De par en par
A ver si se acaba ya eso de los derechos humanos
GABRIEL Rufián es como la señorita Brodie de Muriel Spark disfrazado de iraní. En ‘La plenitud de la señorita Brodie’, la protagonista de la novela dice a sus alumnas: «Quienquiera que haya abierto la ventana la ha abierto demasiado. Quince centímetros son perfectamente adecuados. Más es vulgar». A Rufián lo que le parece es que el PSOE y UP pretenden abrir poco la ventana para juzgar los crímenes del franquismo. Los socios del Gobierno aspiran a sortear la Ley de Amnistía del 77 con una enmienda a la Ley de Memoria Democrática en lugar de anularla, como quiere ERC. Ahora pretenden que los jueces sean historiadores y expertos en derecho internacional. Habrá que ver el efecto de esta tropelía jurídica que va contra los principios generales del Derecho, contra el principio de legalidad. ¡La irretroactividad! Pero el roto que le están haciendo a España Sánchez y los que lo apoyan es indiscutible. Que sí, que Sánchez también engaña a sus socios con caramelos, pero, aunque sea poco lo que se hace, quedará. Mira la educación, hecha unos zorros. No sólo puedes pasar con suspensos, puedes graduarte. Cómo no se nos había ocurrido antes que dejar por los suelos la enseñanza y el esfuerzo era lo mejor para defender la educación pública.
Dice la ministra Belarra que un Gobierno del PP y Vox sería un drama absoluto para los derechos sociales y los derechos humanos. También que esa enmienda a la Ley de Memoria Democrática es «un acuerdo histórico». «Por primera vez un paso adelante para acabar con la impunidad de los crímenes franquistas. Ningún juez podrá ampararse en la ley de amnistía para no investigar crímenes de lesa humanidad». Tiene tanta enjundia esta chica ministra como aquel que, en el programa de Nieves Herrero, cuando lo de Alcácer, dijo que les hicieran a los asesinos lo mismo y que se acabara eso de los derechos humanos. El criterio jurídico de Belarra y Montero es Juana Rivas sí, pero Martín Villa, no. Las puertas de la desfachatez abiertas de par en par.
Campo tenía razón con lo de la crisis constituyente. O ‘desconstituyente’.