«Los niños deben estar tres horas al día al aire libre, pero apenas llegan a una»
► Katia Hueso es bióloga, profesora y autora de libros como «Jugar al Aire Libre»
«Si hubiera una palabra para definir la relación entre infancia y naturaleza, esa sería ‘injusticia’», denuncia Katia Hueso, bióloga, consultora y docente universitaria en materia de medio ambiente, espacios naturales y sostenibilidad. Hueso es también autora de libros como «Educar en la Naturaleza» y «Jugar al aire libre», además de precursora de las escuelas de infantil al aire libre.
–Dice usted que los niños en España tienen déficit de naturaleza.
–Todos en general todos tenemos déficit de naturaleza. Estamos muy poco tiempo al aire libre, cuando los beneficios físicos, mentales, emocionales y cognitivos en el caso de los más pequeños son más que evidentes. La organización Nature Kids viene a advertir deberíamos estar al aire libre 1.000 horas al año, que se resumen en 3 horas al día, pero no nos sale ni una al día. A los niños apenas les da el aire cuando se bajan del coche al llegar al colegio.
–También fue precursora en España de las escuelas de infantil al aire libre en la etapa de 3 a 6 años. ¿Cómo aprenden los niños en este tipo de aulas en el exterior?
–A través del juego libre, que es el gran precursor del aprendizaje, porque la motivación es máxima. Su aula es el bosque, el monte, y dado que están en la etapa de infantil, el currículum es jugar. Al aire libre, pero por supuesto con todas las medidas de seguridad y el acompañamiento necesario para que eso se desarrolle con tranquilidad. Todas las experiencias que se viven ahí fuera (con los cambios meteorológicos, la geografía del lugar), se convierten en aprendizajes, incluso de operaciones numéricas y lectoescritura. Escribir con palitos nuestro nombre es alfabetización, contar piedras para ver si tengo más que el vecino son matemáticas, hacer un trasvase de agua de un charco a otro es física. Se aprende muchísimo. De otra manera, aparentemente menos organizada, pero más organizada desde la propia motivación del niño. De todas formas me gustaría matizar que esta etapa no es obligatoria,
–¿Por qué este modelo no acaba de calar aquí en nuestro país donde, paradójicamente, hace mejor tiempo que en los países del Norte, donde este sistema es tan popular? –Es curioso, sí. Podríamos decir que donde debería nacer un movimiento de este tipo debería ser aquí, en el Mediterráneo, que tenemos sol y buenas temperaturas, prácticamente todo el año, ¿no? Y sin embargo, le tenemos miedo al exterior. Es muy curioso. En el exterior hay otras maneras de aproximarnos a la naturaleza, de relacionarnos con ella.