Ángeles Carmona, la actriz en paro que da vida a Don Quijote
▶ Con su figura enjuta y su atuendo estrafalario, es la esencia del famoso hidalgo por las calles de Toledo. «Vivo de lo que entra en el cazo»
La primera impresión es que está loca, como Don Quijote de la Mancha, caballero andante que de tanto leer novelas de caballería perdió el juicio y salió de casa a «desfacer entuertos». Ángeles Carmona, actriz callejera, 60 años, y con un currículum imponente, de loca no tiene un pelo, o tiene todos los de su cabellera blanca por la literatura, la escena y las artes. Entre el bullicio reactivado por el seudofin de la pandemia se la puede encontrar en diversos puntos del Casco Histórico de Toledo, desde el Arco de la Sangre al Alcaná pegado a la catedral primada, escenario donde Miguel de Cervantes situó el origen de su novela universal al rescate de unos pergaminos escritos por un tal Cide Hamete Benengeli.
Mujer u hombre, qué más da: Carmona es la esencia del protagonista más conocido y quizá menos leído de la historia de la literatura. A lo lejos, su figura enjuta coronada por un embudo de latón tiene aires futuristas, y sobre el viejo empedrado milenario de las calles de Toledo trota, reta, recita, se retuerce, lucha y sufre como Don Quijote, mientras los vecinos y turistas miran asombrados; otros alucinados, y hasta hay quien aligera el paso al encuentro de semejante personaje.
Carmona ha llevado al pobre Alonso Quijano a la cola del paro, como reza el cartel que coloca junto a ella mientras desarrolla su espectáculo. Durante hora y media relata un extracto de los primeros 25 capítulos del ‘Quijote’ en castellano, inglés, francés y euskera, por aquello de que nació en San Sebastián aunque lleve 22 años en Toledo. El trabajo le da para comer, pero ella no pide mucho más porque su mundo es la imaginación y no la tierra firme, la que sí pisaba junto a su señor el escudero Sancho Panza, que no aparece por ningún lado. Antes de la pandemia, una compañía de teatro australiana la invitó a comer tras admirar su actuación y, cuando el coronavirus encerró en casa a la gente, le enviaron 1.500 euros «porque, querida amiga, estamos preocupadísimos por ti, de qué vas a vivir». «Lo mío es la difusión del conocimiento. Tengo gran facilidad para transformar a los autores del Siglo de Oro en algo fácil y atrayente», explica emocionada. «Me vi en la calle y no tenía de dónde comer, como las tortugas de ‘I Ching’, que viven del aire», añade este Quijote con coraza y escudo de cartón de huevos, que por bacía tiene un embudo de latón y cuatro cañas del río Tajo por lanza, además de un micrófono para evitar la afonía. «Llevo cuatro años con un éxito total, vivo de lo que entra en el cazo. Y estoy aquí todos los días». Está ilusionada porque su adaptación literaria va a tomar forma de libro con el título de ‘Don Quijote Express’, en Celya Editorial. «La gente no se lee el libro entero, pero sí 50 páginas», añade, aunque realmente con lo que ella sueña es con ir por los colegios contando a los niños las obras más destacadas de la literatura española. Siempre que el famoso hidalgo salga de las listas del paro y no tenga que emigrar a Australia.
Difusora cultural La actriz se muestra ilusionada porque Celya Editorial va a publicar ‘Don Quijote Express’, su adaptación abreviada de la célebre obra de Cervantes