ABC (1ª Edición)

Árbitros bajo presión en la Fórmula 1

A medida que se acerca el final del año, el estrés se multiplica para los comisarios. Son la parte invisible del Mundial, jueces que utilizan la tecnología desde hace más de 20 años

- JOSÉ CARLOS CARABIAS

Hay tres comisarios en cada carrera, dos de ellos permanente­s, y un expiloto que ejerce como consultor para enjuiciar incidentes

Ingresa el Mundial de Fórmula 1 en su fase decisiva con tres carreras para el desenlace y, ningún deporte es tan especial, los árbitros ya se encuentran en el disparader­o. Los árbitros son aquí comisarios y, como sucede en todas las modalidade­s, se encuentran sometidos a una potente presión según se acerca la resolución del campeonato. En Brasil tuvieron trabajo extra y sus sentencias pudieron ser determinan­tes para el título, ya que Hamilton fue sancionado por un milímetro de más en su alerón trasero, pero a Verstappen ni siquiera lo investigar­on por echar fuera de la pista a su adversario durante la carrera en Interlagos. Son juicios en los que se ventilan millones de euros y quedan en manos de especialis­tas técnicos que resultan invisibles para el público. Una de las frases antológica­s de Bernie Ecclestone, el antiguo supremo de la F1, resume la labor de los comisarios: «Hacer trampas es la norma en la F1. Todos lo hacen. Si te pillan, tienes que asumir las consecuenc­ias por no haber hecho bien tu trabajo, que consiste en que no te pillen».

El dopaje en la Fórmula 1 está en los coches. Y lo que puede parecer una nimiedad, un milímetro de más o de menos en un DRS, es decisivo, según cuenta a ABC Joaquín Verdegay, excomisari­o español de la F1. «Un milímetro en un retrovisor no significa nada, pero en un DRS (el alerón trasero abierto) equivale a 100 kilos más de apoyo. El coche puede correr 15 kilómetros más por hora. Es decisivo».

En la Fórmula 1 hay un director de carrera permanente, el mismo para todos los fines de semana. Es el australian­o Michael Masi, encargado de todas las directrice­s relacionad­as con el funcionami­ento y la seguridad del gran premio. Existe además un jefe de salida y un grupo de comisarios técnicos, que son los responsabl­es de garantizar la legalidad reglamenta­ria de los bólidos. Y el cuadro de los árbitros, los que toman las decisiones sancionado­ras, está formado por tres comisarios y un expiloto que ejerce como consultor. En Brasil fue Vitantonio Liuzzi. Dos de los tres comisarios son permanente­s y al tercero lo nombra la federación nacional del país que acoge la prueba.

«Yo estuve hasta 2013 como comisario de la FIA y nunca cobré por hacer ese trabajo, más allá de las dietas y los gastos de hoteles y viajes», comenta Verdegay.

La introducci­ón de un expiloto en este jurado se decidió en 2010 en respuesta a las quejas de las estrellas del volante ante las resolucion­es demasiado técnicas de los comisarios, sin mucha química con el sentir de los pilotos en la pista. El sistema Riedel

«Para ser comisario hay que conocer la reglas de la F1, ser objetivo y trabajar en conciencia –explica Joaquín Verdegay–. Las principal dificultad es interpreta­r la intenciona­lidad del piloto. También es muy grande la complejida­d del reglamento y hay que decidir en muy poco tiempo. Estoy seguro que no hay arbitraje más complejo en el deporte».

Para fallar menos, la Fórmula 1 es vanguardis­ta respecto a otros deportes más populares y arcaicos. Utiliza desde hace tres décadas el sistema Riedel, una empresa alemana convertida en socio tecnológic­o para facilitar las comunicaci­ones y el tráfico de datos de vídeo, audio y redes. El método Riedel garantiza un nivel óptimo de calidad en la comunicaci­ón en cualquier situación radioeléct­rica o medioambie­ntal, más allá de la natural sobresatur­ación en telecomuni­caciones durante un gran premio. «Yo acabaría con los mensajes de los equipos a la dirección de carrera, esa charleta que no viene a cuento», argumenta el excomisari­o español.

La F1 no se diferencia de otros deportes en un detalle: los árbitros son el saco de los golpes. Lo dijo Toto Wolff, el jefe de Mercedes: «Sus decisiones nos han unido más. Está todo en nuestra contra. Lo sintió Lewis y lo sentimos juntos como equipo».

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// AFP A Hamilton lo sancionaro­n con 5.000 euros por quitarse el cinturón
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// EP Michael Masi, director de carreras de la F1, habla con Franz Tost

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