Gazprom retrasa sus entregas de gas a Alemania y tensiona aún más el mercado
► La petrolera rusa suministra una tercera parte del consumo europeo
Para esta semana, Rusia había acordado una entrega de gas significativamente mayor a Alemania, para cubrir la creciente demanda, pero el lunes, día previsto para la entrega, no llegó nada. Los puntos de entrada de dos de los tres gasoductos rusos que llegan a Alemania permanecieron, de hecho, inactivos.
Ayer se registraron los primeros movimientos, pero el gas que llegó era insuficiente. Gazprom suministra una tercera parte del gas que consume Europa y está inflando los precios, en un contexto de crisis energética que azota al continente y amenaza con obstaculizar la recuperación, aumentar los costes de empresas y consumidores, además de disparar la inflación.
En Mallnow, Brandeburgo, en la frontera con Polonia, donde llega el gasoducto Yamal desde Siberia, los mecanismos de succión han permanecido apagados durante los últimos quince días, según confirmó el operador de red Gascade, y solo se movieron ayer para recibir alrededor de seis millones de metros cúbicos de gas natural. Tom Marzec-Manser, estratega jefe de gas de la compañía de análisis ISIC, denunció que «es sorprendente lo pequeños que son los volúmenes transportados». El gas ruso entra en Alemania también a través del gasoducto Transgas, más al sur, que atraviesa Ucrania, Eslovaquia y la República Checa hasta Alemania, pero en el punto de entrada bávaro-checo de Waidhaus «se han recibido solamente diez millones de metros cúbicos», reconoció una portavoz del operador Open Grid Europe: «los flujos siguen siendo demasiado bajos». A modo de referencia, la República Federal de Alemania consume alrededor de 300 millones de metros cúbicos de gas natural en un día promedio en noviembre, y Europa Occidental un total de más de 1,4 mil millones de metros cúbicos.
Yamal y Transgas son dos de los tres principales gasoductos a través de los que Rusia envía gas hasta Alemania; el tercero es Nord Stream 1, el primer gasoducto a través del Mar Báltico, por el que Moscú suministra gas a Europa, a la espera de que entre en funcionamiento el recién terminado de construir y controvertido Nord Stream 2.
Las entregas de Yamal y Transgas han caído drásticamente desde principios de octubre, a pesar de que los precios en el comercio mayorista europeo son más altos de lo que han sido en mucho tiempo. Gazprom cumple con sus obligaciones contractuales, pero solo al mínimo y con retraso. Los niveles en las instalaciones de almacenamiento operadas por las empresas de Gazprom en Europa Central son mucho más bajos de lo habitual en esta época del año.
Esta sospechosa caída de suministro es interpretada por algunos analistas como una estrategia del Kremlin para retener deliberadamente las entregas y despertar así los temores de un cuello de botella, forzando de esta manera las licencias que por ahora no han sido emitidas y que impiden que haya entrado en funcionamiento el nuevo Nord Stream 2. Mientras, el precio mayorista del gas subió ayer