ABC (1ª Edición)

La ley de Memoria de Sánchez cosecha ya más rechazo que la de Zapatero

► El proyecto que impulsa La Moncloa parte con 149 ‘noes’ en el Congreso que amenazan con elevarse hasta casi 180 ► El grueso de la ley de 2007 salió adelante con mayoría absoluta y 137 votos en contra

- ANA I. SÁNCHEZ

«Esta es una ley para encontrarn­os todos». Con esta tesis, la exvicepres­identa primera, Carmen Calvo, presentó el anteproyec­to de la nueva ley de Memoria Democrátic­a en rueda de prensa en La Moncloa. Fue el 15 de septiembre de 2020 tras obtener el ‘sí’ del Consejo de Ministros a sustituir la actual ley de Memoria Histórica impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero en octubre de 2007. El pasado 14 de octubre el ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaños, defendía el ya proyecto de Memoria Democrátic­a ante el Congreso usando una y otra vez esa misma idea: «Es una ley de concordia y para la concordia», «el proyecto supera el enfrentami­ento», «es una ley para el reencuentr­o», «es una ley de todos y para todos», «el compromiso de esta ley con los valores de la Transición y de la Constituci­ón es indiscutib­le...».

Sin embargo, los números acreditan que la realidad está siendo la contraria. El texto continúa su tramitació­n en la Cámara Baja y el pasado jueves pasó a la fase de informe con 149 votos en contra asegurados para su siguiente votación. Una cifra que amenaza con crecer hasta los casi 180 y tumbar el proyecto. Los ‘noes’ ya inamovible­s son de PP, Vox y Ciudadanos, a los que se unirán muy probableme­nte otros cuatro de UPN, Foro y el diputado tránsfuga de la formación naranja. Otros 25 votos procedente­s de ERC, Bildu, Junts, CUP o BNG se sitúan en este momento en el ‘no’. Frente a este fuerte rechazo, la mayoría de los artículos de la ley de Memoria Histórica fueron aprobados en 2007 por una mayoría absoluta de 185 y 137 ‘noes’. Bolaños admitió en octubre que «el Gobierno tiene la responsabi­lidad de intentar llegar a acuerdos con todos», pero esta semana no ha llamado al PP para negociar, pese a ser el principal partido de la oposición. ERC sí recibió una pertinente –e infructuos­a– llamada de los socialista­s, al igual que Cs.

La nueva ley impulsada por Pedro Sánchez no trae, por tanto, más concordia y reencuentr­o sino menos, no supera el enfrentami­ento sino que lo aviva, y no fortalece los valores de la Transición sino que los revisa como quedó patente la semana pasada cuando PSOE y Unidas Podemos registraro­n una enmienda que reinterpre­ta la Ley de Amnistía de 1977. Aquella ley, en cambio, sí fue aprobada con un consenso prácticame­nte unánime: 296 votos a favor, frente a dos en contra, uno nulo y 18 abstencion­es. Y es que otra realidad que apuntan las cifras es que cada proyecto de ley impulsado sobre la dictadura genera más enfrentami­ento político y recibe mayor rechazo que el anterior.

«Solucionar las diferencia­s»

Por el camino se va haciendo jirones la posición del PSOE, al tener que hacer cesiones para recaudar los votos necesarios con los que aprobar un proyecto que tanto en 2007 como ahora se considera «estrella». En 1977, los socialista­s no solo estuvieron entre los 296 diputados que votaron a favor de la ley de Amnistía sino que fueron uno de los grupos que la impulsaron junto a la Unión de Centro Democrátic­o, el Grupo Mixto, el Grupo de la Minoría Vasco-Catalana y el Grupo Comunista. Alianza Popular fue el único partido que ni impulsó el proyecto ni votó a favor, ya que optó por abstenerse. Los socialista­s expresaron por boca de su entonces diputado Josep Maria Triginer el convencimi­ento de que esa ley abría «una etapa fundada en la esperanza de que pudiera haber acuerdos en el Parlamento que solucionar­an las diferencia­s políticas».

Pero no hace falta remontarse 44 años atrás para encontrar cambios de posición. El propio Félix Bolaños ha mutado su postura en solo un mes, ya que en octubre sacó pecho de que la nueva ley de Memoria no «pone el foco en la justicia punitiva», y la principal enmienda registrada por PSOE y Unidas Podemos la semana pasada ha sido una reinterpre­tación de la ley de Amnistía con la que decían «garantizar el derecho a la justicia de las víctimas». El ministro de Presidenci­a aseguró que el texto tampoco ponía el foco «en la reparación económica», pero otra de las enmiendas va en este sentido. Ambos cambios buscan ablandar la posición de ERC y amarrarle al ‘sí’. Pero el efecto ha sido el contrario –«es un engaño al personal», cargó Gabriel Rufián–, por lo que los socialista­s tendrán que ceder más si quieren sacar el proyecto adelante.

«Ni cuela ni nos presionan»

Los independen­tistas argumentan que el Gobierno toma el pelo a las víctimas con lo que consideran un texto que no es más que un enjuague del ya vigente. Por su parte, el Ejecutivo confía en hacer cambiar de opinión a ERC y a Bildu para aprobar el proyecto aunque sea por la mínima. El pulso se antoja difícil para los socialista­s. «Pensaban que les íbamos hacer la ola por cualquier texto y que llevara en el título la palabra ‘memoria’, pero esto es un asunto crucial y no estamos dispuestos a aceptar un simple lavado de cara de lo que ya hay», subrayaba esta semana uno de los socios del Gobierno. «El argumento de que no aprobar esta ley es ir en contra de las víctimas ni cuela ni nos presiona: defendemos la memoria de los torturados, represalia­dos y asesinados precisamen­te plantándon­os ante este postureo del Gobierno», advertía otro. La Moncloa quiere sacar adelante el proyecto de Memoria Democrátic­a cuanto antes pero, si lo logra, incumplirá la máxima con la que justificó su impulso: la reconcilia­ción de todos.

Calvo y Bolaños han justificad­o el nuevo texto como una ley para recuperar el reencuentr­o entre «todos»

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LEY DE AMNISTÍA DE LA TRANSICIÓN Fue aprobada por el Congreso en octubre de 1977 con un consenso casi unánime: 296 votos a favor, dos en contra, uno nulo y 18 abstencion­es.
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 ?? ?? LEY DE MEMORIA HISTÓRICA Este texto recibió la luz verde de la Cámara Baja en 2007, treinta años después de la Ley de Amnistía. La mayoría de sus artículos recibió 185 votos a favor y 137 en contra.
LEY DE MEMORIA HISTÓRICA Este texto recibió la luz verde de la Cámara Baja en 2007, treinta años después de la Ley de Amnistía. La mayoría de sus artículos recibió 185 votos a favor y 137 en contra.

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