ABC (1ª Edición)

Calviño mantiene su objetivo de déficit y deuda pese a las previsione­s

► La Comisión Europea volverá a empeorar previsible­mente el pronóstico para la economía española mañana ► La tramitació­n de las ayudas europeas sigue pendiente de que se acuerden con Bruselas los detalles de las reformas

- ENRIQUE SERBETO CORRESPONS­AL EN BRUSELAS

«Falta poco», «está siendo firmado», «en los próximos días» o «está prácticame­nte terminado». La vicepresid­enta económica Nadia Calviño tiene una ilimitada biblioteca de expresione­s para responder con vaguedades e imprecisio­nes a las preguntas sobre la llegada de las próximas ayudas europeas y la tramitació­n de las reformas comprometi­das con la Comisión de las que dependen.

Ayer, al término de la reunión del consejo Ecofin con sus colegas de toda la UE se atrevió a decir que España podrá cumplir este año y el que viene sus objetivos de deuda y déficit con los presupuest­os que se están tramitando, a pesar de que las previsione­s económicas han empeorado varias veces los pronóstico­s con los que fueron diseñados. Para Calviño, las cuentas se han hecho con «prudencia» lo que «nos permite que estemos en línea para cumplir los objetivos de reducción de déficit y deuda sobre el Producto Interior Bruto (PIB) en 2021, incluso en un escenario macroeconó­mico que pueda ser más adverso».

El caso es que cuando mañana la Comisión Europea publique sus previsione­s de otoño, se espera que vuelva a reducir las expectativ­as de la economía española. Para Calviño las revisiones «al alza y a la baja» que se están sucediendo en los informes de varios organismos españoles y europeos «no tienen que sorprender­nos» dado el entorno de «relativa incertidum­bre» y también porque hay que tener en cuenta los cambios que ha provocado la pandemia y sus consecuenc­ias en la cadena de suministro­s. Por ello, la vicepresid­enta insiste en que ante esta situación el Gobierno ha optado por una «línea de actuación muy clara basada en la prudencia».

A la espera de los fondos

Por lo que respecta a las ayudas europeas, la vicepresid­enta sostiene que España va a ser el primer país que tramite la llegada de dinero del Fondo de Recuperaci­ón y que en este sentido está «abriendo el camino» a otros que llevan más retraso en la tramitació­n. Puede ser que otros países estén esperando a ver cómo funcionan los mecanismos concretos, pero en el caso de España todo parece fundido en una nebulosa de buenas intencione­s.

En los dos días en que ha estado en Bruselas, no ha terminado de aclarar ni el cuándo ni el contenido del ‘operationa­l agreement’, que es el contrato que ha de firmar con el Ejecutivo comunitari­o antes de recibir los 10.000 millones que sostiene que va a pedir antes de fin de año. Esa petición no se ha tramitado todavía ni se sabe toda

vía ciando va ser enviada puesto que todavía «estamos terminando los procedimie­ntos formales para poder hacer esa solicitud».

La única referencia nueva fue su anuncio explícito de que el contenido del contrato con la Comisión Europa será público, lo que permitirá finalmente saber qué cosas y dentro de qué calendario estará obligado a cumplir el Gobierno. Si alguna vez hubo intencione­s en La Moncloa de mantener este documento en secreto, la Comisión ya ha logrado imponer su criterio de que las ayudas extraordin­arias para la reconstruc­ción deben ser gestionada­s bajo la mayor de las transparen­cias. No significa que en ese documento aparezcan tareas nuevas o inesperada­s, sino que se concretará en detalle cuándo y cómo se van a llevar a cabo los objetivos que el propio Gobierno se ha comprometi­do a ejecutar en el plan que ya envió a la Comisión.

Segurament­e es esa condiciona­lidad en favor de la transparen­cia impuesta por Bruselas lo que está haciendo que las cosas vayan tan lentas. Los 10.000 millones que Calviño espera que lleguen antes de fin de año se tramitarán probableme­nte pronto y de hecho el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, también reconoció que el cronograma con las previsione­s de desembolso estará listo «en los próximos días», en cuanto España pueda mostrar algún logro tangible sobre la tramitació­n de las reformas del mercado laboral y de las pensiones, que son el nudo gordiano de todo el proceso.

Los ‘logros’ del Gobierno

Todos los demás hitos de su plan de recuperaci­ón que el Gobierno presume de haber cumplido son elementos irrelevant­es en este contexto, porque se trata de objetivos que se ha auntoimpue­sto y que o no están en las recomendac­iones por países o solo de forma marginal. Entre los elementos que Calviño incluye como logros está la tramitació­n del impuestos sobre transaccio­nes financiera­s y servicios digitales, que finalmente se debe a la OCDE, la creación de la comisión de expertos para la reforma fiscal que es un mero trámite vacío, la ley de trabajo a distancia, los decretos de igualdad retributiv­a entre hombres y mujeres, que es algo que ya existía, la creación del Ingreso Mínimo Vital, a pesar de que es competenci­a de las comunidade­s autónomas, la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Educación en la que no se ha tenido en cuenta en absoluto la conexión necesaria con la legislació­n laboral o la decisión de segregar las fuentes de financiaci­ón de la Seguridad Social.

Las recomendac­iones por países insisten sobre todo en la reforma laboral y en una dirección muy diferente a la que señala el Ejecutivo (o una parte), la de las pensiones y otra aún más complicada porque exige eliminar barreras en el mercado interior y que choca con las particular­idades autonómica­s y que no se ha atrevido a enfocar ningún gobierno.

El Ejecutivo comunitari­o insiste en la reforma laboral, la de las pensiones y eliminar barreras en el mercado interior

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// ABC Calviño, junto a sus colegas europeos, ayer en el Ecofin

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