Mate de Enes Kanter a la represión china
Conocido por su activismo político en Turquía, el polémico pívot de los Celtics critica la represión en Hong Kong, Tíbet y Xinjiang y pide el boicot a los Juegos de Invierno de Pekín 2022
La televisión estatal CCTV ya lleva dos años sin dar la NBA desde que un directivo de los Rockets apoyara las protestas de Hong Kong
Curtido en mil batallas dentro y fuera de la cancha, el polémico jugador de la NBA Enes Kanter salta a una nueva cruzada política. Conocido por su activismo en Turquía, que le retiró la nacionalidad en 2017 y tiene orden de arresto contra él por sus críticas al presidente Erdogan, el pívot de los Boston Celtics libra el que posiblemente sea el partido más difícil de su vida y contra el rival más poderoso: China.
Desde que arrancó la nueva temporada de la NBA el mes pasado, Kanter no para de denunciar la represión del régimen de Pekín en Hong Kong, el Tíbet y la región musulmana de Xinjiang. Luciendo una camiseta del Dalái Lama, empezó el 20 de octubre en Twitter llamando «brutal dictador» al presidente Xi Jinping y reclamando libertad para el Tíbet. A un ritmo de un tuit cada dos días, viene denunciando el estado policial en que se ha convertido Xinjiang, donde un millón de uigures han sido encerrados en campos de reeducación, y el fin de las libertades que se disfrutaban en la antigua colonia británica de Hong Kong, mayores que en el resto de China en virtud del principio ‘un país, dos sistemas’.
Con vídeos en los que lee durísimas declaraciones contra el régimen del Partido Comunista, pide también el boicot contra los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, que empiezan el 4 de febrero. Y, además, apunta al gigante de ropa deportiva Nike por, supuestamente, usar «mano de obra forzada», en referencia a los campos de trabajo en Xinjiang donde se cultiva el algodón con que se fabrican sus prendas. «¡Detened ya la esclavitud moderna!», reclama en un tuit. En otro dirigido al dueño de Nike, Phil Knight, y con copia a las leyendas de la NBA Michael Jordan y Lebron James, les invita a ir a China para «tratar de visitar estos campos de trabajo de esclavos y que los veáis con vuestros propios ojos».
Junto a esta campaña en las redes sociales, Kanter está luciendo en cada partido una serie de zapatillas reivindicativas con mensajes como ‘Tíbet libre’, ‘No a Pekín 2022’ y ‘Detened el genocidio, las torturas, las violaciones y los trabajos forzados en Xinjiang’. Además, algunas de estas zapatillas muestran la bandera azul con la media luna y la estrella blanca del Turkestán Oriental, que representa al movimiento independentista de Xinjiang, y la ‘Bauhinia’ negra, símbolo de las protestas de Hong Kong por la democracia.
Tan potentes como de costumbre, las ilustraciones de algunas de estas zapatillas corren a cargo del famoso caricaturista Baiducao, nacido en Shanghái y exiliado en Australia. Con el lema ‘China libre’, una incluye un dibujo de Winnie the Pooh, el mote que los disidentes le han puesto al presidente Xi Jinping, como si fuera uno de los tanques de Tiananmen. Otra de las zapatillas ha sido diseñada por la artista tibetana Khenzom Ailing.
Pero nada de esto se puede ver en China porque el nombre de Enes Kanter ha sido censurado y, además, los partidos de los Celtics han sido retirados de Tencent, la plataforma que los emitía en directo por internet. Por su parte, la televisión estatal CCTV lleva ya dos años sin programar partidos de la NBA, desde que el entonces director general de los Houston Rockets, Daryl Morey, apoyara en Twitter las protestas de Hong Kong. Dicho boicot solo se interrumpió brevemente para emitir las finales aplazadas de la temporada 201920, que ganaron Los Angeles Lakers a los Miami Heat. Pero continúa vigente en la televisión estatal y en Tencent se aplica también a los Philadelphia 76ers, el nuevo equipo de Morey tras dejar los Rockets, que ahora sí pueden verse en dicha plataforma.
Esa lista negra es la amenaza que pende ahora sobre Enes Kanter, su club y el resto de la NBA. Pero el jugador, que tiene 29 años, ya le ha dado su respuesta a Xi Jinping y al Partido Comunista de China: «Nunca me disculparé por decir la verdad. No podéis comprarme. No podéis asustarme. Y no podéis callarme».