Mi padre dio su vida por su país
Cuando ETA asesinó a mi padre el 21 de enero del año 2000 y durante muchos años después, era ‘más fácil’ ser víctima de ETA. Más fácil porque no cabía ninguna duda: ETA eran ‘los malos’ y nosotras, las víctimas, éramos eso: víctimas.
Ni el Partido Popular de Aznar, ni el PSOE de Joaquín Almunia ni Izquierda Unida tenían duda alguna. ETA, Herri Batasuna y todo su entorno abertzale eran el enemigo común a batir. Populares y socialistas eran igual de víctimas de la sinrazón terrorista. Ambos partidos tenían (y tienen) miembros asesinados por ETA. El enemigo común a batir. Y las víctimas de ETA, a los que proteger y honrar sin dudar.
Asisto, con una mezcla de sentimientos nada buenos, a las palabras del diputado socialista en el Congreso y exalcalde de la bellísima ciudad de San Sebastián, Odón Elorza, y no puedo menos que indignarme y decir ¡basta ya! Asisto como un ciudadano más, ojeando Twitter y soy testigo directo de esta ignominia. Pero no puedo sentirme como uno más. No puedo. Porque duele y agota. Llorar de rabia ya no es una opción. No sirve para mucho.
Se ponga como se ponga Odón Elorza es una realidad que el Gobierno de España, con PSOE, PSE-EE y Unidas Podemos de la mano, quieren borrar de la memoria colectiva la existencia de ETA y, por tanto, de sus víctimas: le pese a quien le pese. La tan traída y llevada Memoria Histórica está compuesta por una sarta de conveniencias hechas a la medida de este Gobierno de la ignominia que sólo busca contentar a sus socios de Unidas Podemos, EH Bildu y demás purrela nacionalista, para poder mantener la poltrona de Moncloa a toda costa. Sin importar a quién se lleven por delante. Mucho les importa Franco y el franquismo. Que sí, que ya se estudia en los libros de Historia. Historia de España que no hay que olvidar. Pero tampoco olvidar que, hace tan solo 12 años, ETA seguía asesinando. Eso también es historia.
No todo vale. No todo puede valer. La dignidad de un país también se mide por cómo trata a aquellos que dieron su vida por él. Y mi país no les está tratando nada bien. España no trata bien a sus héroes. «Su sacrificio, nuestra libertad».
ALMUDENA BLANCO MARTÍN
HIJA DE PEDRO BLANCO GARCÍA, TENIENTE CORONEL ASESINADO POR ETA