Ya se van los marines
Cínicamente, mucho me parece que ha tardado Estados Unidos en retirar los 800 marines de Morón
HABRÍA que actualizar aquella vieja copla popular sobre la trashumancia de la Mesta: «Ya se van los pastores/ a la Extremadura,/ ya se queda la sierra/ triste y oscura». Habría que actualizarla con un cante flamenco desde las tierras sevillanas de Morón de la Frontera: «Ya se van los marines/ que en Morón había,/ ya se van los marines,/ van para Sicilia». Con su retirada nos enteramos ahora de que en la gran base aérea de utilización conjunta hispano-norteamericana del sur de España estaba acantonada, lista para ser aerotransportada en cualquier acción inmediata, la Fuerza de Respuesta de Crisis para África del Cuerpo de Infantería de Marina, integrada por 800 efectivos, que eran una fuente de riqueza para Morón y Arahal y la campiña, aparte de utilización de mano de obra civil española en el mantenimiento y logística de la base. Visto cínicamente, mucho me parece que ha tardado Estados Unidos en retirar esta fuerza de los 800 marines de Morón, después de tanta afrenta a los americanos, de tanto progre pseudopacifista manifestándose al grito de «Bases, fuera». ¿No queríais las «bases fuera»? Pues de momento la de Morón se queda sólo con la presencia del Escuadrón 496 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF), porque también se van, con los marines, los seis aviones Osprey y otros dos Súper Hércules, usados para el transporte militar en las acciones de despliegue rápido. Digo que mucho me parece porque el Gobierno americano, sea quien fuere quien ocupa la Casa Blanca, no olvida aquel 12 de octubre de 2003, cuando, como dice el general Dávila, «un aspirante a llevar a España a su destrucción, Zapatero, ofendía de manera pública y ostentosa, a todo el pueblo estadounidense al no mostrar el debido respeto a su bandera. No se levantó al paso de la bandera de los Estados Unidos en el desfile del Día de la Fiesta Nacional de España, un insulto del que hoy sigue presumiendo.» Y tampoco olvidan los EE.UU. que España chaqueteó en la guerra de Irak, y que lo primero que hizo Zapatero al llegar al poder fue retirar, sin previo aviso, nuestras tropas. Todo esto lo sabe el presidente Joe Biden, que España no le hace ascos a la dictadura de Maduro y mira para otro lado en Cuba ante los presos políticos y la oposición democrática clandestina, mientras ofende a los EE.UU. Por eso, aunque nunca ha habido retirada de embajadores, las relaciones entre España y los EE.UU. son casi inexistentes. Por eso los americanos están siempre al lado de Marruecos, nunca de España, a pesar de la base conjunta en Rota, de donde es un milagro que aún no hayan retirado los efectivos del escudo antimisiles. Y por eso muchos segundos me parecieron los 30 que duró la conversación mantenida entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el mandatario estadounidense durante la cumbre del G-20 en Roma. Horas después se conocía esta decisión de la retirada de los marines de Morón, que pasan a la base siciliana de Vicenza. Y traduzco en versión libre para la radio: más paro en Morón y Arahal entre el personal civil que trabajaba para los americanos.