«Apoyamos el feminismo al cien por cien, somos aliados»
El trío de escritores se defiende de las críticas recibidas tras obtener el premio Planeta con su novela ‘La bestia’
Carmen Mola Pseudónimo literario de los vencedores del premio Planeta
Antonio, Agustín y Jorge son Carmen. Y por eso se formó. Carolina Durante es una banda de rock de tíos, Mujeres otra y Sabrina Palau otra. Y no se formó. Los primeros, recientes ganadores del Planeta con ‘La bestia’ firmada bajo el pseudónimo de Carmen Mola, ocultaron su condición masculina con el disfraz de una profesora de instituto que escribía novelas antes de lograr el millón de euros del galardón que les obligó a dar la cara. Los otros siempre la dieron. Hete aquí el debate: ¿se trataba de un montaje comercial para aprovechar el tirón del feminismo o un ejercicio creativo sin más historia? Hemos hablado con ellos, con Carmen, para conocer su postura.
—¿Qué responderían a quien les llama caraduras y de reírse de las mujeres?
—Antonio: Diría que no es verdad, que yo no me río de las mujeres. No hay ninguna intención de reírme de nadie. Simplemente queremos una novela bajo un pseudónimo y colocarnos detrás. No le insultaría yo a él porque soy una persona educada. Estoy escribiendo una novela y punto. Antes hemos escrito varias con este pseudónimo. Nada más que eso.
—«Las opiniones femeninas son como nuestros deseos. Algo de lo que no se habla, que es mejor dejar a oscuras en la alcoba», dice Ana Castelar, personaje de su obra ubicada en Madrid en 1834. ¿Han leído las críticas que les han hecho varias mujeres? —Jorge: Hemos leído algo. Tampoco hemos estado detrás todo el día. Creo que una injusticia no se tapa con otra. Ha habido injusticia con respecto a las mujeres que no podían publicar en el siglo XIX, a principios del XX, en la posguerra... Es cierto, no lo podemos negar. Pero no le estamos quitando el sitio a nadie, no hay un número exacto de novelas para hombres y mujeres. Cuando nos hacen críticas parecemos los genios del mal y expertos en marketing, pero cuando creas un pseudónimo es para esconderte y disfrazarte. Y creas el más alejado de ti. O sea, si vas en carnaval y te disfrazas de periodista, te van a pillar enseguida. Tienes que disfrazarte de un fontanero, de superhéroe... algo muy alejado de ti. ¿Qué es lo más alejado a tres hombres? Un nombre de mujer. Lo importante es la novela. Y si le ponemos en la portada nuestros tres nombres, no cabe el título. Por eso, vamos a utilizar un pseudónimo y lo más alejado.
—También está la creación de Carmen Mola, una profesora.
—Antonio: Es una pequeña minibiografía para las solapas de los libros y que no ponga que es un pseudónimo. —Jorge: Y que veamos la ficción no solo en la novela, también en la autora. Creo que eso es lo que hace cualquier escritor. Yo, cuando escribo mis novelas con mi nombre, también me invento un poquito el personaje. No digo toda mi vida. También he leído alguna crítica que dice: «Lo leí pensando que era una profesora de secundaria». ¿Qué pasa, que las profesoras de secundaria venden libros como churros? —Carmen Mola nace en 2017, en el inicio del subidón del feminismo en España. ¿Qué opinan del movimiento? —Agustín: No era consciente de esa conexión temporal. Evidentemente, hay una lucha por la igualdad de la mujer y entendemos el movimiento feminista, somos aliados en ese sentido en nuestras vidas personales. Pero se tiende a generalizar muy rápido. No es un movimiento unitario, no es una voz única que opina de determinada manera. Entiendo que surja el debate y estén alerta. Pero creo que no somos partícipes. No hemos ocupado el puesto de una mujer, hemos ocupado un fantasma.
Pseudónimo femenino
«Nosotros no hemos ocupado el puesto de una mujer, hemos ocupado el de un fantasma»
—Antonio: Ni somos quién para confrontar a la crítica feminista, porque eso nos situaría enfrente de ellas y no es ahí donde nos pueden encontrar. Yo no soy en absoluto antifeminista. El feminismo es maravilloso, transformador, necesario. Creo que cualquiera de los tres lo apoyamos al cien por cien.
—Jorge: Pensamos que da exactamente igual firmar como hombre que como mujer. Y no solo, sino que puede escribir exactamente igual un hombre que una mujer. Y una mujer puede ponerse en el papel de un hombre como un hombre puede ponerse en el papel de una mujer, del personaje, igual que podemos ponernos en el papel de un asesino aunque no hayamos asesinado a nadie, que no lo hemos hecho.