ABC (1ª Edición)

Aturulle, aturulle, que ya no cuela

Bruselas no se traga la estrategia de revoltijo del Gobierno: no lee ni un documento más sin consensuar

- MARÍA JESÚS PÉREZ

ATURULLAR y mentir como bellacos, sin pudor alguno. Es el nuevo ‘modus operandi’ del Gobierno Sánchez, su nueva estrategia desligada del mundo marketenia­no del anterior jefe de propaganda, para confundir aún más al personal –a todos, ni uno nos libramos–, y turbarlo a la máxima potencia de modo que no sepa qué decir o cómo hacer algo, o ni siquiera entender nada de lo que se le transmite o si ya sabía lo transmitid­o se lo repiten para que quede grabado a fuego. Control de masas se llama.

Y así, como quien no quiere la cosa, van tirando y ganando tiempo para agotar la actual legislatur­a y para recibir si eso el capital europeo a fondo perdido –¡que se lo creen ellos vamos!, el siguiente (¿Casado? veremos, están las cosas en el PP para certezas a día de hoy) que se coma el marrón de devolver todo lo que llegue, porque todas las ayudas se devuelven, sí o sí, de una u otra forma, no se confundan– que nos haga volver a la senda de la recuperaci­ón, si es que en algún momento estuvimos en ella.

Pues... ¡Bendito gurú del pasado! ¡No si al final vamos a echar de menos al ‘spin doctor’ de la mercadotec­nia que hizo de la política un escenario y de la estrategia una campaña de marketing, restando liderazgo al presidente, que tendría entonces que haber puesto orden en la incertidum­bre que ha desembocad­o en el caos al que estamos sometidos a día de hoy. Pero ya... De aquellos polvos, estos lodos.

El caso es que entre la variada documentac­ión que llega de las negociacio­nes para derogar (o cambiar, o modificar, ¡o yo que sé ya!) la reforma laboral del PP –enredada en las guerras internas entre las dos ‘vices’, por ver quién la tiene más larga, con perdón–; las píldoras que filtra el ministro Escrivá sobre la otra gran reforma obligada, la de las pensiones –que debe estar a medias entregada antes de que acabe el año, pero finiquitad­a para recibir los ‘dineros’ europeos–, y los cientos de folios sobre la manera en la que llegarán los fondos, la transparen­cia de este Gobierno brilla por su ausencia. A pesar del portal, que ese es otro cantar...

‘Totum revolutum’ y trolas a granel. Es lo que tenemos, por listos. Y si no que se lo pregunten a la vicepresid­enta de Trabajo, alias la ‘fashionari­a’, que ayer mismo durante la sesión de control, soltó en uno de sus careos ya habituales con el diputado del PP, Teodoro García Egea, que si el Ejecutivo hubiera aplicado la reforma laboral de Rajoy en esta crisis, los despidos «hubieran sido masivos». ¿Perdón? Risas a mansalva en el Congreso. Porque, entonces, tal cual le espetó Egea, ¿qué legislació­n han aplicado durante su mandato? ¿La de Francia, Portugal, Reino Unido?La española ministra, la española. Y en Europa, flipando. Ya les digo yo lo que les ha dicho Bruselas, aturullada ya de tanto documento repetitivo para hacerles el lío y recibir los fondos sin más: no recibe ni un documento más que no vaya consensuad­o. Ni uno más.

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