El luchador forjado en un viaje a Gambia
Yankuba Sima Pívot de la selección española de baloncesto Descubrir el país de procedencia de su familia cambió y modeló el espíritu del catalán, debutante hoy con España
La selección española de baloncesto comienza hoy en Macedonia del Norte (19.30 horas,
Teledeporte) los partidos clasificatorios para el Mundial 2023, camino que tendrá continuidad el lunes en Jaén ante Georgia. No están los grandes nombres a las órdenes de Sergio Scariolo y, como es costumbre, serán las promesas del baloncesto nacional y algunos curtidos veteranos los encargados de intentar clasificar a España para un torneo en el que defenderá corona (campeona en 2019). Entre las novedades del seleccionador es difícil no fijarse en Yankuba Sima (Gerona, 1996), un grandullón que, a sus 25 años, ha recibido la primera llamada para la absoluta tras unas buenas temporadas en el Baxi Manresa. «Es un paso más en mi carrera. Es muy impactante, pero acepto el reto, no quiero que esto se quede en una anécdota, en cosa de una vez», explica el pívot a ABC con naturalidad mientras se atusa la perilla. Al español se le escapa rápidamente que su familia es el eje de su carrera deportiva, la razón por la que hace lo que hace. Sus padres llegaron a España hace 35 años con la promesa que tantos inmigrantes buscan una vida mejor. Sima empezó en el fútbol, pero fueron varios de sus seis hermanos (uno de ellos jugó en la cantera del Barcelona) quienes le introdujeron en la canasta, ahora su gran pasión. Sima es un joven risueño y feliz las 24 horas del día, como él mismo se define, al que viajar al país que fluye por sus venas con 15 años le cambió la vida. En 2011, sus padres decidieron que era hora de que sus vástagos conocieran sus orígenes y los llevaron a Gambia para descubrir la realidad que aguardaba más allá de la apacible Gerona. En África se topó con la precaria situación de sus familiares y compatriotas. Conoció a sus abuelos, primos y tíos mientras aprendi ó a desarrollarse como persona en ámbitos hasta la fecha lejanos, como la cultura africana o la religión. «Me ayudó a valorar mucho más las cosas, es muy diferente a España. Todo lo que tenemos aquí ellos no lo tienen. Pese a eso son muy felices y su situación no deja que les afecte», explica Sima con convicción. «Si tengo un mal día me acuerdo de ellos y pienso que mis problemas no son para tanto».
Con este pensamiento, Sima fue quemando etapas. El pívot, tras unos pinitos en clubes de su Gerona natal, comenzó su peregrinaje por la Canarias Basket Academy para luego dar el salto a Estados Unidos. Allí jugó en un instituto del norte de Miami, para luego seguir su maduración en la Universidad de Saint John’s. De vuelta en España, en 2018 fichó por el Manresa, pero tras no asentarse en el primer equipo encadenó varias cesiones. Fue la temporada pasada cuando consiguió un puesto fijo en el equipo catalán, con vigor en el rebote y bajo el aro rival, instantáneas y constancia que le han llevado a estar a punto de debutar con la selección. «España siempre ha estado en lo más alto del mundo y hay que dar la talla». Yankuba es uno de los jóvenes que aspiran a llenar el hueco que han dejado leyendas como Pau y Marc Gasol o Sergio Rodríguez.