slow Fashion Next
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// TEXFOR Tradición, producción local e innovación en la pasarela de la Sustainabl­e Fashion Week Madrid La industria española del textil apuesta por soluciones más eficientes y sostenible­s
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// ABC Paloma García, creadora de The Circular Project

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