La tensión racial se dispara en EE.UU. tras unos veredictos contradictorios
➤ Un jurado condena a los tres homicidas de un chico negro, y un joven es exonerado tras matar a dos hombres
Un año después de que estallara la protesta racial tras la muerte de George Floyd, una serie de recientes veredictos han disparado la tensión en Estados Unidos, sin llegar, sin embargo, a los disturbios vividos cuando Donald Trump vivía en la Casa Blanca. Hubo insatisfacción en gran parte de la izquierda y los grupos activistas negros por la exoneración el 19 de noviembre de Kyle Rittenhouse, un joven que mató a dos personas en un acto de ‘vigilancia civil’ contra las protestas raciales del año pasado, que en muchos casos derivaron en disturbios y saqueos. Pero el miércoles otro jurado encontró culpables a los tres hombres blancos que mataron a un joven negro hace casi dos años en Georgia, poniendo así límites a los casos en que alguien puede tomarse la justicia por su mano.
Estos tres hombres de raza blanca fueron declarados culpables y condenados a largas penas de cárcel por el asesinato hace casi dos años de Ahmaud Arbery, un hombre negro desarmado que corría de noche en un barrio de la zona costera de Georgia. No hubo arrestos en semanas, hasta que un vídeo del homicidio se viralizó en redes sociales durante los días de protesta racial por el asesinato de otro hombre negro, George Floyd, a manos de un policía blanco en Mineápolis.
El de Arbery fue uno de los nombres que se gritó insistentemente en la protesta racial de los últimos meses de presidencia de Trump. Ahora, según sus familiares, y los abogados de estos, se ha hecho justicia en su caso, algo que, denuncian, no es común. El abogado Ben Crump, veterano activista que representa al padre de Arberry, dice que este caso «es un paso adelante, pero aún queda m mucho para llegar a la meta».
El policía que mató a Floyd hincándole la rodilla en el cuello, Dereck Chauvin, sí fue declarado culpable y condenado a 22 años. Pero no ha habido condenas ni imputaciones en el caso de otro de los nombres que se gritaba en aquella protesta racial, el de Breonna Taylor, una mujer negra que murió en Kentucky cuando tres agentes blancos de paisano intentaron entrar en su apartamento en una operación antidroga relacionada con su novio. Este último disparó primero, y los agentes respondieron y mataron a Breonna Taylor.
Los activistas en contra de los excesos policiales suelen denunciar que un desproporcionado número de personas de raza negra mueren a manos de agentes. Según datos recopilados por el Gobierno federal, hay unas mil muertes a manos de la Policía cada año. La mitad son personas de raza blanca, la mayoría. Pero al considerar los porcentajes de población, queda clara una desproporción.
Los tres condenados por la muerte de Ahmaud Arberry defendieron que efectuaban una «detención ciudadana» legal
Los negros son solo el 13% de la población, pero mueren 37 por millón en operaciones policiales, frente a los 15 por millón de raza blanca, el 60% de los habitantes de EE.UU.
Abrazos y llantos
El caso de Arberry había centrado la atención de los activistas, tras la exoneración de Rittenhouse. El miércoles, a las puertas de la corte, decenas de simpatizantes esperaron el veredicto durante unas deliberaciones que duraron diez horas. Cuando el jurado declaró a los imputados culpables, se abrazaron y lloraron. Los ya condenados habían defendido que sospechaban que Arberry había robado en una casa en construcción en varias ocasiones y efectuaron lo que se define como una «detención ciudadana», algo que en Georgia es legal en algunos supuestos, el más importante si el detenido acaba de cometer un delito. El jurado falló que Arberry no delinquió y que no presentaba riesgo para sus verdugos.
Otro de los casos que ha centrado la atención de los activistas es el Rittenhouse, el joven que a sus 17 años mató a dos hombres e hirió a un tercero, todos de raza blanca, con un fusil semiautomático en verano de 2020, durante las protestas raciales. El joven testificó que actuó en defensa propia, ante los ataques de manifestantes que provocaron disturbios en Kenosha, la ciudad de Wisconsin a la que acudió desde el estado de Illinois. Al cruzar de un estado a otro, su supuesto delito hubiera sido federal.
El caso de Rittenhouse ha dividido de nuevo a una nación acostumbrada a la tensión racial. Un nutrido grupo de activistas y políticos republicanos le han convertido en un héroe, alguien que acudió a Wisconsin a enfrentarse a vándalos que saqueaban edificios públicos y privados. La diputada Marjorie Taylor Green, estrecha aliada de Trump, incluso ha propuesto que a Rittenhouse se le conceda la Medalla de Oro del Capitolio, que no tiene visos de prosperar.
El presidente Joe Biden se pronunció sobre el caso de Arberry, y prometió cambios para reducir los excesos raciales. «Mi Administración continuará esforzándose para garantizar que la igualdad ante la ley no sea solo una frase grabada en piedra sobre la Corte Suprema, sino una realidad para todos los estadounidenses».