Los obispos franceses escuchan a víctimas de pederastia en Lourdes
► Abordan la consternación que causó el informe reciente sobre los abusos en la Iglesia
Reunida en asamblea plenaria en Lourdes, la Conferencia Episcopal francesa estudia cómo da –en un ejercicio sin precedentes– respuesta institucional a la consternación de una gran mayoría de los católicos de Francia tras las revelaciones traumáticas de la Comisión independiente sobre los abusos sexuales en la Iglesia (Ciase), que reveló que entre 216.000 y 330.000 menores fueron agredidos por laicos y sacerdotes entre los años 1950 y 2020.
Según un sondeo publicado por el diario católico ‘La Croix’, portavoz oficioso del episcopado galo, un 85% de los católicos franceses confiesan estar «en cólera» tras las demoledoras revelaciones de la Ciase. Otro 76% de los ciudadanos estiman que «la reacción de la jerarquía católica no ha estado a la altura». Nueve de cada diez católicos franceses desean que la Iglesia «pida perdón» y «cambie su discurso sobre la sexualidad».
El llamado ‘informe Sauvé (su autoría es del ex alto funcionario JeanMarc Sauvé) descubrió que entre 2.900 y 3.200 sacerdotes franceses abusaron de unos 10.000 niños durante el último medio siglo; entre 216.000 y 330.000 menores fueron víctimas de agresiones de muy diversa naturaleza. En su día, varios miembros de la Conferencia Episcopal asistieron a la presentación pública de ese expediente y confesaron su «vergüenza y consternación, pidiendo perdón a título personal». El Papa Francisco también lo hizo de forma pública.
Cuando se cumple un mes de la publicación de ese informe, la Conferencia Episcopal inicia una reflexión colectiva e institucional, que debería culminar el próximo día 8 de noviembre con una declaración oficial, con el fin de intentar responder a la profunda ola de amargura que invade a los católicos de Francia, bien evidente a través de la presencia individual y colectiva en misas y oficios religiosos.
Hace pocos días, el padre jesuita Pierre de Chaternenay comentaba a un grupo de católicos, a la salida de la misa dominical en la iglesia de Saint-Eustache, en el corazón histórico de París: «El informe de la Ciase fue como una bomba para todos. La iglesia debe responder. Estas reuniones, a la puerta de una iglesia, son el reflejo de nuestra inquietud. Intentamos hablar, queremos escuchar la palabra de nuestros amigos, vecinos. La Conferencia Episcopal debe escuchar el torrente de voces que claman al cielo, en toda Francia».
En algunas iglesias de París, los párrocos han instalado buzones para que los feligreses hagan llegar sus dudas, sus preguntas y transmitan sus sugerencias.
Indemnizar a las víctimas
En ese afán por escuchar, ayer en Lourdes varias víctimas de abusos ofrecieron su testimonio. No todas, algunas rehusaron acudir cuando se supo que la lucha contra la violencia y las agresiones sexuales a menores formaba parte de un programa más amplio que mantendrían los obispos durante siete días.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, monseñor Eric de Moulins-Beaufort, acogió a los obispos con un momento de silencio «en memoria de las víctimas», en este centro de peregrinación católica. Algunos de los prelados se recogieron incluso frente a la gruta, donde según la tradición católica, la Virgen María se apareció en 1858 a Bernadette Soubirous, cuando esta tenía 14 años.
Tras la pausa, los casi 120 obispos se reunieron de nuevo a puerta cerrada para empezar a analizar el dispositivo financiero que permita en el futuro indemnizar de forma individual a las víctimas «en base a los daños» ocasionados, o cómo reconocer la responsabilidad civil y social de la Iglesia. Entre las 45 recomendaciones que da a la Iglesia el ‘informe Sauvé’, se llamó a descartar las donaciones de los fieles y hacerlo, en cambio, «a partir del patrimonio de los agresores y de la Iglesia de Francia».
El ‘informe Sauvé’ escandalizó a los católicos al destapar casi 300.000 casos de menores víctimas durante cinco décadas