«Una comisión debería velar por las colecciones de los museos nacionales»
Luzón afirma que dispersar el MAN sería como «derribar un edificio histórico»
Entre 1988 y 1996, José María Luzón estuvo al frente del Museo Arqueológico Nacional, la dirección general de Bellas Artes y el Museo Nacional del Prado. «He estado en todos los frentes y los he vivido todos», dice a sus 80 años este doctor en Arqueología. Y desde su privilegiada posición tiene claro, tras la polémica desatada por el temor a la dispersión de las colecciones de los museos nacionales, que un museo como el Arqueológico «es una pieza histórica que no hay que disolver si queremos mantener la historia».
Un museo con 150 años de historia es y debe seguir siendo un símbolo, afirma Luzón: «Yo soy partidario de dejarlo como está, con todas sus piezas». Atender a las peticiones de las administraciones locales, que han llegado a plantear el traslado de obras como la ‘Dama de Elche’ o el ‘Guernica’, en este caso propiedad del Reina Sofía, con la buena disposición inicial del ministro Miquel Iceta, sería como «derribar un edificio histórico». Conservar la historia supone también proteger un museo que se ha configurado como «símbolo de la nación».
Presiones
El riesgo de desintegración, no obstante, sigue ahí, y la tendencia es que en el futuro se agudice. «La lista de peticiones en España es interminable. Se reciben cartas de municipios, de asociaciones culturales... No es una cosa de este ministro, ni de un partido político. Cuando una comunidad autónoma pide una pieza, lo hacen políticos de derechas y de izquierdas, lo piden los periodistas en la prensa local... Están remando en la dirección de un nuevo Estado federal, o de las autonomías, que se están consolidando cada vez más y quieren tener sus símbolos».
Ya en los años 90, cuando junto al ministro Solé Tura debía atender a las peticiones de las regiones, en aquella naciente España de las autonomías, se dio cuenta de que esas presiones que tenía como director general de Bellas Artes terminarían explotando 25 o 30 años después. «En el ministerio había un cierto desconcierto porque gestionábamos símbolos nacionales, pero teníamos que hacerlo compatible con el desarrollo de un nuevo modelo de país. Hemos tirado por la borda la identidad de nuestros monumentos nacionales».
La solución, según Luzón, no pasa tanto por atender exclusivamente a los informes técnicos sobre las piezas en disputa: «Yo soy menos idealista, no me los creo. Sobre la ‘Dama de Elche’ se ha dicho que no se puede trasladar porque la piedra es muy delicada, pero hay otros informes que dicen lo contrario». Lo que el experto en patrimonio propone es la creación de una comisión de carácter nacional, libre de presiones, en la que estén representadas todas las sensibilidades culturales, incluyendo las autonómicas.
«Tendría que ser igual que un Tribunal Supremo, una comisión de sabios independiente que pueda poner, sin presiones, orden y sensatez en algunas cosas muy puntuales, como los traslados de piezas. El problema es que ahí podría haber presiones de toda índole, que al final se convertiría en una jaula de grillos política», explica Luzón. Él mismo reconoce que es una idea utópica. La realidad es que el Arqueológico «es un museo en el que no entra una sola pieza del tipo de las que entraban antes». Luzón sentencia que «se pueden hacer proyectos para otros sitios, pero dispersar un museo nacional sería desvestir un santo para hacer otro, entrar en un baile de piezas». Este debate, cree, no se produce en otros países del entorno: «En Italia no detecto este tipo de cosas. Nosotros tenemos las comunidades autónomas. Es un tema que se ha trabajado en los últimos años desde muchos frentes –políticos, culturales, económicos...– y hay un modelo de Estado diferente en proceso».