La juez decreta prisión sin fianza por homicidio para el asesino de Lardero
► Abocado a la prisión permanente, cumplirá antes los tres años que le quedaban por saltarse la condicional
La juez de Instrucción número 2 de Logroño decretó ayer prisión sin fianza por homicidio para Francisco Javier Almeida, el depredador que el jueves acabó con la vida del pequeño Álex, de nueve años, en Lardero (La Rioja). Almeida se negó a declarar.
La Guardia Civil lo trasladó ayer por la mañana desde los calabozos de la Comandancia hasta el Palacio de Justicia, situado a 500 metros, al tiempo que entregaba el atestado en el que los investigadores llevan trabajando desde la detención y que previsiblemente incluirá el resultado preliminar de la autopsia del niño. Como informó ABC, la víctima presentaba marcas alrededor del cuello, lo que apunta a un estrangulamiento. Durante el traslado, un hombre se abalanzó sobre el coche policial que lo trasladaba al grito de «hijo de puta, asesino, te voy a matar».
Los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial han tomado declaración desde el viernes a numerosos testigos, incluidos los padres de Álex, y han llevado a cabo con sus compañeros de Criminalística la inspección ocular del piso 3 D en el número 5 de la calle Río Linares de Lardero. Fue allí donde supuestamente asfixió al pequeño tras conducirlo a la vivienda con el pretexto de que le iba a dar un cachorro, según algunos vecinos.
De momento Almeida tendrá que acabar de cumplir los más de tres años de condena que le restaban de la pena de 25 por el asesinato y agresión sexual de Carmen, la empleada de una inmobiliaria de Logroño, en 1998, tras la revocación de la libertad condicional, ahora puesta en entredicho. Llevaba en libertad desde abril de 2020 sin incumplir ninguna de las condiciones que fijó el juez de Vigilancia Penitenciaria y tras disfrutar de 39 permisos desde 2013.
El detenido no había abierto la boca desde el jueves por la noche cuando lo sorprendieron con el cuerpo de Álex en los brazos a punto de coger el ascensor en el segundo piso con la intención de ocultar al niño en el maletero de su coche o en su trastero. No ha trascendido si en las últimas horas declaró en sede policial, algo que no hizo en sus delitos anteriores (ni cuando agredió sexualmente a una menor de 13 años a finales de los ochenta ni cuando mató a la empleada de la inmobiliaria una década después).