PSOE y UP vuelven a tirar de Franco y endurecen la ley de Memoria
▶ Los dos socios presentarán hoy enmiendas para reducir «la impunidad de los crímenes» durante la dictadura ▶ El PSE se abre a pactar con Bildu tras las próximas elecciones autonómicas
Con el trasfondo de un malestar social creciente, el PSOE decide ceder ante las exigencias de sus socios para poder sacar adelante la ley de Memoria Democrática y lo hace tirando, una vez más, de Franco. El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, anunció ayer que las negociaciones para endurecer el texto están dando sus frutos y que los socialistas aceptan «introducir elementos muy importantes» para poner fin a «la impunidad de los crímenes cometidos por el franquismo». El dirigente morado no desveló cómo se concretará legalmente esta medida pero sí apuntó que se trata de un cambio con el que esperan atraer al ‘sí’ a ERC o a EH Bildu; dos socios del Gobierno que ahora mismo exigen una revisión de la amnistía de la Transición y la supresión del título del Rey para poder apoyar la nueva ley.
PSOE y Podemos ultimaban ayer por la tarde la negociación de los cambios a la nueva ley, que prevén registrar a lo largo de hoy en forma de enmiendas conjuntas en el Congreso. Echenique apuntó incluso que facilitarán el apoyo de los independentistas a los nuevos Presupuestos. Un extremo que no compartió el portavoz socialista, Héctor Gómez, quien pidió desligar la negociación de la nueva ley de la aprobación de las cuentas .
Llamada a Ciudadanos
De hecho, el Gobierno juega sus cartas e intenta ablandar la posición de ERC y EH Bildu en la memoria democrática llamando nuevamente a la puerta de Ciudadanos. El portavoz adjunto de la formación naranja, Edmundo Bal, desveló que el lunes por la noche le telefoneó el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, para sondear posibilidades de negociación.
Bal le reiteró que su apoyo es posible a cambio de que el PSOE respalde la ley naranja sobre Memoria, Dignidad y Reparación de todas las víctimas del terrorismo para prohibir los homenajes a etarras. Y la llamada se quedó en una simple toma de contacto, pero le sirve al PSOE para advertir a sus socios de que tiene una vía alternativa para sacar la ley de Memoria Democrática sin ellos.
Fuentes de La Moncloa remarcaban ayer que «nada es fácil pero conseguimos todo», confiando en que sacarán adelante este texto. También aseguraban que el contacto con Ciudadanos no supone abandonar «el trabajo con los socios principales» y celebraban «la voluntad de negociar» de la formación naranja. Sin embargo, este partido y la formación republicana hacen reclamaciones incompatibles para la nueva ley por lo que el apoyo de una supone la exclusión de la otra, informa Víctor Ruiz de Almirón.
Desde ERC, su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, remarcó ayer que las negociaciones con el PSOE están «encalladas» y que la posición de su grupo es un «no bastante claro». También dijo sospechar que la voluntad del Gobierno es sacar adelante el texto con Ciudadanos y advirtió que su formación «no va a tragar» con esta alianza. Rufián también apuntó que Unidas Podemos tampoco aceptará los votos naranjas pero se equivocó
porque poco después Echenique no rechazaba esta vía si sirve para sacar adelante el texto
A pesar de este tira y afloja del PSOE con sus socios, la mayoría de la investidura sigue funcionando en las cuestiones del día a día, y ayer los independentistas volvieron a salvar al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, de comparecer en el Congreso. El PP había pedido que diera explicaciones en el Pleno por el fallo del Tribunal Constitucional sobre el estado de alarma pero PSOE, Podemos y sus socios secesionistas unieron fuerzas para vetar la comparecencia.
«Radicalización» del PSE
Mientras tanto, el Partido Socialista de Euskadi (PSE) avanza en lo que el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, califica como «arrojarse en brazos de los proetarras de EH Bildu». El nuevo secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, abrió ayer la puerta a pactar con el partido de Arnaldo Otegi tras las próximas elecciones vascas en lugar de hacerlo con el PNV ya que, según Ep, estudiarán «qué fuerza» dan los ciudadanos a cada grupo y «explorarán» las opciones de pactos «con otros», partiendo de «para qué y no con quién». El pacto desalojaría al PNV de la presidencia autonómica.