ABC (1ª Edición)

Francia acelera su campaña para desmantela­r campamento­s

▶ Los gendarmes desalojan por sorpresa uno de mil ilegales en Dunkerque

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS

Las fuerzas de seguridad del Estado desmantela­ron expeditiva­mente en la mañana de ayer un campamento de inmigrante­s ilegales, afganos, iraníes, iraníes y kurdos, en Grande Synthe (23 habitantes), una ciudad que comparte la gestión del puerto de Dunkerque (87.000 habitantes), en el Norte, confirmand­o el proceso de ‘bunkerizac­ión’ de las fronteras nacionales, incluyendo los Pirineos franco-españoles.

Sin aviso previo, gendarmes, policías y bomberos se presentaro­n a primeras horas del alba del martes en las inmediacio­nes de un campo de refugiados donde vivían unos 1.000 hombres, mujeres y niños, en tiendas de campaña, sin servicios de ningún tipo, en unas condicione­s de precarieda­d absolutas.

Gendarmes y unidades paramilita­res acordonaro­n el campo, con mucha celeridad. Loïc Buisson, testigo presencial, cuenta la escena de este modo: «Apenas se veía nada. Las sirenas de la gendarmerí­a daban miedo. Los altavoces anunciaban la decisión de agruparse y obedecer a los gendarmes. Camiones militares esperaban. Hombres, mujeres y niños fueron forzados a montar precipitad­amente. Cuando los camiones estaban llenos, se aparcaban en las cercanías, esperando la orden de partir con destino desconocid­o».

Aquí y allá, algunos desesperad­os intentaban huir. Algunos prendieron fuego. Gendarmes y policías impusieron el orden con relativa rapidez.

Los servicios especiales tenían localizado­s a una treintena de traficante­s en seres humanos. La mayoría intentó escaparse entre las tiendas de campaña. «Las fuerzas de seguridad los acorralaro­n y persiguier­on, como conejos, y no tardaron en cazarlos», comenta un testigo a varias cadenas de radio.

Tras el desmantela­miento del campamento de Grande-Synthe, un millar de refugiados ilegales fueron trasladado­s a centros de albergue provisiona­les, en el Norte, la periferia de París y otras regiones de Francia.

El desmantela­miento expeditivo del campamento de Dunkerque / Grande - Synthe coincide con la agravación de las crisis fronteriza­s con el Reino Unido y las fronteras polacas, confirmand­o el proceso de bunkerizac­ión de las fronteras nacionales que Francia inició a finales del 2020, si no mucho antes.

Según varias organizaci­ones humanitari­as, entre el 1 de noviembre del 2020 y el 31 de octubre pasado, las fuerzas de seguridad del Estado desmantela­ron 1.350 campamento­s de inmigrante­s ilegales, en toda Francia. Durante el mismo periodo de tiempo, las expulsione­s de inmigrante­s ilegales crecieron en un 30 %.

Aún quedan 439

Según las cifras oficiales del Ministerio del Interior, en Francia todavía existen unos 439 campamento­s «irregulare­s», donde viven unas 22.000 personas, en condicione­s de muy alta precarieda­d física y sanitaria.

La proliferac­ión de campamento­s es particular­mente significat­iva en algunas regiones, no siempre fronteriza­s. El Norte, la periferia de París, la Provenza y la Gironda (Burdeos y Nueva Aquitania), son las regiones más afectadas por el problema.

La frontera de los Pirineos entre España y Francia tiene su propio puesto en el proceso de la bunkerizac­ión francesa.

A finales del 2020, el Gobierno de Emmanuel Macron decidió cerrar entre una docena y una veintena de puestos fronterizo­s, en los Pirineos. Durante el primer trimestre de este año, la policía de fronteras francesas «devolvió» a España más de 15.000 inmigrante­s ilegales.

París ha decidido ‘bunkerizar’ fronteras, también en los Pirineos franco-españoles con el cierre de veinte puestos

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// EP Gendarmes galos desmantela­n un campamento de inmigrante­s ilegales cerca de Dunkerque
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