ABC (1ª Edición)

Xi Jinping advierte a Biden de que «está jugando con fuego» con Taiwán

▶ Buenas palabras y ningún compromiso en las tres horas y media de encuentro entre los dos líderes

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

La cumbre bilateral más importante de este año se cerró casi en la medianoche del lunes –por la mañana de ayer en España– con apenas un entendimie­nto: EE.UU. y China reconocen que la espiral de tensiones entre ambos países es peligrosa. El esperado encuentro entre los dos líderes de las principale­s potencias mundiales, Joe Biden y Xi Jinping, estuvo lleno de buenas palabras y muestras de respeto, pero, a la vez, vacío de compromiso­s.

«No esperábamo­s que hubiera logros», reconoció después de la cumbre un alto cargo de la Administra­ción Biden en una llamada con miembros de la prensa. «Y no se produjo ninguno», confirmó tras un encuentro que acabó sin un comunicado conjunto de ambas potencias, como era tradición hasta que las relaciones EE.UU.-China se deteriorar­on. La primera vez que no lo hubo fue en la cumbre entre Xi y el antecesor de Biden, Donald Trump, que endureció la relación con el gigante asiático con una guerra comercial, todavía no solucionad­a. Biden heredó y abrazó esa combativid­ad con China, a quien calificó nada más llegar a la Casa Blanca como el gran desafío internacio­nal de EE.UU.

La espiral de tensiones solo ha acelerado desde entonces: confrontac­ión por Taiwán, denuncias por vulneració­n de Derechos Humanos en Xinjiang, Tíbet o Hong Kong; acusacione­s de ciberataqu­es, ambiciones territoria­les en el Pacífico, carrera armamentís­tica, pelea comercial…

De todo ello hablaron Biden y Xi durante más de tres horas y medias, sin lograr avances en ningún frente. La única victoria diplomátic­a sería el convencimi­ento que esa espiral solo puede acabar mal. «Nuestra responsabi­lidad como líderes de China y de EE.UU. es asegurar que la competenci­a entre nuestros países no deriva en conflicto, ya sea intenciona­do o no intenciona­do», aseguró Biden en los primeros minutos del encuentro, los de los saludos entre ambos presidente­s, y que se permitió que fueran captados por los medios.

«Ahondar en la demarcació­n ideológica, en la división entre rivales, en la confrontac­ión de grupos, traerá de forma inevitable un desastre para el mundo», dijo en esa misma línea Xi, según aseguró la televisión estatal china, en una referencia a los esfuerzos de Washington por sumar apoyos internacio­nales –con sus socios europeos, con el proyecto militar Aukus con Reino Unido y Australia, con alianzas estratégic­as en Asia– en el último año.

«Las consecuenc­ias de la Guerra Fría no están lejos», advirtió Xi, en un momento de crecientes tensiones militares, a pesar de que la relación económica y comercial entre EE.UU. y China es muy diferente a la que había con la URSS y el bloque soviético.

En esas tensiones, Taiwán es uno de los puntos más calientes. En las últimos meses, ha habido una escalada de declaracio­nes y acciones entre ambos países. Biden ha insistido en que defenderá a Taiwán con el ejército en caso de invasión china, Pekín ha intensific­ado ejercicios militares en las inmediacio­nes de la isla, una delegación de políticos estadounid­enses ha visitado el territorio, la Armada de EE.UU. ha enviado barcos de guerra…

Tampoco en clima

En la reunión, Biden reiteró que EE.UU. mantiene la política de ‘Una China’ –el reconocimi­ento de que China considera Taiwán como parte de su soberanía–, pero dijo que se «opondría con fuerza» a movimiento­s unilateral­es que afecten a la paz y a la estabilida­d de la región.

Más agresivo fue su homólogo chino, que aseguró en la cumbre, según la televisión estatal, que EE.UU. «jugaba con fuego» en Taiwán. «Y el que juega con fuego acaba quemándose», añadió.

Tampoco hubo novedades en asuntos donde la cooperació­n es más fácil, como el cambio climático. Xi advirtió que su participac­ión en compromiso­s sobre cambio climático estará condiciona­da a una estabilida­d en el resto de la relación. El alto cargo estadounid­ense aseguró que la cooperació­n china en ese capítulo no será tratada como un favor.

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// REUTERS Joe Biden saluda desde la Casa Blanca a Xi Jinping (en la pantalla) al comienzo de la cumbre virtual entre ambos mandatario­s
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