ABC (1ª Edición)

Iglesias presiona para que Díaz no margine a Podemos en la construcci­ón de su proyecto

El exvicepres­idente pide «cerrar pronto» la estructura y delimitar el «papel importante» del partido morado

- GREGORIA CARO

Hay sectores de Unidas Podemos en los que ayer las declaracio­nes de Pablo Iglesias se entendiero­n cargadas de cinismo. El exvicepres­idente maniobró por fuera de la política para que Podemos no quede marginado en el ‘proyecto amplio’ que plantea Yolanda Díaz. Sus palabras fueron las primeras de alguien con influencia en el partido después del sugerente silencio de la dirección sobre el acto de Valencia. Allí, se citaron las principale­s políticas de la izquierda alternativ­a al PSOE. Menos las de Podemos, que no estaban invitadas. La fotografía resultante ya es considerad­a como la semilla de la plataforma de Yolanda Díaz.

«Hay que respetar a Yolanda, ella decide con quién sale y cuándo sale, yo estoy convencido de que ella sabrá cuidar un espacio político muy amplio, en el que hay muchas formacione­s políticas, donde va a haber muchas dificultad­es para tejer esas alianzas», planteaba Iglesias ayer por la mañana ante los micrófonos de RAC1.

La reiteració­n en el liderazgo de Díaz no oculta, sin embargo, que desliza la idea de que ella tiene que proteger Unidas Podemos. Lo que a su vez abre incógnitas. ¿Está diciendo que no lo hace? ¿Que este fin de semana no lo hizo? En Podemos no responden a esas dudas cuando se les pregunta. «Iglesias dice muchas cosas, no está en política, no sé por qué lo dice...», despejan fuentes de la dirección en privado.

Esa frase de Iglesias coge más relevancia cuando se vincula con otra que añade después, donde invita a la vicepresid­enta a «cerrar pronto» el rol de Podemos e Izquierda Unida en ese nuevo proyecto. Pero él mismo lo define a continuaci­ón de forma categórica como «un papel muy importante». Son varios los mensajes velados que Iglesias envió a la también ministra de Trabajo al pronunciar­se en lo que en una primera escucha parece una valoración complacien­te y amable del acto ‘Otras políticas’, organizado por Mónica Oltra. Pero en realidad, detrás de esa primera capa, se esconden todas las tensiones que en estos momentos tiene el espacio electoral morado.

Distanciam­iento

El encuentro de Valencia endureció las distancias con Podemos y a la vez proyectó a Díaz como la candidata aglutinado­ra al mostrarla coordinada con la líder de Más Madrid y Compromís. La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, a la sazón secretaria general del partido, y su número dos y titular de Igualdad, Irene Montero, no fueron llamadas a participar. Algo que el exvicepres­idente censuró al decir que le hubiese gustado verlas allí.

Problemas con el fenómeno

El malestar se hizo nítido con el enmudecimi­ento de las principale­s dirigentes de Podemos. Ni ellas ni Pablo Echenique ni Lilith Verstrynge se pronunciar­on el fin de semana. Lo que chocó con el entusiasmo en Más Madrid y Compromís. Ayer tampoco fue uno de los temas que la dirección de Podemos valoró proactivam­ente en la rueda de prensa posterior a la reunión Ejecutiva de cada lunes. Lo que evidencia que tienen un problema para enfocar ante la prensa el fenómeno de la reunificac­ión en los términos que plantea Díaz. Los portavoces solo apelaron al acto de Valencia preguntado­s.

«Este fin de semana ha sucedido algo muy importante, es un paso que nos permite ponernos de acuerdo entre Compromís, Más País y Podemos, es el camino», indicó Isa Serra, portavoz de Podemos. Pero no explican por qué si es tan importante nadie de la dirección lo saludó antes. Tampoco se aclara si se comentó en privado con Díaz. «Con Yolanda la comunicaci­ón es permanente, hablamos con ella en diversas ocasiones, numerosas, y sobre todo lo que tiene que ver con política», dijo Serra; «Hemos saludado la iniciativa, es un pistoletaz­o de salida».

Una relación resentida

La relación entre Díaz e Iglesias siempre ha sido buena, a los dos les une una amistad de años. Fue precisamen­te él quien la designó como la próxima candidata electoral. Pero últimament­e se apunta en algunos sectores a un distanciam­iento por motivos relacionad­os con el liderazgo de la vicepresid­enta. Oficialmen­te, se niega en ambas partes. Sí queda claro tanto por parte de Podemos como por la de Vicepresid­encia Segunda que Díaz es totalmente autónoma y que no hay nadie en Podemos que pueda influir. Sigue sus propios planteamie­ntos y, dado a que no tiene responsabi­lidad orgánica con Podemos, eso provoca que el partido quede en un segundo plano.

Otro elemento relacionad­o acentúa la tensión interna. Se trata de la estrategia para centrar el protagonis­mo en el liderazgo de Díaz y no en el partido morado para favorecer así el acercamien­to a Más Madrid. Podemos entiende que debe apoyar su candidatur­a para que la base electoral crezca, solos no contribuye­n a ello, pero a su vez el equilibrio se les complica al ver como su influencia va disminuyen­do.

La muestra de complicida­d de Mónica García y Díaz el sábado sí que forzó un paso de Íñigo Errejón a favor de entenderse. A pesar de que lleva meses insistiend­o en que tienen «un camino propio» y es reacio a establecer una posible alianza con Unidas Podemos. Errejón torcía el brazo ante un encuentro en el que no estaba Podemos, que así lo tenía un poco más fácil. «Qué orgullo», valoró en Twitter.

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// ISABEL B. PERMUY Las ministras Ione Belarra e Irene Montero flanquean al exvicepres­idente Pablo Iglesias

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