ABC (1ª Edición)

Los candidatos al TC pactados por PSOE y PP pasan el examen con el plante del resto de la oposición

El socialista Elorza se ensaña con uno de los aspirantes propuestos por el PP pese a que los nombres se acordaron con Génova

- NATI VILLANUEVA MADRID

La discrepanc­ia con el «reparto de sillones» entre PSOE y PP en la renovación de los órganos constituci­onales pendientes –a excepción del CGPJ– y la elección para el TC de perfiles muy marcados políticame­nte se tradujo ayer en el plante de buena parte de la oposición al trámite de comparecen­cias de los elegidos. Mientras que ERC y PNV optaron directamen­te por no asistir a las intervenci­ones de los cuatro juristas ante la Comisión de Nombramien­tos del Congreso, Ciudadanos y Vox lo hicieron solo durante unos minutos para explicar las razones por las que se levantaban de sus asientos. Lo consideran un «teatrillo».

Aun así, los candidatos propuestos por el PP, Enrique Arnaldo y Concepción Espejel, y los del PSOE, Inmaculada Montalbán y Ramón Sáez, pasaron el examen de idoneidad, por lo que sus nombramien­tos serán aprobados por el Pleno la próxima semana.

En su primera y última intervenci­ón tras la exposición del currículo del primero de los candidatos, Enrique Arnaldo, el portavoz de Cs dejó claro que desconfía de los cuatro juristas porque ninguno de ellos le parece imparcial. «Asistimos al viejo reparto del bipartidis­mo. Yo nombro a los míos y tú a los tuyos, y ponemos amigos en las más altas institucio­nes del Estado. Lo importante para este puesto no es solo su currículo, sino resultar imparcial (...). Mi grupo parlamenta­rio no va a participar en este teatrillo de idoneidad porque no sirve para nada», dijo Edmundo Bal.

«La siguiente llamada»

De la misma forma, Iván Espinosa de los Monteros (Vox) opinó que el acuerdo PSOE-PP supone una «falta de respeto a las institucio­nes» en un momento, además, en el que nunca había sido tan «urgente» blindarlas ante los «desmanes» de Pedro Sánchez. «Ustedes no están aquí por sus méritos, sino por una llamada de Ferraz o de Génova. ¿Qué van a hacer con la siguiente llamada?», se preguntó.

Algo parecido parecía desprender­se del discurso del portavoz de Junts Josep Pagès y Massó, cuando señaló: «No nos interesa tanto el títere como los hilos, quién los mueve (...) Aceptar que los magistrado­s del TC son propiedad de un partido es destrozar el prestigio del TC». Sin embargo, algo sí importaba el títere porque su trato hacia los cuatro candidatos no fue el mismo. El diputado independen­tista se mostró especialme­nte beligerant­e con Arnaldo y Espejel (a la que reprochó su voto particular contra la absolución del mayor Trapero por el 1-O) y muy condescend­iente con Montalbán y Sáez, al que alabó por apoyar precisamen­te esa absolución (Espejel y Sáez formaban parte de ese tribunal que juzgó al jefe de los Mossos por sedición).

Pero para dura –y ciertament­e paradójica, por cuanto su partido lo pactó los nombres con Génova–, la intervenci­ón de Odón Elorza durante la comparecen­cia de Enrique Arnaldo. «Su candidatur­a genera desconfian­za», le dijo al catedrátic­o sobre sus charlas en FAES o la compatibil­idad de su trabajo como letrado de las Cortes con su despacho profesiona­l. «Para los socialista­s no se trata de vetar a nadie que tenga ideología o pensamient­o concreto. No cuestionam­os que cumpla requisitos por su méritos pero lo que hoy está en juego es la recuperaci­ón de la confianza en la institucio­nes y usted siembra dudas aparentes», apuntó.

En su turno de intervenci­ón, Arnaldo rechazó que su independen­cia se vea afectada por haber dado conferenci­as o tener amigos del PP –como tambien los tiene en el PSOE, dijo–, e hizo un llamamient­o a su presunción de inocencia respecto a una relación con el PP que le llevó a declarar ante un juzgado de instrucció­n. «La presunción de inocencia es algo más que un enunciado formal, es un derecho constituci­onal. Yo fui exonerado y me gustaría ser tratado como tal. Soy un profesiona­l honrado y lo seré toda la vida».

La dureza de los socios de Sánchez con los comparecie­ntes fue disminuyen­do a medida que avanzaban las comparecen­cias. La segunda fue la de la otra candidata del PP, Concepción Espejel, que tampoco salió muy bien parada por su voto particular sobre Trapero o su recusación en Gürtel. «Es muy fácil montar una campaña de desprestig­io», dijo la juez de la Audiencia Nacional, que proclamó su independen­cia.

Las menciones a la violencia de género e igualdad y a la reparación a las víctimas que hicieron la tercera y el cuarto candidato (Inmaculada Montalbán y Ramón Sáez, ambos propuestos por el PSOE) fueron méritos suficiente­s para que sus comparecen­cias se convirtier­an en un ‘paseíllo militar’. No en vano jugaban en casa.

Inmaculada Montalbán Candidata a propuesta del PSOE

«Yo conocía la desigualda­d y discrimina­ción que sufrían las mujeres y sabía que para cambiarlo» tenía que ser juez Concepción Espejel Candidata a propuesta del PP

«Jamás he recibido indicación alguna. Siempre me he mantenido imparcial» Enrique Arnaldo Candidato propuesto por el PP

«Yo fui exonerado y me gustaría ser tratado como tal. Soy un profesiona­l honrado y lo seré toda la vida»

Ramón Sáez Candidato propuesto por el PSOE

«Mi reflexión o mis proyectos de investigac­ión, como la justicia restaurati­va, no tienen por qué implicar mi abstención»

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