El PNV retira su propuesta por el ‘no’ del PSOE y de las bodegas
➤ Los bodegueros creen que la incertidumbre perjudica al sector y que dividir la denominación podría costarles caro
El PNV da marcha atrás y aparcará, por el momento, las conversaciones con el Gobierno para intentar imponer su propia subdenominación de origen en la DOC Rioja. Una vía por la que pretende obtener competencias directas en las denominación de origen Rioja, rompiendo así la estabilidad de una de las puntas de lanza dentro de la Marca España. Pero el rechazo de los viticultores y la falta de apoyo del PSOE hicieron recular ayer a los nacionalistas vascos, que sin embargo, aseguran que continuarán las conversaciones fuera de laCámara Baja, «en un ambiente más sereno», tanto con la denominación de origen como con el Ministro de Agricultura, Luis Planas.
La propuesta del Partido Nacionalista Vasco pasa por modificar la Ley 6/2015 de Denominaciones de Origen supraautonómicas para que las denominaciones de origen enmarcadas en distintas comunidades autónomas puedan dividirse, algo que Rioja ha rechazado ya en distintas ocasiones. De hecho, en las memorias del consejo regulador del año pasado llegaron a tildar las pretensiones de los nacionalistas vascos, de «expropiación política», y entendían también que los cambios propuestos «afectarían de forma intensa y directa al modelo, normativa y funcionamiento de la DOC Rioja». Por lo que mantenían «su firme intención» de utilizar «todos los recursos a su alcance para abortar la iniciativa de crear una Denominación Rioja Alavesa».
De la misma forma lo transmiten las pequeñas bodegas de La Rioja Alavesa a este periódico, que creen que salir de la denominación de Origen «podría suponer la ruina». Es la amarga queja del dueño de una pequeña bodega de La Rioja Alavesa que prefiere no dar su nombre por miedo a represalias. «En mi casa el 100% de los ingresos vienen de la bodega», explica y precisamente por eso, una división del Consejo Regulador le generaría un grave problema familiar además de dar al traste con la rentabilidad de la empresa.
Y es que mantenerse dentro de la Denominación de Origen ha sido una de las claves para garantizar su supervivencia después de dos años de pandemia en los que el sector vitivinícola se ha visto seriamente afectado. «A través del Consejo Regulador podemos vender las partidas de menor calidad a granel a compradores que pagan solo mirando la pegatina de Rioja», explica y así, gracias a este procedimiento, ha podido dar salida a buena parte del excedente
El consejo regulador entiende que la propuesta de los nacionalistas vascos es en la práctica una «expropiación política»
que se le creó tras el cierre masivo de la hostelería.
Por eso se muestra especialmente molesto con revuelo que ha levantado lo que califica como «queja de 40 bodegas», en una región, La Rioja Alavesa, que aglutina a más de 300 bodegueros. «Yo estoy cómodo entre los vinos de Rioja», sentencia porque, asegura, siempre se ha sentido bien tratado y acogido.
Incluso en este momento de incertidumbre económica para el sector considera que mantenerse dentro de la Denominación de Origen supone trabajar bajo un escudo de protección para poder mantener los precios. A las bodegas también les está afectando la crisis de materias primas, la subida del precio de la luz o el encarecimiento de los transportes y nos explica que, sin el paraguas del Consejo Regulador tendría que duplicar una subida de precios que hoy por hoy parece inevitable para mantener la rentabilidad.
Hartos de politización
El sector hace una denuncia unánime de la utilización política que se está haciendo de sus negocios. En este sentido, Alberto Martínez, que junto a su hermano es la tercera generación al frente de las bodegas Altún de Baños de Ebro, un pequeño pueblo alavés, estaría a favor de diferenciar de alguna manera los caldos de la comarca. Explica que las características especiales de la zona de la Sonsierra, una región vitivinícola que engloba a La Rioja Alavesa y a una zona de La Rioja, otorgan a los caldos un carácter diferente, pero considera que este hecho no debería «mezclarse con la política». «Se busca dar identidad pero se está politizando el asunto», lamenta.
Eusebio Casado, al frente de Bodegas Laguardia desde hace décadas se une a ese llamamiento a la despolitización del vino de Rioja. «Nadie se acuerda de nosotros hasta que llegan las elecciones», lamenta, y no entiende por qué hay que cambiar un sistema que funciona y que ya permite a su bodega vender como Rioja Alavesa.
Los bodegueros alaveses tardaron décadas en lograr una identidad propia
dentro de los vinos de Rioja. Hace algunos años consiguieron diferenciar sus caldos dentro de la Denominación de Origen y desde entonces en las botellas exhiben una etiqueta morada que les identifica como «vinos de Rioja Alavesa». Alberto Martínez reconoce que gracias a esa estrategia las bodegas de la comarca se han beneficiado del valor de marca que supone ser un vino de Rioja y que al disgregarse existe el riesgo de perder parte de la imagen creada. «Hemos llegado a donde teníamos que llegar», añade Eusebio Casado, que teme que un cambio normativo eche por tierra años de trabajo.
El sector teme además que la polémica termine generando un efecto rechazo similar al que ya vivió el Cava durante el conflicto catalán. Uno de los bodegueros consultados, de hecho, reconoce que ya ha empezado a encontrar reticencias entre algunos clientes que, al detectar que se trata de vino de origen vasco, o etiquetado con nombres en Euskera, termina por no comprar el producto. Entre tanto las grandes bodegas de la región optan por guardar silencio. Marcas reconocidas como Cune, Marqués de Riscal o Ramón Bilbao han explicado a este periódico que prefieren no opinar al respecto y que su punto de vista estará totalmente alineado con la posición que fije el Consejo Regulador tras su pleno extraordinario del lunes. «Estas bodegas grandes no tienen problema porque ya producen en las tres demarcaciones de la Denominación de Origen Rioja (Rioja Alavesa, Rioja Alta y Rioja Oriental) y no les afectaría demasiado un cambio en la regulación», opina Casado.