Benfica, la prueba de fuego para Xavi
El Barça, obligado a ganar a los lusos para entrar en octavos de Champions
«Visualizo una victoria, para eso preparo al equipo. Estamos en una posición positiva. Tenemos una oportunidad. Si no ganamos, ya pensaremos en otro escenario, pero para qué vamos a pensar ahora en ello», aseguraba ayer Xavi antes del entrenamiento. Optimista por naturaleza, el técnico del Barcelona no contempla otro escenario que un triunfo hoy (21.00 horas, Movistar Liga Campeones) ante el Benfica que les coloque matemáticamente en los octavos de final de la Champions. Obvia el preparador que cualquier otro resultado abocaría a su equipo a viajar a Múnich con la obligación de intentar una machada ante el Bayern e incluso a tener que esperar la ayuda del Dinamo de Kiev en la última jornada.
Es la primera final de Xavi Hernández en el banquillo. Ya salvó el debut con un polémico penalti, aunque dejó detalles positivos. Pero hoy no hay margen de error. El Benfica aterriza en el Camp Nou con la seguridad de que se enfrenta al peor Barça de los últimos años y no quiere desaprovechar la oportunidad. «Puedo decir que somos mejores que el Benfica, pero no estamos para sacar pecho y hay que demostrarlo. Hay que ir a por el partido, ser positivos, valientes e ir al ataque, pero sabiendo que el último partido ante el Benfica perdimos 3-0. Es nuestra realidad», avisó el entrenador, que insiste en su mensaje optimista: «Yo lo veo como una oportunidad. No siento una presión añadida. Es una oportunidad de oro para pasar a octavos de final. El fútbol siempre te da la revancha y ahora la tenemos nosotros tras perder allí 3-0».
Obligación económica
Si superar la fase de grupos es uno de los mínimos objetivos deportivos que tiene que cumplir el Barcelona, económicamente es una obligación con la que no agravar la paupérrima situación económica en la que subsiste instalado el club en los últimos tiempos. Con la disputa de los cuartos de final presupuestada en las cuentas, una temprana eliminación en la Liga de Campeones podría suponer unas pérdidas de 20 millones con los que ya se contaba.