«No se habló tanto del Planeta en la vida, el ruido es marketing»
La escritora madrileña Paloma Sánchez-Garnica resultó finalista del Planeta gracias a su novela ‘Últimos días en Berlín’, una historia de amor y supervivencia y un aviso de los peligros totalitarios circunscrita en los años de la Revolución rusa y el arrasamiento nazi. Como mujer, responde sobre el alboroto: «Creo que todo es mucho más sencillo. Son tres autores, cada uno tenía su obra por separado, y a la hora de presentar los tres nombres en una portada no caben y se plantean un pseudónimo. Sale Carmen, el otro dice mola y el otro dice Carmen Mola», explica la novelista, que al apunte en broma cruda de si le parece justo que le hayan doblegado tres hombres contra una y haciéndose pasar por mujer, se desliza con sorna: «Pero también el millón se lo tienen que repartir, que da como más alivio. Están casi, casi igual». Y zanja: «Son tres tipos estupendos, porque, además, la vanidad literaria se la guardan en el bolsillo, es fascinante ver a tres personas escribiendo a seis manos y que son capaces de renunciar a sus ideas y cambiarlas y transformarlas por buscar el consenso». A Sánchez-Garnica no le inquieta que la controversia opaque la conversación literaria: «Al contrario, no se ha hablado tanto del premio en la vida. El ruido, al final, es marketing. Se ha creado una expectación. Y ahora está en manos de los lectores. Que vayan a esa novela y digan ‘es buena’. Y luego pueden ir a la mía. O al revés. Se trata de hacer lectores. La base del Planeta es, sobre todo, hacer lectores».