Ni pánico ni indiferencia
Tendremos que seguir investigando hasta dar con una energía más limpia que la existente
LES decía ayer que el gran problema del cambio climático es conseguir una energía limpia, no contaminante, para evitar que lo que ganamos a corto plazo se convierta en pérdida a la larga, como ha ocurrido hasta ahora con el llamado progreso, que nos ha permitido no sólo vivir más cómodamente, sino también más años, pero a costa de cambiar el equilibrio natural de nuestro planeta.
Es un asunto mucho más complejo de lo que a primera vista parece, y conviene dejar sentados algunos principios para no equivocarnos. De entrada, que la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma, como enunció el físico inglés del siglo XIX James Prescott, por lo que lo único que podemos hacer con ella es transformarla. Luego, que energía totalmente limpia no se da, siempre se sacará de algún sitio y dejara residuos en otro. De las fuentes actuales de energía, la hidroeléctrica es sin duda la más limpia, al sacarse directamente de los saltos de agua, naturales o artificiales (pantanos). Pero aparte de requerir obras gigantescas, exige el sacrificio de campos e incluso pueblos enteros, algo nada fácil desde el punto de vista humano. Por no hablar de que todos los puntos propicios están ya cubiertos en España. Existe, la posibilidad de bombear el agua desembalsada arriba, para dejarla caer de nuevo, pero eso limita el rendimiento.
El resto de las fuentes de energía, las centrales térmicas, alimentadas por carbón o petróleo, grandes contaminantes; o la eólica, a base de ‘molinillos’ gigantescos, tienen el problema del almacenamiento y el transporte, como la solar, el de los elementos químicos para sus placas y qué hacer luego con ellos.
He dejado para el final la energía atómica, sin duda la más potente, pero los cientos de miles de muertos que produjo en su aparición le dio mala fama, aparte del problema de sus residuos radiactivos. Podrían meterse en minas de carbón abandonadas, pero aún así el rechazo es general, aunque hay países, como Francia, que siguen obteniendo más de la mitad de su energía de ella.
Existe, sin embargo, otra energía nuclear mucho más potente: la de fusión de átomos de hidrógeno, en vez de fisión del uranio. Es la que da luz y calor al sol para todo su sistema. Aparte de barata: un vaso de agua bastaría para dar electricidad a una ciudad media durante un año. Pero todos los intentos hasta la fecha han fracasado. Hay quien ve a las petroquímicas tras ello. No lo creo. Más bien las veo intentando hacerse con ella. Así que tendremos que seguir investigando hasta dar con esa u otra energía más limpia que la existente. Al tiempo que adaptarnos a las necesidades de nuestro planeta, en vez de a la inversa, como hasta ahora. No sólo viviríamos mejor, sino también más largo.