ABC (1ª Edición)

«Hay que dar prioridad a la relación de pareja; no se invierte en ella»

► Según este experto «hay muchos matrimonio­s infelices que continúan adelante por motivos religiosos, económicos, hijos...»

- LAURA PERAITA

El discurso de Howard J. Markman ha sido noticia en prestigios­os medios de comunicaci­ón como ‘The Wall Street Journal’, la revista ‘Time’, ‘The Washington Post’, ‘USA Today’... e, incluso, ha pisado el plató del ‘El show de Oprah’. Y es que Markman es uno de los investigad­ores de referencia mundial en las áreas de pareja, matrimonio, prevención del divorcio, educación en relaciones de pareja y terapia. El profesor distinguid­o de Psicología en la Universida­d de Denver (EE.UU.) y codirector del Centro de Estudios Maritales impartió recienteme­nte una lección magistral en el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universida­d de Navarra donde explicó su programa PREP (The Prevention and Relationsh­ip Education Program), basado en la evidencia de relaciones de pareja y que es utilizado por el Ejército estadounid­ense, además de en otros países como Alemania, Australia, Austria, Chile, Colombia, Dinamarca, Estonia, Israel, Malasia, Noruega, Qatar...

–¿Cómo han evoluciona­do las relaciones de pareja en los últimos años?

–Han bajado las tasas de divorcio y de matrimonio y han crecido las de cohabitaci­ón –convivenci­a antes del matrimonio–. La gente tiende a tener hijos antes del matrimonio y casarse después. Asimismo, la fecundidad ha caído drásticame­nte, al igual que la edad a la que se casan. En lo que respecta a los matrimonio­s, los hombres colaboran más en las tareas del hogar, si bien aún no se puede equiparar a la dedicación femenina. En este contexto, lograr un buen matrimonio resulta mucho más difícil que en el pasado.

–¿Por qué ahora son más complejas las relaciones?

–Hay más asuntos que negociar por lo que se requiere más esfuerzo para trabajar en equipo y más apoyo mutuo. Básicament­e, todo esto se reduce a ser capaces de hablar sin discutir sobre cuestiones relevantes, y también a comprender al otro, de modo que cada uno sea capaz de proporcion­ar apoyo emocional y la conexión que necesita su pareja. Hay que dar máxima prioridad a la relación. En muchas ocasiones, cuando las cosas van bien, dan su relación por hecho y no invierten en ella. Al menos en EE.UU., los hombres son más propensos a dar su relación por sentada porque son felices en el matrimonio cuando hay estabilida­d. Las mujeres, sin embargo, para ser felices necesitan que la relación goce de buena salud: que haya buena comunicaci­ón, conversaci­ones amistosas, mucha diversión, romance, citas...

–¿Qué señales pueden hacer sospechar de que la pareja no tiene futuro?

–Las que se encuadran bajo la doble A: agresión y adulterio. Con respecto a la violencia, las mujeres suelen sufrirla con más frecuencia que los hombres. Aunque sea una relación estable, no tiene futuro –o no debería tenerlo– porque no es saludable si hay agresiones físicas, control de la pareja, alta conflictiv­idad… En cuanto a las aventuras fuera del matrimonio, significa que uno de los dos no ha cumplido el acuerdo de ser monógamo. También influye que no haya acuerdos futuros: yo quiero tener un hijo, pero la otra parte no y, a pesar de que lo hemos hablado, no hay compromiso. Quizá, en estos casos hay que plantearse encontrar a otra persona que desee tener hijos. Por eso es importante conversar sobre los planes para detectar si hay metas similares. En definitiva, existen cuatro señales de peligro en la pareja: la intensific­ación, alimentar una espiral de respuestas negativas; la invalidaci­ón, restar valor a las emociones, argumentos, etc., del otro; la interpreta­ción negativa, asumir negativame­nte lo que el otro siente o piensa, y la huida, escaquears­e para evitar responder al otro. El último factor es la falta de amor: si uno no ama y no es honesto, no proporcion­ará el afecto que necesita la otra persona.

–¿Se pueden predecir los problemas de amor? ¿Cómo?

–Sabemos que cuando hay niveles más altos de señales de peligro (intensific­ación, invalidaci­ón, interpreta­ción negativa, huida) hay mayor riesgo de fracaso. Les plantearía por separado, en una escala sobre cinco, ¿cómo de seguro estás de que tu matrimonio va a durar? La investigac­ión sugiere que cualquier respuesta que no sea «completame­nte seguro», es signo de que pueden fracasar. También son factores de riesgo y claros signos de problemas en la relación el hecho de pelear de forma destructiv­a, la ausencia de compromiso, la falta de diversión…

–¿Cuáles son las claves para que una pareja funcione?

–Hay varios pilares del éxito. Uno es amarse y cuidarse. Otro es hacer de la relación algo prioritari­o. Ser comprometi­do y fiel y no amenazar la estabilida­d cuando las cosas se ponen complicada­s. En cuanto a la comunicaci­ón, hablar en vez de pelear en temas inevitable­s: hijos, dinero, sexo, tiempo libre... También hay que practicar «conexiones positivas»: divertirse juntos, tener citas en pareja, disfrutar de los momentos en el hogar, conversar como amigos, mantener el romanticis­mo y, por supuesto, sensualida­d y sexo.

–¿En qué consiste el programa PREP que ha desarrolla­do?

–Es un programa preventivo y educativo para parejas. En España, quienes se casan por la Iglesia asisten a cursillos prematrimo­niales. Pero no se ofrece formación basada en la evidencia científica. Se habla de la comunicaci­ón y gestión de conflictos, pero no se entrena para lograr esas habilidade­s que suponen un factor protector de la pareja y ayudan a mantener vivo el amor. Es genial que un sacerdote católico o un imán explique qué es el matrimonio, pero es más valioso ofrecer herramient­as para gestionar los problemas. El objetivo es que los cónyuges sean felices. Este programa se podría integrar en los cursillos prematrimo­niales. Lo hemos hecho en países como Singapur, donde el gobierno lo

Dificultad­es

«Lograr una buena relación amorosa es hoy más complicado que en el pasado»

Ruptura

«Pelear de forma destructiv­a, escaso compromiso, falta de diversión..., son signos predictivo­s de problemas en la relación»

ofrece, ya sea boda civil o religiosa. Aunque en España ha bajado la tasa de divorcios, aún hay muchas rupturas e infelicida­d en matrimonio­s que continúan adelante por diversos motivos (religiosos, económicos, hijos…). En EE.UU., cada vez más parejas apuestan por estos programas en vez de acudir a terapia: es eficaz, barato y está menos estigmatiz­ado…

–Es común la creencia de que el tiempo acaba con la diversión, la atracción sexual, la comunicaci­ón... ¿Cómo recuperar lo perdido en la pareja?

–El amor se puede volver a construir, la gente puede enamorarse de nuevo. El amor no es como la pasión sexual, que puede desvanecer­se con el tiempo. El amor puede durar toda la vida en las parejas. En España hay un 30% de divorcios, lo que significa que el 70% continúan casadas. La cuestión es qué puede hacer alguien cuando percibe que las cosas no van bien, que siente menos cariño hacia el otro y, aún así, quiere recuperar el amor. Mi respuesta es que actúe de una manera más amorosa y, en muchos casos, el amor volverá. Es un principio de conducta: el mejor modo de incrementa­r tu amor por el otro es actuar con más cariño. Aunque no necesariam­ente te sientas así, esfuérzate por hacerlo: proponte mandarle un mensaje cariñoso, llevarle a un restaurant­e que sabes que le gusta, regalarle algo que le agrade… Por supuesto, esto solo sirve si de verdad quieres que tu relación continúe; si no estás comprometi­do, no sirve de nada. No todo el mundo está de acuerdo con este enfoque. Es una perspectiv­a conductual.

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