«Don Juan Carlos me dijo que su marcha era temporal y que podría regresar pronto a España»
«Si todavía hubiera estado al frente del Gobierno, le habría desaconsejado rotundamente dejar el país»
El próximo miércoles, 1 de diciembre, se publica el último libro del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, ‘Política para adultos’ (Plaza & Janés), en el que parte de dos acontecimientos clave de 2011: el 15-M y la mayoría absoluta del PP en las elecciones generales de noviembre. Rajoy analiza el origen y los efectos del populismo en nuestro país, así como el acoso sufrido por instituciones clave del Estado de Derecho. ABC adelanta la prepublicación de algunos de los extractos más interesantes.
Décimo aniversario del 15-M «Iglesias y Rivera hicieron carreras a rebufo de una ola de descontento»
«El momento no podía ser más tentador para entrar en profundidad en el fenómeno (del 15-M). (...) Iglesias y Rivera encarnaban el final inapelable de aquella ‘nueva política’ que tanto entusiasmo había cosechado años antes. Ambos hicieron grandes carreras a rebufo de una ola de descontento e insatisfacción general y ambos creyeron que podrían sustituir a los viejos partidos mayoritarios afianzados a lo largo de nuestro casi medio siglo de historia democrática; sin embargo, sus estrellas políticas eran volátiles y se apagaron con la misma celeridad con la que prosperaron».
Consecuencias del 15-M «Desapareció pronto, pero sus efectos se dejan sentir»
«El 15-M desapareció pronto, al igual que sucedió en otros países donde tuvieron lugar acampadas similares, pero sus efectos sobre nuestra arquitectura política y en el discurso público que se construyó a partir de entonces se han dejado sentir de forma muy intensa en la política española en los últimos años».
Populismo «Con sus falsedades y su polarización, nos promete un mundo inexistente»
«El populismo, con sus falsedades y su polarización, nos aleja de esa condición de ciudadanos adultos porque nos promete un mundo sin límite y sin responsabilidad. Un mundo inexistente. Pero el daño que esa ficción produce en nuestra convivencia no es en absoluto ficticio».
Política para adultos «Algo más de un tuit»
«La política para adultos como yo la entiendo es una política capaz de ver más allá del próximo cuarto de hora, una política que sabe expresarse en algo más de un tuit, que se basa en la racionalidad y no en las puras emociones y que, sobre todo, puede servir para que los adversarios se entiendan cuando el interés del país así lo exige».
Los indignados «La misma extrema izquierda de toda la vida»
«Yo no atribuía a aquellos indignados los rasgos esperanzadores de una regeneración política; siempre pensé que el liderazgo de aquel movimiento lo llevaba la misma extrema izquierda de toda la vida. Hoy sabemos que, además de ese ideario, el 15-M era un movimiento populista con todos los rasgos que definen este modelo: el adanismo, la superioridad moral, el discurso demagógico y la deslegitimación sistemática de las instituciones. (...) El 15-M supuso la irrupción del populismo en España».
Vestimenta populista «Los hay de traje y los hay de bermudas»
«La vestimenta populista es muy variada. Los hay de traje y los hay de bermudas; de pelo corto, amarillo o negro, de corbata o de moño. Pero se dan algunas características que son comunes a todos ellos. El populismo es populismo, tenga el apellido ideológico que tenga».
Independentismo «Tiene todos los vicios del populismo»
«Podemos encontrar todos los vicios del populismo si observamos la evolución del independentismo catalán que desembocó en los hechos de octubre de 2017. (...) El movimiento soberanista catalán es un catálogo completo de todas las trampas dialécticas, incluidas las mentiras más burdas, a las que suele recurrir el populismo para justificar su ataque a las instituciones en cualquier lugar del mundo».
Europa «Objetivo preferido de los populistas»
«Otro de los objetivos preferidos de los populistas son los funcionarios de Bruselas que tienen la mala costumbre de velar por el cumplimiento de lo que se acuerda en el seno de la Unión. (...) Cada crisis pone a prueba este delicado entramado institucional y da argumentos a los eurófobos de toda condición. Pero de cada crisis en la que se juega su supervivencia, Europa sale viva, que no es poco, y algo más fuerte».
Inmigración «La extrema derecha ha crecido con el miedo al inmigrante»
«El fenómeno de la inmigración es otro de los pretextos favoritos de los demagogos en cualquier lugar del mundo, uno de sus argumentos preferidos para dar rienda suelta a todo tipo de discursos contrarios a la convivencia y rayanos en la xenofobia, si no abiertamente xenófobos. Así ha ido creciendo la extrema derecha en Europa, agitando el miedo al inmigrante y utilizando este problema como combustible para alimentar la insatisfacción entre las clases menos favorecidas».
Fracaso de la nueva política «Sin recetas contra la insatisfacción»
«La nueva política pudo haber servido para canalizar el descontento de la gente, pero es obvio que ha fracasado a la hora de ofrecer recetas para actuar contra las causas de dicha insatisfacción».
La mentira en política «Se degrada la calidad del sistema democrático»
«Cualquier político que hace de la mentira, de la polarización o del ataque a las instituciones su forma de condu
cirse en la vida pública está degradando la calidad del propio sistema democrático». (...) Lamentablemente no hay que irse hasta México para comprobar este desprecio absoluto por la verdad y por la obligada rendición de cuentas por parte de un gobernante. En aquel momento pasaron por mi cabeza los expertos sanitarios que nunca existieron, los pactos políticos que jamás se iban a producir hasta que se produjeron y todas las promesas de regeneración que circularon por la política española en los últimos tiempos y que hoy duermen el sueño de los justos».
Optimismo «La solidez de las instituciones es su mayor fortaleza»
«Al populismo le ha costado años y unas circunstancias muy excepcionales de crisis económica y social conseguir menoscabar el prestigio de las democracias liberales y contaminar nuestras costumbres políticas. Pero la solidez de las instituciones democráticas, el espíritu de concordia con el que fueron creadas y los valores que las inspiran constituyen su mayor fortaleza».
Pandemia «Europa reaccionó mejor que en la crisis del euro»
«Con todas las críticas que podamos hacer a los fallos de gestión, Europa reaccionó mucho mejor que en la crisis del euro y ello nos demuestra que las instituciones también son capaces de aprender de su propia experiencia e incorporar ese conocimiento para mejorar».
Partidos políticos «Ni movimientos caudillistas ni plataformas electorales»
«Necesitamos partidos capaces de vertebrar las distintas opciones y contribuir a la estabilidad de los sistemas democráticos: ni movimientos caudillistas ni plataformas puramente electorales. Es posible que los partidos se hayan consagrado como las instituciones más desacreditadas de la democracia, pero ya hemos podido atisbar qué tipo de liderazgos prosperan cuando una democracia se queda sin partidos fuertes y estabilizadores».
Polarización «El populismo infantiliza a la opinión pública»
«Con sus mentiras, sus exageraciones, su polarización y su exceso de sentimentalismo, el populismo acaba por infantilizar a la opinión pública, hasta el punto de que los ciudadanos corremos el riesgo de comportarnos cada vez menos como adultos responsables y más como niños caprichosos que atienden a su interés inmediato sin preocupación de ninguna otra consideración. Niños a los que se puede manipular con falsas promesas. Niños que pueden pelearse por cualquier cosa. Niños que por jugar a la pelota en el salón pueden hacer añicos la vajilla de la abuela».
Carta Magna «Tenemos una Constitución excelente»
«Tenemos una Constitución excelente que ha amparado nuestra convivencia pacífica durante décadas y ha propiciado el mayor nivel de bienestar de nuestra historia. Sin duda puede ser mejorada, pero hasta ahora ha demostrado una enorme versatilidad para hacer frente a los retos que han surgido desde su aprobación. Sin embargo, y paradójicamente, nadie parece interesado en reconocer su valía. Todo el debate político se centra en si tenemos que reformarla o no.
Campaña de descrédito «Nadie levanta la mano para defender la Carta Magna»
«Para algunos críticos, principalmente los independentistas, (la Constitución) es demasiado rígida porque impide los privilegios que ansían, para otros se trata de una Constitución fracasada porque no ha puesto límites suficientes a los nacionalismos, y los hay que la rechazan simplemente por antigua, sin entender que existen ciertos principios democráticos que deben permanecer en el tiempo más allá de las modas y las circunstancias. Cada cual tiene sus razones, a menudo contradictorias, pero si sumamos las razones de todos, lo que nos encontramos es una campaña de descrédito general de la Carta Magna sin que nadie levante la mano para defender sus virtudes».
Hablar bien de España «Defender las instituciones es asumir sus imperfecciones»
«Del mismo modo que durante buena parte de mi vida política me he dedicado a animar a la gente a hablar bien de España, creo que ahora toca decir que hablar bien de España significa también hablar bien de nuestras instituciones, defenderlas y ponerlas en valor, aunque sepamos que no son perfectas. Defender las
«La nueva política pudo servir para canalizar el descontento, pero ha fracasado en las recetas»
«Las estrellas políticas de Iglesias y Rivera eran volátiles y se apagaron tan rápido como prosperaron»
instituciones supone también asumir esas imperfecciones como lo que son: el producto de cualquier obra humana».
La Monarquía «Merece una defensa especialmente militante»
«Si existe una institución que merece hoy en España una defensa especialmente militante esa es la Monarquía. No lo digo porque yo me considere un fervoroso monárquico por convicción, sino porque, como el conservador pragmático que soy, he llegado a la conclusión de que la Monarquía ha demostrado con creces su utilidad para el conjunto de la sociedad española. Y apostaría a que esto lo saben hasta los republicanos capaces de mirar más allá de sus anteojeras ideológicas. Ninguna república ha procurado más libertad ni más respeto a los derechos de los españoles que esta Monarquía que hoy encarna Felipe VI como antes lo hizo Juan Carlos I».
El Rey «Ha fijado unos estándares de comportamiento superiores al resto»
«Hace bastantes años se decía que en España había más ‘juancarlistas’ que monárquicos. Hoy podríamos decir lo mismo del Rey Felipe, cuyo sentido de la responsabilidad le lleva a fijar unos estándares de comportamiento muy superiores a los de la mayoría de los actores de la vida pública».
Del 23-F al 3-O «Expresó el compromiso democrático de la mayoría»
«Los Reyes han sabido encarnar la solidaridad de todos, ofrecer seguridad en la incertidumbre y comprensión en las dificultades; el discurso de Don Juan Carlos la noche del 23-F o de Don Felipe el 3 de octubre d 2017 expresaron el compromiso democrático de la inmensa mayoría de los españoles en aquellos momentos de zozobra. La presencia de Don Felipe en el Hospital de Ifema en los días más duros de la pandemia también supo conectar con los sentimientos de los españoles en otras circunstancias muy distintas pero igualmente graves para la Nación. Estos gestos asimismo contribuyen a moldear el significado actual de la Monarquía. Los Reyes han perdido la pompa y la distancia de antaño, pero han ganado cercanía y conexión con la sociedad para cumplir mejor con su función».
Hostigamiento «La Monarquía es objeto de una campaña de descrédito»
«A pesar de estos argumentos y de la intachable conducta del Rey Felipe VI, la Monarquía en España está siendo objeto de una campaña de descrédito inspirada por los mismos que pretenden
«Hay una campaña de descrédito de la Carta Magna, sin que nadie levante la mano para defenderla»
«Si existe una institución que merece hoy en España una defensa militante, esa es la Monarquía»
liquidar toda la arquitectura institucional del llamado ‘régimen del 78’. No son los eventuales errores de Juan Carlos I los que justifican esta campaña de hostigamiento, sino la propia naturaleza de la Monarquía constitucional, su mandato de ‘arbitrar y moderar el funcionamiento regular de las instituciones’. Esta y no otra es la verdadera razón que anima este campaña antimonárquica: desbordar el sistema de contrapesos democráticos para avanzar en un nuevo modelo de carácter abiertamente populista donde todo el poder responda a la mayoría de Gobierno».
El Rey y el Estado «La figura del Rey recuerda a los políticos que son transitorios»
«La justicia, el imperio de la ley, las instituciones independientes, la transparencia, los controles y la obligada rendición de cuentas... constituyen un estorbo para quien aspira a ejercer un poder no sujeto al control. A este tipo de políticos les irrita especialmente la figura de un Rey que, sin ejercer poder efectivo alguno, les recuerda cada día que ellos no son el Estado, sino unos gestores transitorios, limitados por la ley y obligados a convivir con otros poderes del Estado»
Don Juan Carlos «Sigo sin entender a qué responde ese alejamiento»
«Quiero dejar constancia de mi opinión sobre la situación de Don Juan Carlos y mostrarle mi apoyo personal. Desconozco si cuando este libro vea la luz su situación habrá mejorado y habrá podido venir a España. Si es así lo celebraré, pero no cambiará mi juicio sobre el trato que ha recibido durante este tiempo. Muchas personas han sido víctimas en España de juicios paralelos. Puede que el de Don Juan Carlos sea uno de los casos más injustos a los que hemos asistido en los últimos años, entre otras razones porque, sin haber sido acusado judicialmente de nada, se ha visto obligado a abandonar su país a edad avanzada. Yo sigo sin entender a qué responde ese alejamiento ni qué ventajas aporta al conjunto de la sociedad. Desde un punto de vista puramente personal, creo que debería poder disfrutar de los últimos años de su vida en el país al que tanto sirvió».
Decisión temporal «Me sorprendió mucho la salida de España de Don Juan Carlos»
«El día que se comunicó su salida de España, a principios de agosto de 2020, tuve la oportunidad de hablar con él. A mí me había sorprendido muchísimo la noticia y quise interesarme personalmente por su situación. Le encontré como siempre, animoso, aunque dolido. Me explicó lo mismo que trasladó en su comunicado al conjunto de la sociedad: que se iba de España porque consideraba que era la mejor manera de ayudar a su hijo y evitarle problemas. Le dije que lo sentía mucho y desde luego, si todavía hubiera estado al frente del Gobierno, le hubiera desaconsejado rotundamente dejar el país. Don Juan Carlos me explicó que su decisión era temporal, que él creía que en unos meses la situación se habría calmado y podría regresar pronto a España. El hecho cierto, sin embargo, es que en el momento de escribir estas líneas, más de un año después de aquella conversación, este regreso todavía no se ha producido. Y aún hoy nadie ha sabido dar razones de tan extraña situación».