ERC y Bildu redoblan su presión para endurecer la Ley de Memoria
Los socios del PSOE le piden que elimine el título del Rey y revise la amnistía de 1977
ERC y EH Bildu vuelven a poner al Gobierno en un aprieto y esta vez en uno de los proyectos estrellas de La Moncloa: la nueva Ley de Memoria Democrática. Ambos partidos se unieron ayer a JpC, CUP, PDECat y BNG para registrar en el Congreso un bloque de enmiendas conjuntas cuya aprobación exigen a cambio de dar su «sí» al nuevo texto. Entre ellas destaca la supresión del título del Rey con todos los privilegios que lleva aparejados o la revisión de la amnistía de la Transición. Es el punto de partida para una negociación que se antoja difícil y que puede comprometer la aprobación final del texto ya que el Ejecutivo no podrá sacarlo adelante sin sus socios.
A la reclamación sobre la revisión de la amnistía se une también Unidas Podemos que de momento no ha presentado enmiendas pero ha avanzado que lo hará. Los morados creen que la ley que pilotó la exvicepresidenta Carmen Calvo y que finiquitó el actual ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se queda corto porque no permite, entre otras cosas, juzgar a los funcionarios que cometieron delitos durante la dictadura. Su intención es presentar enmiendas en este sentido y fuentes de la formación morada señalaron ayer la existencia de negociaciones con el PSOE. Desde Ferraz, el nuevo portavoz socialista Felipe Sicilia se limitó a subrayar que la supresión del título del Rey no entra dentro de las enmiendas negociables, pero admitió que el Ejecutivo tendrá que ceder en el resto del bloque de enmiendas para poder salvar la ley.
Prefectura de Barcelona
Los independentistas saben perfectamente que los socialistas no van a aceptar modificaciones en la Jefatura del Estado –ni siquiera es posible mediante una ley–, pero utilizan sus enmiendas en bloque para elevar la presión y lograr un endurecimiento del proyecto presentado por La Moncloa. Además de la revisión de la amnistía para poner fin a «la impunidad sobre los crímenes del franquismo y los crímenes de lesa humanidad», las enmiendas conjuntas incluyen reclamaciones culturales y lingüísticas, la «reparación del espolio» patrimonial sufrido por los ateneos, asociaciones o personalidades jurídicas durante la guerra civil y la dictadura, o la restitución de titularidades de varias instalaciones. Entre ellas, piden que las dependencias de la Prefectura superior de Policía de vía Layetana de Barcelona pase a manos de la Generalitat o que el Palacio de la Cumbre se convierta en propiedad del Ayuntamiento de San Sebastián.
Con los partidos conservadores anticipando su voto en contra de una ley que creen que vuela por los aires el pacto constitucional, el PSOE necesita armar una mayoría que apoye su texto y la tarea no va a resultarle fácil. De momento, el único de sus socios que se ha abierto a negociar y respaldarlo ha sido el PNV. ERC considera que la nueva ley es casi una burla porque se queda inaceptablemente corta y el pasado mes de octubre defendió una enmienda de totalidad con texto alternativo que fue apoyada por los mismos grupos con los que ayer presentó enmiendas: JpC, CUP, PDECat, EH Bildu y el BNG. Si el texto de Memoria Democrática superó el debate de tramitación fue simplemente porque la enmienda de totalidad de los republicanos se votó de manera independientemente de las presentadas por PP y Vox. Pero sumando las tres iniciativas, una mayoría absoluta de 182 diputados votó en contra de la tramitación del texto.
Diferenciar entre los argumentos conservadores y republicanos ya no será posible en la próxima votación. Tras la fase de enmiendas, los diputados deberán pronunciarse sobre si aprueban o no la redacción final.
El PSOE subraya que la Jefatura del Estado no es negociable, pero admite que cederá a otras exigencias para salvar la ley