Verde que te quiero verde
Para Alberto Fernández, la agenda verde es, en definitiva, la del dólar
La Embajada de República Dominicana en Madrid se ha convertido en la primera ‘verde’ del mundo. El certificado ISO 14001, lo recibió el embajador Juan Bolívar que, generoso, reconoció a su exconsejera, Rhina Durán, haber liderado el proyecto.
Lo verde está de moda pero, depende de quien hable, tiene diferentes lecturas. Para Alberto Fernández, la agenda verde es, en definitiva, la del dólar. No hay un verde más atractivo en Argentina, incapaz de hacer frente al pago de todos los verdes que le toca desembolsar el próximo año al Fondo Monetario Internacional.
En la COP26, se dan un atracón de verde líderes buenos, malos, regulares y nefastos. Hasta Boris Johnson que es más bien amarillo pollito, se hizo –así, de repente– el abanderado de lo verde. Fuera corría otra brisa de la misma onda, la de la cría que debería denunciar a sus padres por abuso o explotación de menores. Sí, Greta Thunberg. Desprovista de escenario oficial, la adrenalina la generó en la calle. A falta de micrófono, se las apañó con un megáfono y ensayo algún taco. Más divertido que cuando la recibían como si fueran alguien, pero menos solemne y por suerte, mejor encarada.
La cita de Glasgow resulta entretenida por las anécdotas (el tropiezo de Charles es de cine) más que por el contenido, conocido por todos con alguna excepción como la del ecuatoriano Guillermo Lasso que anunció más millas de protección en las aguas de las islas Galápagos. La cabezadita de ‘sleepy Joe’, como se refiere Ruiz Quintano a Biden, no fue nada con el, quítame esa mano del hombro o mejor te la quito yo, que protagonizó John Kerry con el presidente de Argentina, repentinamente sobón cuando le gusta mantener las distancias, como le pasa a su jefa, salvo con los verdes de papel.
Al Papa los de los verdes se le arriman pero Francisco prefiere el blanco. Fernández (Alberto) intentó darse un saltito al Vaticano (le encanta lo de las giras) pero Bergoglio le hizo la cobra. Mejor eso que otra foto con cara de sabueso y no precisamente verde.