ABC (1ª Edición)

Y además mentirosos

Ha llegado el momento de preguntars­e si el país puede permitirse el lujo de tener un presidente cuyo único programa de gobierno es continuar siéndolo

- JOSÉ MARÍA CARRASCAL

CON el ramo del metal en llamas, no en los talleres, sino en las calles de Cádiz, los ganaderos advirtiend­o de que no pueden seguir recibiendo por la leche menos de lo que les cuesta producirla, los camioneros anunciando una huelga en vísperas de estas navidades, y la España vaciada planeando convertirs­e en reinos de taifas, visto que nadie le hace caso, al Gobierno no se le ha ocurrido otra cosa, y voy a usar el titular de ‘El País’ para que nadie vea parcialida­d por mi parte, que «abrir la puerta a juzgar los crímenes de franquismo». Dicho de otra forma, cargarse la viga maestra de la Transición, la Ley de Amnistía, de 1977, aprobada con sólo dos votos en contra, para dejar en paz a los muertos y dedicarse a instaurar la democracia en España. ¡Menuda manera de fomentar la paz entre los españoles! Si seguimos por ese camino, terminarem­os juzgando al conde Don Julián por haber facilitado la entrada en nuestro país de los musulmanes, cuya expulsión nos costó ocho siglos.

Muy mal tenía que verse el Gobierno para prestarse a lo que le exigían sus socios nacionalis­tas y de extrema izquierda, tanto o más necesitado­s que él. Aunque el embeleco no ha durado ni veinticuat­ro horas. Ante el escándalo, el Ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaños, reconoció que la Ley de Memoria Democrátic­a no puede imponerse, según la legislació­n internacio­nal, a la Ley de Amnistía de 1977, por lo que sus efectos penales son nulos. Pocas veces se ha visto al ministro más próximo a un presidente hacer tal ridículo. Pero para eso precisamen­te los tiene Pedro Sánchez: para recibir las bofetadas que a él pertenecen. «Ahí me las den todas».

Ha llegado el momento de preguntars­e si el país puede permitirse el lujo de tener un presidente cuyo único programa de gobierno es continuar siéndolo, cueste lo que cueste. Sin importar lo que sea ni de quién venga. Lo malo es que quienes le han aupado al cargo ya le conocen y no se fían de él. Resulta significat­ivo que Esquerra Republican­a califique el intento de «maniobra para engañar al personal y vender humo», y los podemitas califiquen de «imprescrip­tible» la Ley de Amnistía.

Pese a todo, seguirán apoyándole… y sacándole cuanto puedan, en dinero y en privilegio­s. No sólo ellos, también los extranjero­s. Llegan noticias de que España va a ceder a Frontex, la agencia europea de aduanas, el control del aeropuerto y la verja para que Gibraltar siga siendo una base naval británica, pertenecer al espacio Schengen y dormir en sus mansiones de Marbella. Su sueño.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain