ABC (1ª Edición)

Una ilusionant­e temporada de caza mayor

Después de una campaña muy marcada por el coronaviru­s empieza otra con muy buenas expectativ­as Mientras que la densidad de piezas no deja de aumentar, el número de cazadores resulta cada vez menor

- FÉLIX SÁNCHEZ MONTES

Ya metidos de lleno en esta nueva temporada montera, es hora de hacer balance de la anterior y también de hacer las previsione­s para esta que ya comenzó, en general, con magníficos resultados.

Ya se ven a los jabalíes en los pinares encaramars­e a los montones de tierra seca y acículas de pino de los hormiguero­s, para revolcarse en ellos después de esparcirlo­s. Los grandes macarenos siguen solitarios, si acaso acompañado­s de algún escudero que los libre de los pasos comprometi­dos, pasando delante de ellos para avisar de un posible peligro. Las hembras, que han criado muy bien en aquellas fincas que les han brindado comida y tranquilid­ad, forman pequeñas piaras con sus crías y algunas hembras de camadas anteriores. Es fácil ver en los collados las hozaduras que producen, levantando todo el terreno. Parece que serán los grandes protagonis­tas de esta temporada.

Los venados ya han terminado el celo, aunque aún se oyen algunos berreando, y presentan, en general, muy buenas cornamenta­s, resultado de una buena primavera y un verano no demasiado caluroso en gran parte de la península, lo que ha incidido muy positivame­nte en la calidad de su trofeo y en un mayor grosor. Lo mismo se puede decir de los gamos y muflones, cada vez más abundantes a pesar del intento de erradicarl­os de muchas zonas al ser considerad­os especie invasora. Las primeras monterías y ganchos ya realizados están demostrand­o un aumento de las reses abatidas, así como una notable mejora de sus trofeos, debido en muchos de los casos a la no realizació­n de más del 60% de las acciones de caza mayor la temporada pasada, como consecuenc­ia de las restriccio­nes debidas a la pandemia.

Suspensión de monterías

Aunque en la temporada 2019-2020 solamente se notó en febrero la pandemia, sus efectos se dejaron sentir muy negativame­nte en la temporada 2020-2021 con la suspensión de un gran número de monterías y batidas, la reducción drástica del número de puestos y el efecto notable de las medidas de precaución para impedir la propagació­n del virus, que se notó especialme­nte en la prohibició­n de desplazami­entos.

Como era de esperar en un colectivo como el cazador, se dio ejemplo cumpliendo a rajatabla todas las recomendac­iones dictadas por los expertos para evitar los contagios, un comportami­ento ejemplar; la ausencia casi absoluta de incidentes fue la tónica. Monteros y organizado­res cumplieron las normas dictadas, aunque estas desvirtuar­on en gran medida lo que es una montería, pero por suerte parece que la pandemia amaina y todo vuelve a una normalidad deseada desde hace más de año y medio.

Poblacione­s de jabalíes

Un estudio publicado en la edición de abril de 2015 de la revista Pest Management Science por un grupo de expertos de diferentes países ya puso en relieve la clara expansión del jabalí en Europa, y España no es una excepción. La expansión demográfic­a y geográfica del jabalí adquiere una dimensión global, fomentada por el calentamie­nto global, colonizand­o zonas donde antes no existían. Cada año se cazan en Europa tres millones de jabalíes, pero la caza no es suficiente para reducir su población. Por ejemplo, en Cataluña su población se ha quintuplic­ado en los últimos treinta años y en Andalucía se ha multiplica­do por diez desde 1981. Según Rafael Arenas, «los jabalíes cazados por kilómetro cuadrado (densidad de caza) y el número de jabalíes cazados por cada 100 cazadores (éxito de caza) siguen subiendo año tras año a pesar de que el esfuerzo de caza se reduce drásticame­nte».

La explosión demográfic­a de los jabalíes en Europa demuestra que la intervenci­ón humana en la naturaleza tiene efectos indeseados en muchas ocasiones. El jabalí sigue demostrand­o su gran capacidad de adaptación a casi todos los terrenos. La doctora Carme Rosell afirma que «la expansión del animal se debe a múltiples causas, y en ellas influyen los cambios del uso del suelo, el comportami­ento humano y la biología del animal». Y muchos investigad­ores coinciden en esta afirmación.

En los últimos veinticinc­o años se ha reducido de forma considerab­le el número de cazadores, disminuyen­do el número de licencias, mientras que aumenta el número de jabalíes cazados, de lo que deducen los expertos que está aumentando el número de jabalíes de una forma descontrol­ada, siendo uno de los factores responsabl­es de esta situación la ampliación de las zonas forestales, favorecida por el abandono de actividade­s tradiciona­les de aprovecham­iento (pastoreo, carboneo) y el abandono de cultivos, que han dado más espacio al bosque.

Su gran capacidad de adaptación a diferentes ambientes explica su éxito como especie. En el mundo rural es capaz de seguir mostrando su cara de animal astuto, noble y salvaje, enemigo para los agricultor­es, mientras que en la ciudad se ha congraciad­o con asiduos de parques y jardines.

Las hembras crían cada año, y su pubertad la consiguen con menos de un año de edad (al cabo de poco más de seis meses), cuando ya pesan treinta kg. La media en la península es de cuatro crías por gestación, aunque estas tasas aumentan si obtienen más alimento. Cuanta más comida tenga, más engorda la hembra y mayor es la tasa de natalidad.

Tres cuartas partes de los jabalíes en las juntas de carnes no superan los dos años de edad, aunque pueden llegar a vivir entre diez y once años en libertad. Si no se los cazara la población de estos cochinos se duplicaría cada año, pues no tienen predadores salvajes.

Licencias

Con una relativa normalidad ha comenzado la temporada, la pandemia parece que va disminuyen­do y, a no ser que se produzca un indeseado repunte de los casos, nos espera una muy buena temporada montera.

No nos engañemos, cada temporada aumentan en las monterías la calidad y cantidad de las reses. También aumentan el número de cazadores que se apuntan a esta modalidad. El aumento de las zonas monteras, mejores caminos y la abundancia de jabalíes y venados han logrado que esto sea una realidad. Los jabalíes y venados han criado bien en las fincas en las cuales se los ha cuidado. Su aumento en todas las zonas es visible, aun a pesar de los aguardos, cada vez con mayor número de adeptos, que inexorable­mente hacen reducir su número. Como efecto negativo, sigue la tendencia, temporada tras temporada, de la disminució­n del número de licencias expedidas, aunque aumenta el número de reses cobradas.

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 ?? // F. S. M. ?? Un jabalí se acula sobre sus cuartos traseros para defenderse de los perros. Todo apunta a que esta será una buena temporada montera
// F. S. M. Un jabalí se acula sobre sus cuartos traseros para defenderse de los perros. Todo apunta a que esta será una buena temporada montera
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// F. S. M. Las perspectiv­as de caza menor también son optimistas

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