El dilema médico con los no vacunados: más gasto frente al deber de socorro
El virólogo Luis Enjuanes agita el debate al proponer que quien no se proteja asuma el coste público que acarrea
Los aproximadamente cuatro millones de personas que siguen sin vacunar en España se han convertido ahora en el centro de un nuevo debate. El virólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Luis Enjuanes, que trabaja en el desarrollo de una vacuna contra el Covid-19, abrió la veda el pasado fin de semana al afirmar en declaraciones a RNE que la sanidad pública no debería cubrir los gastos generados por quienes hayan decidido no recibir los pinchazos. «Si usted no se vacuna, no puede ir a centros públicos y la Seguridad Social española no debería hacerse cargo de su tratamiento si el virus le ocasiona problemas de salud», espoleó.
Pero a día de hoy, negar el tratamiento a cualquier paciente que haya optado por no vacunarse contra el virus no es legal en nuestro país. Así lo asegura Fernando Abellán, abogado y director de Derecho Sanitario Asesores, que remarca que no hay posibilidad de desatender a ninguna persona con motivo de sus ideales, convicciones o decisiones. «La atención tiene que ser siempre obligada. Y tampoco hay margen para imponer una obligación económica», sentencia. «Esa propuesta no tiene encaje en nuestra normativa sanitaria».
Un paciente de coronavirus ingresado, explica Joan Caylà, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), supone de media 300 euros diarios de gasto en sanidad. Si es derivado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), el coste se incrementa a mil euros al día. «Lo relevante es que todos seamos conscientes del coste económico que acarrea. De ahí la importancia de que todos procuremos evitar la infección mediante la vacuna y siguiendo las recomendaciones que conocemos».
En cualquier caso, remarca el doctor Caylà, la atención sanitaria «es una máxima» para todos los profesionales. No es la primera vez, además, que surge este debate, aunque nunca ha llegado a materializarse. «Nunca se ha cobrado a personas con alcoholismo con problemas de trasplante hepático ni a fumadores que hayan tenido cáncer, por ejemplo», afirma. En esta línea se posiciona también Julián Ezquerra, secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), que recuerda que España cuenta con un sistema sanitario de cobertura universal en el que hay que atender a todo el mundo independientemente de sus condiciones: «Hay malos hábitos como fumar, beber, conducir sin cinturón de seguridad o no vacunarse. Y eso no significa que haya que dejar de atender a las personas que lo hacen».
Insolidaridad
«Éticamente no cabe, y deontológicamente tampoco», puntualiza el doctor Ezquerra. La única forma de dejar de atender a los no vacunados, dice, sería si en algún momento puntual la administración lo considera y plantea una ley por la que se obligue a no tratar a los pacientes que hayan decidido no recibir la inyección contra el virus. «Pero tengo mis dudas sobre si no se incurriría en la omisión del deber de socorro. En este momento en un país occidental no tiene cabida», dice. «No hay mecanismos legales para desatender desde el punto de vista sanitario», completa Abellán, que además afirma que en caso de generarse una nueva norma que así lo estipulase debería ser un tribunal quien la valorara «porque chocaría con una discriminación».
«En ningún caso se puede negar la atención», asegura Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial. Vacunarse contra el coronavirus o no hacerlo, apunta, es un derecho individual y a día de hoy no existe la obligación de inmunizarse. «Estamos viendo que los ingresos son mayoritariamente de personas no vacunadas que además transmiten el virus no atenuado a población particularmente susceptible. De momento lo que hay es un ejercicio de insolidaridad absoluta», dice, y aboga por que los médicos utilicen sus conocimientos para perseverar y ser convincentes con la población sobre los beneficios de recibir el fármaco contra el coronavirus. «Tenemos que tomar una senda de acción coherente y hacer un ejercicio de convencimiento a esa parte de la población que no se ha vacunado, que en España es ínfima», concluye.
Luis Enjuanes Virólogo del CSIC
«Si usted no se vacuna, la Seguridad Social no debería hacerse cargo de su tratamiento»