Lukashenko advierte de que Rusia podría actuar, «y tiene armas nucleares»
El dictador bielorruso: «No estoy loco, entiendo a qué puede conducir todo esto»
No es la primera vez que el dictador bielorruso, Alexánder Lukashenko, agita el espantajo de una guerra entre su país, Polonia, las repúblicas bálticas y la OTAN en su conjunto. Lo hizo repetidamente el año pasado en medio de la ola de protestas que contra él lanzó la oposición por manipular los resultados de la elecciones presidenciales. Ayer volvió a utilizar el mismo lenguaje y avisó que, si se desata una contienda, «Rusia se vería inmediatamente envuelta en este torbellino y es la mayor potencia nuclear».
«¿Luchar contra los emigrantes con tanques Leopardo? Perdóneme. Ustedes y yo, los propios militares, comprendemos lo que es hoy librar una guerra contra estas desafortunadas personas en la frontera entre Polonia y Bielorrusia lanzando columnas de tanques. Está claro que esto es una especie de entrenamiento o es directamente un chantaje», afirmó Lukashenko en el curso de una entrevista emitida ayer por las televisiones bielorrusas con el director de la revista rusa Defensa Nacional, Ígor Korotchenko.
Según el presidente bielorruso, «tomar así las armas en un mundo moderno, especialmente en el centro de Europa, es mortífero». Continuando en la línea de que quien está provocando la actual situación de tensión en la frontera exterior de la Unión Europa es Polonia mientras que Bielorrusia, al contrario, trata de aminorar supuestamente el enfrentamiento, Lukashenko dijo que su país en la actual coyuntura debe ser muy cauteloso. «Sabemos que si cometemos algún error, inmediatamente Rusia se verá envuelta en este torbellino y es la mayor potencia nuclear», subrayó. «Y no estoy loco, entiendo perfectamente a qué puede conducir todo esto. Sabemos cuál es nuestro sitio, pero no vamos a arrodillarnos», añadió.
Este lunes llegó a la frontera con Polonia el mayor grupo de emigrantes jamás registrado hasta el momento, según distintas estimaciones, podrían alcanzar las cuatro mil personas. La Policía y el Ejército polacos impidieron a duras penas que pudieran penetrar en su territorio empleando gases lacrimógenos.
La multitud, compuesta por hombres jóvenes procedentes de Siria, Irak y Afganistán, siguen acampados en el bosque junto a la valla de separación fronteriza, pero ayer no llevaron a cabo ningún nuevo intento de pasar al otro lado. Y el tiempo aprieta porque, según los pronósticos meteorológicos, la semana que viene la temperatura en la zona caerá por debajo de los cero grados.