La izquierda radical agita el paro del metal tras siete días de caos
▶ Llaman «sinvergüenzas» a los representantes de IU y Podemos cuando hablan en el acto de apoyo en Sevilla
Entre 250 y 300 personas se reunieron ayer delante del Palacio de San Telmo en un acto de solidaridad con los trabajadores del metal de la provincia de Cádiz, en huelga indefinida desde hace una semana. Lo que quiso ser un intento de unidad de toda la izquierda en torno a la ‘lucha obrera de los compañeros del metal’ se quedó en agua de borrajas. Era casi imposible que en una concentración donde estaban hasta seis banderas con hoces y martillos diferentes, alguna no cortara o martilleara en la dirección correcta, por mucha disciplina comunista que el convenio colectivo de los compañeros de Cádiz demandase. A saber, el Partido Comunista de España (PCE); el Partido Comunista de los Trabajadores de España (PCTE); el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE); el Partido Comunista Obrero Español (PCOE); Voz Obrera y la Corriente Marxista Internacional (CMI).
Y es que todo iba bien, en el turno de palabra de los representantes de los sindicatos y partidos políticos allí presentes, hasta que les tocó el turno al PCE, o sea, Izquierda Unida, que forma parte del Gobierno de Pedro Sánchez. Entonces las cañas del «momento histórico que estamos viviendo con la huelga de Cádiz», palabras de Curro Cubero, de Adelante Andalucía, se volvieron lanzas.
Fuerte tensión
«Fuera vende obreros de nuestros barrios», «sinvergüenzas», «gobierno dimisión», «menos policías, más factorías», fueron los gritos que no dejaron hablar al camarada del partido centenario que se defendió como pudo: «Estamos en el Gobierno, pero no en el poder», lo que increpó aún más los ánimos. Mismo escenario cuando habló el representante de Podemos.
Los anarquistas de la CNT y la CGT, junto a otras plataformas vecinales — allí estaban hasta los ecologistas de «Fridays for future»—, no lograron crear ese buscado ambiente de unidad y de transmitir la idea de que la huelga del metal en Cádiz «trasciende la provincia y se debe extender al resto de Andalucía», como apuntaron varios representantes sindicales. Óscar Reina, del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), llegó a decir que «lo raro es que no arda Andalucía entera». Una hora más tarde de cuando empezó, a las siete de la tarde, se disolvió sin causar ningún incidente.
También ayer, miles de personas — 4.000 según CC.OO y UGT— se manifestaron por la tarde en Algeciras para exigir una subida equivalente al IPC en el nuevo convenio colectivo, informa Soraya Fernández. La manifestación comenzó con un emotivo minuto de silencio por el trabajador del puerto de Algeciras fallecido en un accidente de tráfico al chocar la motocicleta que conducía contra un camión.
Mientras todo esto ocurría, no muy lejos de la sede del Gobierno andaluz, en el Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL), el órgano de mediación laboral de la administración autonómica, se estaba celebrando una nueva reunión entre la patronal y los sindicatos. La tercera, fuera del ‘ruido’ de Cádiz, para intentar poner fin a la huelga indefinida. A la hora del cierre de esta edición continuaba el encuentro. Tanto en las negociaciones del pasado miércoles y jueves hubo pocos avances, siendo el principal escollo la inflación prevista de este año que puede disparar considerablemente el IPC por encima del 4%.
El secretario general de FICA-UGT en Cádiz, Antonio Montoro, aseguró que los sindicatos «siempre van con la ilusión de cerrar un acuerdo, y eso es lo que se va a mantener: el optimismo para cerrarlo de una vez». «Queremos trabajar, no queremos huelga», indicó. En declaraciones a la agencia Ep, Montoro aseguró que «es imposible rebajar más las pretensiones» porque «se le está dando la posibilidad, al empresario, de la financiación del IPC».
En cualquier caso, el secretario general de FICA advirtió de que «ya hay una cosa positiva y es que la patronal habla de IPC, no en las condiciones que los sindicatos piden, pero ya habla de IPC». En este sentido, el secretario general de FICA ha reconocido que la huelga se está observando «con lupa» desde fuera de la provincia.
La subida del IPC, principal escollo de la negociación entre patronal y sindicatos para firmar el convenio colectivo