Amón: «Si la tauromaquia no es cultura, peor para la cultura»
► Sevilla agita el debate ‘Toros sí, toros no’ en unas jornadas capitaneadas por Pérez-Reverte y Vigorra que contaron con el broche de Rafael de Paula
La Fundación Cajasol abrió ayer su capote, presta a lidiar tanto con las cornadas como con las embestidas más rebosantes. Bajo el título ‘Toros sí, toros no: ¿cultura, tradición o barbarie?’, el antiguo edificio de la Real Audiencia de Sevilla acogió la apertura de unas jornadas que pretenden debatir sobre la legitimidad moral de la tauromaquia, enmarcadas dentro de la quinta edición del ciclo ‘Letras en Sevilla’ y con Arturo Pérez-Reverte y Jesús Vigorra como directores de lidia. Rubén Amón abrió el cartel como primer gran espada de la mañana. Su alegato distó del clásico panegírico taurino, aportando una visión metafísica: «El contexto en que se encuadra este debate demuestra que los toros son cultura porque si no estaríamos en un matadero, y el espacio que nos rodea y la liturgia que nos acompaña confirman la percepción de los toros como cultura. Y si los toros no son cultura, peor para la cultura». Así comenzó el articulista su intervención.
Versando en todo momento sobre los pensamientos que ha recogido en su último libro, ‘El fin de la Fiesta’, ahondó en ese razonamiento cultural: «Cada vez me gusta más que los toros no sean cultura. Me gusta desenfocarlos de la trivialidad con que la cultura ha dejado de ser cultura, en la medida en que todo es cultura. Es cultura la receta de unas empanadillas, es cultura un baile popular, es cultura el estribillo de una canción de reguetón».
Tras hablar del toreo como «una expresión plástica, creativa y estética descomunal, cuya legitimidad y moralidad provienen precisamente del contacto con la muerte», sentenció: «La tauromaquia es eucaristía, muerte y vida». Y añadió: «No voy a permitir que se me vincule ni con la crueldad ni con el sadismo. No voy a los toros a gozar con la agonía de un animal». También aportó una serie de datos para tumbar el alegato del ‘lobby’ animalista: «En España se matan 52 millones de cerdos al año en los mataderos y 2,6 millones de bovinos. En las plazas se lidian 2.000 toros. ¿Cuál es el problema entonces? ¿Que lo vemos? ¿Por qué nos escandaliza que el arte de la tauromaquia haya llevado a la sofisticación la faena rutinaria de un matadero?», reflexionó.
Posteriormente continuó la jorna